Choque con Gran Bretaña por vuelos a Malvinas

BUENOS AIRES (DyN-Télam) – Un nuevo frente de conflicto diplomático para el gobierno de Néstor Kirchner se abrió sorpresivamente ayer. El gobierno de Gran Bretaña expresó su preocupación por la negativa argentina a ampliar los permisos a los aviones charter que, desde Chile, vuelan a las Islas Malvinas. Sin embargo, la Cancillería consideró anoche «sorprendente» e «inexacta» la acusación británica y negó que Argentina haya cerrado su espacio aéreo.

La posición del Reino Unido fue expresada por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bill Rammell, quien admitió que «lamentablemente» aún no hubo entendimiento con Argentina en torno a los vuelos a las Islas, en las negociaciones que ambos gobiernos iniciaron en noviembre del año pasado.

Consultado por la prensa en Olavarría, donde viajó para inaugurar obras, el presidente Néstor Kirchner rehusó responder al reclamo del gobierno británico y dijo que la respuesta provendrá de la Cancillería.

Poco después, el vocero del organismo, Oscar Feito, dijo a la agencia Télam que las declaraciones de Rammel son «sorprendentes» y que tienen «algún grado de inexactitud», ya que el espacio aéreo «no se cerró» puesto que la Argentina «autorizó cinco vuelos» chárter, sobre los 23 pedidos.

«Para la temporada turística, Inglaterra solicitó la autorización para 23 vuelos, de los que Argentina autorizó cinco, en tanto que el resto está pen

diente de autorización», dijo Feito.

Además, el vocero sostuvo que «no es cierto» que la suspensión de las autorizaciones «haya sido sin aviso», y mencionó que «es un viejo reclamo» que haya vuelos entre la Argentina y las islas ocupadas por Inglaterra.

El tema se originó cuando, en esa fecha, la empresa tra

sandina Lan Chile hizo las gestiones ante el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino para que se le autorice, como todos los años, a realizar una serie de vuelos charter extras, destinados a abastecer la demanda turística a las islas.

El canciller Rafael Bielsa negó la autorización por entender que así se abría la posibilidad de que la Argentina restableciera los vuelos directos entre el continente y las islas Malvinas, tal como ocurría antes de la guerra de 1982. El gobierno del Reino Unido aceptó la apuesta y aprobó la conformación de una comisión argentino-británica para llegar a un entendimiento.

La mesa la integran, por el lado argentino, el Subsecretario de Política exterior de la Cancillería, Juan José Uranga; y el Director de Malvinas, Santos Goñi. La parte británica está representada por el embajador del Reino Unido en la Argentina, Robin Christopher.

En una presentación que realizó al Parlamento británico, Rammell consideró que, «lamentablemente, a pesar de esfuerzos considerables no ha sido posible alcanzar el acuerdo con el gobierno argentino en la apertura de conversaciones sobre servicios aéreos en términos aceptables».

«Esto significa que hay poca perspectiva de vuelos charter a Isla Malvinas» para «el resto de esta temporada turística» y «parece que los charter para la siguiente temporada turística también serán afectados», admitió el funcionario británico.

Luego de lamentarse porque «la cancelación de los charters obviamente tendrá algún impacto negativo sobre la industria turística», Rammell estimó que «Argentina es totalmente consciente de nuestra posición y esperamos que un arreglo aceptable pueda ser alcanzado en los intereses de todas las partes para resolver la cuestión».

Sin embargo, sostuvo que «cualquier disposición futura debe ser aceptada por los isleños».

Una pulseada del gobierno con los 'kelpers'

El reclamo por los vuelos a Malvinas no es nuevo, y forma parte de una pulseada entre el gobierno y los habitantes de la isla por el control de los vuelos comerciales. Mientras los «kelpers» buscan profundizar la relación con Chile, el gobierno argentino busca que sus aerolíneas tengan presencia en el archipiélago.

La Casa Rosada propuso ya en noviembre pasado que si era de interés de los isleños aumentar el flujo de tráfico aéreo entre el archipiélago y el continente, se dispusieran más vuelos hacia las islas, pero que salieran de Buenos Aires y con un transporte argentino, oferta que fue rechazada por Gran Bretaña.

El fin de semana último, el diario malvinense «Pinguin News» entrevistó a la directora ejecutiva de la Asociación Internacional de Operadores de Turismo Antártico, Denise Landau, quien calificó de «irracional» la decisión.

Esta situación se suma a la vinculada con la inauguración de un monumento en Malvinas a los muertos argentinos en la guerra de 1982. El gobierno británico, a través de su embajada en Buenos Aires, informó que «aún no se ha fijado ninguna fecha» para la inauguración y que no recibió «ninguna solicitud» argentina para la ceremonia. El ministro de Defensa, José Pampuro, presentó hace un mes el proyecto de cenotafio en homenaje a los 649 argentinos caídos y reveló que junto al canciller Rafael Bielsa tenían pensado viajar a Malvinas entre febrero y marzo

Esto fue desmentido por la embajada británica, que destacó que «continuamos ofreciendo todo nuestro respaldo al monumento».

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