Chaparro consagrado nuevo obispo de Bariloche

La misa se llevó a cabo en la catedral. Fernando Maletti, su antecesor, fue el encargado de encomendarle la tarea de seguir cuidando a los feligreses. También el papa envió una carta.

Alejandra Bartoliche

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- “Construir acercamiento y solidaridad con los pobres de este mundo, los olvidados y los que sufren” fue uno de los compromisos que se propuso ayer el nuevo obispo de la diócesis de Bariloche, Juan José Chaparro.

La misa de consagración realizada en la iglesia catedral ya estaba en su tramo final y el franco mensaje de Chaparro sirvió para tender los primeros puentes con la feligresía local, que tras despedir a su antecesor Fernando Maletti estaba ansiosa por conocer el perfil y las prioridades del nuevo pastor.

Chaparro dijo que el mundo vive en la actualidad un tiempo “acelerado, complejo y desafiante”. También caracterizó como “especial” el momento que atraviesa la Iglesia Católica desde la elección del nuevo papa Francisco, quien invita a la Iglesia a “sacudirse la rutina” y a profundizar “la transparencia del mensaje de Jesús”.

Antes de la bendición final, y aferrado a su báculo, Chaparro recorrió con visible emoción la nave central del templo mientras bendecía a la gente, entre aplausos y saludos.

El nuevo prelado es originario de Corrientes, aunque también desarrolló su tarea sacerdotal en Uruguay y en Paraguay, donde se encontraba en julio pasado cuando llegó desde el Vaticano su designación como obispo de Bariloche.

Además de Maletti y del primer obispo de Bariloche, Rubén Frassia, también participaron otros 14 prelados y el nuncio apostólico Emile Paul Tschering, quien tuvo a su cargo las palabras iniciales de la ceremonia. Tras la lectura de un pasaje del evangelio de San Juan, Maletti predicó sobre la figura de Jesucristo como pastor y de la misión que encomendó a los apóstoles y que se continúa en los obispos.

Luego le contó a Chaparro, en tono fraternal, que lo espera una diócesis “con una pluralidad inmensa de culturas”. Aseguró que existen también en Bariloche y la zona rural más cercana “muchos hermanos y familias necesitados en todo sentido”. Luego cumplió con el antiguo ritual según el cual el nuevo obispo es interrogado delante del pueblo sobre su voluntad de asumir esa responsabilidad. A varias preguntas debió responder “si, quiero”.

El momento más solemne fue el de la imposición de manos, que ejecutaron uno a uno todos los obispos presentes sobre la cabeza del designado. Luego le fueron entregados el anillo episcopal, como símbolo de fidelidad a la Iglesia; la mitra, que representa la búsqueda constante de la santidad; y el báculo labrado en madera, que es símbolo del ministerio pastoral. Los cantos estuvieron a cargo de un conjunto de voces integrado por distintas agrupaciones corales y causó especial impacto la entonación del “fili mapu”, en lengua mapuche.

La ceremonia convocó a los fieles de Bariloche.


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