Chile: disturbios en marcha que evocó a las víctimas de la dictadura

SANTIAGO (AFP) – Una marcha de miles de manifestantes en Santiago para evocar al presidente socialista Salvador Allende y a las miles de víctimas que dejó la pasada dictadura del general Augusto Pinochet, finalizó con violentos disturbios que dejaron varios heridos y detenidos.

La multitudinaria marcha recorrió las principales arterias del centro capitalino y culminó con los disturbios en las cercanías del Cementerio General, donde se alza un memorial que recuerda a los más de 3.000 muertos y desaparecidos bajo la represión de la dictadura.

Los choques con la policía dejaron un número indeterminado de detenidos y heridos, tras la marcha que recordó los 33 años del cruento golpe que instaló a Pinochet en el poder.

Aunque la convocatoria que entregó un centenar de organizaciones de izquierda invitaba a realizar una manifestación pacífica, grupos de encapuchados que se identificaron como «anarquistas» protagonizaron enfrentamientos con la policía en varios puntos del trayecto. Su primer objetivo fueron los blancos muros del palacio presidencial de La Moneda, que recibieron el ataque de bombas incendiarias tipo «Molotov» y proyectiles de pintura.

La policía, que en gran número resguardaba el lugar, debió recurrir a carros lanza-agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, vestidos todos de negro y con el rostro cubierto. Una sucursal del Banco Estado y un local de comida rápida «Burger King», cercanos al palacio, también fueron atacados por los encapuchados que alcanzaron a romper vidrios y vitrinas. «¡Hasta vencer o morir!», fue una de las consignas que los anarquistas dejaron impresas en uno de los muros de la casa de Gobierno, donde el 11 de septiembre de 1973 y en medio del alzamiento militar encabezado por Pinochet, Allende se quitó la vida con un fusil AK que le regaló su amigo Fidel Castro.

La marcha para recordar la figura del extinto Allende es convocada todos los años por un centenar de organizaciones, como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez y los partidos Socialista y Comunista. Pero lejos de estar plagada de antiguos simpatizantes del Gobierno marxista de Allende, la manifestación se observaba colmada de jóvenes, muchos de los cuales no habían nacido al momento del golpe militar.

Portando carteles con fotografías de detenidos y ejecutados durante la dictadura o banderas chilenas, los muchachos buscan con su presencia mantener vivo en la memoria de la sociedad chilena el cruento ataque que interrumpió la democracia en 1973. «Vengo todos los años para que el sufrimiento de mi familia no se olvide», dijo a la AFP Javier Mena, sobrino de una de las víctimas que dejó la dictadura de Pinochet.


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