«Chacho» renunció y provocó un golpe de imprevisibles consecuencias en la Alianza

Se fue hastiado por la corrupción en el Senado y el recambio de De la Rúa. Su archienemigo Genoud lo sucedería en la vicepresidencia.

El gobierno nacional quedó inmerso en una profunda crisis política, como consecuencia de la renuncia del vicepresidente Car-los Alvarez, quien se fue del gobierno hastiado por la falta de gestos claros por parte de los senadores y ofuscado por el recambios en el gabinete efectuado por Fernando de la Rúa.

Confió en que su renuncia contribuya a que los senadores comprometidos en la causa por sobornos «tomen las decisiones que la sociedad y la gente esperan» para que «se acerquen a la dignidad que no tuvieron»

La acción de Alvarez forzó al presidente a salir anoche con un discurso en cadena nacional de radio y tevé. Pero, utilizó ese espació para negar una crisis en el gobierno

Con su ida, Alvarez provocó la renuncia del flamante secretario General de la Presidencia, el frepasista Alberto Flamarique, quien, desde su puesto de ministro de Trabajo, quedó enfrentado con el vice e involucrado en las denuncias sobre pagos de sobornos en el Senado

En cambio, nada pudo hacer contra su adversario, el jefe de la SIDE y amigo del presidente, Fernando de Santibañes, quien, a pesar de haber sido salpicado por el escándalo de las coimas, fue ratificado ayer en su puesto.

La salida de Alvarez representa una de las crisis políticas más importantes desde el retorno a la democracia, en 1983, y abre serios interrogantes sobre la posibilidad de que el gobierno pueda lograr un éxito inmediato en sus planes para enderezar la economía, derrotar a la recesión y combatir el desempleo.

Ahora, un enemigo acérrimo de Alvarez sería el virtual vicepresidente. Se trata del presidente provisional del Senado, el radical José Genoud, quien figura en el libelo que describe el tema de los sobornos. «Chacho» no pudo voltearlo, ya que el radicalismo lo sostuvo con firmeza.

El primer paso para que Genoud pueda ocupar la vicepresidencia es que la renuncia de Alvarez sea aceptada por el Con- greso. Al iniciar su discurso de renuncia, «que tuvo como principal destinatario al presidente, «Chacho» dijo que se iba «para poder decir con libertad lo que siento y lo que pienso y al mismo tiempo para no perjudicar al presidente ni alterar la vida institucional».

Desde el fondo, el coro de sus seguidores tronaba con un: «¡Y pegue, y pegue Chacho pegue!»

Y el líder del Frepaso golpeó: «No se puede tratar el cáncer con aspirina», dijo en alusión a los temas de corrupción en la política. Y fue más allá al decir que los senadores, «se amparan en las decisiones del presidente para decir que nada ha pasado».

La figura del jefe de Estado estuvo presente en casi todos los pasajes del discurso: «Respeto las determinaciones del presidente, sin embargo, no puedo acompañarlas pasivamente o en silencio porque son contradictorias con las decisiones que vengo reclamando en el Senado de la Nación».

Si bien los cambios en el gabinete se convirtieron en el disparador de la renuncia del frepasista, otras cuestiones ya lo habían distanciado del presidente, como el paquetazo impositivo, el ajuste a los estatales y el contenido de la reforma laboral.

De la Rúa siguió el discurso de Alvarez por televisión, desde su despacho en la Casa de Gobierno, donde no ocultó su malestar por algunas frases del vicepresidente. Previamente, había intentado provocar un cambio .

Anoche, una de las pocas voces de aliento para «Chacho» desde el radicalismo le llegó de boca de Alfonsín.

Consideró que su salida «se podría haber evitado» y calificó la renuncia como un «traspié» del gobierno nacional. «Me duele mucho que se haya ido», concluyó. (DyN, Infosic y AR)

No pudieron convencerlo

Fernando de la Rúa y Raúl Alfonsín no tuvieron éxito ayer en sus últimos intentos por convencer a Carlos Alvarez de que no renuncie.

El jefe del Estado y el ex presidente se comunicaron telefónicamente con «Chacho» al enterarse de su intención de alejarse del gobierno, pero sus gestiones resultaron infructuosas.

«¿Te puedo convencer, puedo hacer algo? Voy a tu casa», le dijo Alfonsín al vicepresidente, quien del otro lado de la línea le contestó: «No. Esto es irreversible».

La conversación fue revelada a los periodistas por el propio presidente de la UCR, quien consideró que con la renuncia de Alvarez el gobierno ha sufrido una «gran pérdida». «Fernando, los hombres de honor renunciamos en forma indeclinable», fue la frase con la que el vicepresidente le confirmó a De la Rúa su decisión de dejar el gobierno en disconformidad con los cambios de gabinete. «Lo lamento, no puedo seguir. No se puede volver atrás», respondió con contundencia el «Chacho» ante el intento del Presidente para convencer al líder del Frepaso de que se mantenga en el gobierno.

De la Rúa dijo que «no hay crisis»

El presidente Fernando de la Rúa aseguró anoche que «no hay crisis» por la renuncia del vicepresidente Carlos «Chacho» Alvarez; remarcó que la Alianza UCR-Frepaso «se mantendrá unida» y ratificó que combatirá «la corrupción en todos los frentes».

También confirmó los cambios realizados en el gabinete nacional, que provocaron la renuncia de Alvarez, al aseverar que «la responsabilidad del gobierno está a cargo del presidente de la Nación, de nadie más y tengo la potestad y el deber de elegir quiénes me acompañan en la función».

«Compatriotas: el vicepresidente nos ha comunicado su renuncia. Es un hecho importante y quiero decirles a los argentinos que lo lamento. Pero también que aquí no hay crisis ni problemas», dijo De la Rúa, al comenzar el mensaje dirigido a todo el país por cadena nacional.

El discurso previsto para las 22 finalmente fue emitido a las 22.30, porque De la Rúa grabó en dos oportunidades porque la primera versión no fue de su gusto, según comentaron a DyN fuentes del oficialismo.

De la Rúa se preocupó en remarcar que «aquí todos estamos jugados contra la corrupción y combatiré la corrupción en todos los frentes», al tiempo que señaló que «frente a la desgracia del Senado, lamento que el vicepresidente lo deje antes de su total depuración».

«Eso tiene que cambiar. En la lucha contra la corrupción no hay medias tintas. Quienes estamos comprometidos en esa batalla sabemos que la lucha es de todos los días, de todas las circunstancias, en todos los escenarios. El objetivo es aplastar la corrupción», afirmó.

El primer mandatario enfatizó: «Garantizo las instituciones y estoy al frente del liderazgo moral de la Nación. A los corruptos hay que destruirlos y ejercer el poder con claridad en ese rumbo». (DyN)


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