Chicos Malos, parte II

Joe Dumars recibió el trofeo por el título del Este, Bill Laimbeer lo vivió a full desde la tribuna. Hace 14 años ellos fueron protagonistas del último gran equipo de Detroit Pistons y se sumaron a la fiesta en «The Palace of Auburn Hills».

A fines de los 80 se los conoció como los Chicos Malos. Embarraban la cancha y jugaban al límite, pero se ganaron el respeto de todos y lograron dos conquistas en serie (1989 y 1990).

En la madrugada de ayer, nació la segunda parte de los Chicos Malos. Así lo sienten sus hinchas, conscientes de que corren desde atrás ante Los Angeles Lakers en la gran final de la NBA 2004, pero con la ilusión de repetir.

El Este se definió 4-2 y esta vez los Pistons no fallaron en casa. Con una gran reacción en el último cuarto, vencieron a Indiana Pacers por 69-65 y dieron vuelta un partido que siempre le fue esquivo.

La primera versión de los Chicos Malos inspiraba más confianza que la nueva, pero igual hay motivos suficientes como para soñar con el título.

Hoy, el arma principal es la defensa, que encima se potenció en la serie contra los Pacers.

En los seis juegos, promedió más de 10 tapas y fue ahí donde sacó ventajas. Además, si Ben Wallace se sostiene en los 16/17 rebotes por encuentro, todo se simplifica.

El gran defecto está en la llave rival. Depende demasiado de «Rip» Hamilton (hizo 21 puntos) y suele pasar muchos minutos sin convertir, algo que ante los Lakers puede ser suicida. El primer partido de la gran final será el domingo en el «Staples Center» y los Lakers son favoritos. Sin embargo, Detroit llega entero, bajó al elenco de mejor récord y va por el batacazo.

Los antecedentes marcan un empate. En la 87/88 los angelinos vencieron 4-3 con una notable producción de James Worthy, el último jugador en ingresar al club de los mejores de la NBA. Y al año siguiente, Detroit se tomó revancha con una espectacular barrida (4-0), de la mano de Dumars. (AN)