Chile: los chicos estudian en carpas, autobuses y comisarías

Un millón 250 mil estudiantes retomaron las clases este lunes, dentro del plazo dado por Piñera a su ministro de Educación. Pero falta mucho para que Chile recupere todo lo perdido por el terremoto: carreteras, hospitales, escuelas, edificios y casas.

En carpas, autobuses, comisarías y en recintos modulares, varios miles de estudiantes de zonas afectadas por el terremoto de febrero completaron el lunes la cifra de un millón 250 mil estudiantes que reanudaron su vida escolar, al cumplirse el lunes un plazo dado por el presidente Sebastián Piñera al Ministro de Educación para que ningún menor quede sin clases debido al megasismo.

Piñera instalado en una mesa delante de una escuela modular en Constitución, 360 kilómetros al sur de Santiago, se comunicó telefónicamente con los alcaldes de municipalidades cuyos alumnos aún no volvían a clases porque sus escuelas resultaron destruidas por el devastador terremoto de 8,8 de magnitud y el posterior tsunami del 27 de febrero.

En marzo, un millón 250 mil estudiantes no pudieron retornar a clases y Piñera dió a su ministro de Educación, Joaquín Lavín, el 26 de abril como plazo para que los menores retornaran a clases.

«Hemos cumplido nuestra meta, hemos cumplido nuestra misión, le hemos cumplido a los jóvenes y niños, porque hoy todos los niños están o tienen la oportunidad de estar asistiendo a sus escuelas y liceos»», dijo Piñera.

Lavín, vistiendo la misma parka roja que usa Piñera y sus ministros cuando salen a terreno, declaró: «Todos los niños en Chile están en clases»».

El domingo 25.000 estudiantes aun estaban sin escuelas. Lavín recurrió a diversas opciones para reanudar las clases: construcción por el sector privado de recintos modulares, compra de carpas, autobuses y contenedores reacondicionados. Varios recintos policiales en la zona centro-sur afectada por el terremoto, prestaron parte de sus recintos para acoger a los escolares.

«Parecía un sueño imposible…la tarea parecía y era titánica»», afirmó Lavín.

Pero falta mucho para que Chile recupere, al menos en parte, todo lo perdido por el terremoto, que incluye carreteras, hospitales, escuelas, edificios, decenas de miles de casas y hasta los botes de los pescadores artesanales que trabajaban en caletas junto al océano Pacífico.

Los daños fueron evaluados en unos 30.000 millones de dólares, de los cuales casi un tercio deben ser por cuenta del gobierno que asumió el poder apenas 12 días después del verdadero cataclismo que afectó este país.

Piñera y sus ministros diseñaron un plan que incluye un alza de impuestos temporal a las empresas más grandes, una reasignación de gastos fiscales y un mayor «royalty»» o derecho a las principales compañías mineras que laboran en Chile.

Entre las autoridades más preocupadas están las de salud, porque decenas de miles de personas viven hace dos meses en carpas, cuando ya bajaron las temperaturas entrado el otoño y en el sur, la zona más afectada por el terremoto y maremoto, ya empezaron las lloviznas y se esperan pronto las lluvias fuertes que caracterizan esas áreas.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, admitió recientemente que por causa del megaterremoto se perdieron 7.000 de las 26.500 camas de la red de hospitales públicos.

Gastón Saavedra, alcalde oficialista del puerto de Talcahuano, 515 kilómetros al sur de Santiago, se quejó el lunes que a dos meses del terremoto aún no se inicia la reconstrucción y que aún Chile está enfrentado a la emergencia, postura contraria a la del gobierno.

Talcahuano fue una de las ciudades más azotadas por el tsunami, que levantó pesados barcos y los lanzó varias cuadras tierra adentro y cuya arteria principal quedó llena de contenedores navieros. Muchas empresas pesqueras simplemente desaparecieron y sus empleados hoy están cesantes.

AP


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