Cien años de Tita Merello, un símbolo del tango

BUENOS AIRES, (Télam).- Hoy se cumplirán cien años del nacimiento de la notable actriz y cantante argentina Tita Merello, todo un símbolo de la sensibilidad tanguera y un prototipo femenino, quien falleció hace casi dos años, a los 98.

La legendaria actriz y cantante fue una de las figuras más importantes del espectáculo argentino durante varias décadas del siglo XX, cuando actuó tanto en cine como en teatro, tevé y radio.

Nacida el 11 de octubre de 1904 en un conventillo del barrio porteño de San Telmo, Tita Merello -cuyo verdadero nombre era Laura Ana- tuvo una niñez dura, que la llevó a trabajar desde los 10 años, hasta que inició su carrera artística en los años '20 en el teatro de revistas.

Dueña de una personalidad desbordante, directa y frontal, Merello se había convertido, a fuerza de sufrimiento, trabajo, talento y voluntad, en una artista muy respetada y querida y en un símbolo de la mujer moderna, independiente y comprometida con las circunstancias sociales que le tocaron vivir.

«Me costó trabajo aprender a vivir, pero aprendí a vivir, a leer, a pensar por mi cuenta. Si fuera verdad que la inteligencia se desarrolla mejor cuando encuentra resistencia, yo tendría que ser la mujer más inteligente del mundo. Fui resistida y resistente», dijo alguna vez la artista, dando una idea de las asperezas de la vida que enfrentó con tesón.

Al duro camino recorrido en los avatares de la existencia, Merello le sumó el dolor por la relación sentimental que mantuvo y se truncó con el famoso actor Luis Sandrini.

Desde que se terminó su vínculo con el comediante, la artista se convirtió en un personaje abonado a la soledad que subrayó pú

blicamente esa ríspida condición.

Merello, quien brilló en distintas formas del espectáculo argentino entre las décadas del '30 y el '70, pasó sus últimos años en una habitación de la Fundación Favaloro, donde llevaba una vida casi sin relaciones sociales.

Tita debutó en los años '20 en el teatro de revista en la compañía de Rosita Rodrigo -que presentó en el teatro Avenida la obra «Las vírgenes de Teresa»-, cantando una canción que el público rechazó con una silbatina.

Luego trabajó en locales de la calle 25 de Mayo y su talento y indicaba que era más que una mera cupletista. Al poco tiempo protagonizó obras como «Las modernas Scherezadas» y «Mujeres, flores y alegrías», pero su forma de cantar seguía sin ser bien vista por muchos, entre ellos por Carlos Gardel.

Su llegada al cine se produjo en 1933, cuando participó en «Tango», de Luis Moglia Barth, el primer largometraje argentino sonoro, donde interpretó, en el patio del conventillo, el popular reclamo milonguero: «Yo quiero un hombre…».

Durante los años '50 y '60, protagonizó reconocidas realizaciones fílmicas como «Arrabalera», de Tulio Demicheli; «Los isleros», «Guacho» y «Mercado de Abasto», todas de Lucas Demare; «Para vestir santos», de Leopoldo Torre Nilsson; «La morocha» y «Amorina», ambas de Hugo del Carril, y «Los hipócritas», de Enrique Carreras.

Como intérprete de tango grabó su primer disco en 1929, y luego vinieron otros en los que fue acompañada por la orquesta de Francisco Canaro. Como autora, escribió la letra de «Llamarada pasional», con música de Héctor Stamponi, y «Decime Dios dónde estás», con música de Manuel Sucher.

En cine también se la pudo ver en «Idolos de la radio» (1934), «Noches de Buenos Aires» (1935), «Así es el tango» (1936), «La fuga» (1937), «Ceniza al viento» (1942), «Morir en su ley» (1947), «Don Juan Tenorio» (1948), «La historia del tango», «Filomena Marturano» y «Morir en su ley» (1949) y «Vivir un instante» (1950).

«Deshonra» y «Pasó en mi barrio» (1951), «La Morocha» y «El amor nunca muere» (1955), «Los evadidos» (1963), «La industria del matrimonio» y «Ritmo nuevo y vieja ola» (1965), «El andador» (1967), «Viva la vida» (1969), «La madre María» (1974), «El canto cuenta su historia» (1976), «Los miedos» (1980) y «Las barras bravas» (1985), completan la lista.

En televisión, son recordadas sus participaciones en el ciclo «Grandes valores del tango» por Canal 9, cuando además de cantar sus populares temas como «Se dice de mí», «La morocha» o «Arrabalera», deleitaba a los televidentes bailando con el también recordado Tito Lusiardo.

Ya sin explotar su faceta artística pero sí toda su experiencia de vida, en la pantalla chica desarrolló un sólido rol de opinadora en que, acompañada por el entonces joven Víctor Sueiro, inmortalizó la frase «muchacha, hacete el papanicolau», dirigida a la audiencia femenina.

La gente del espectáculo la recuerda

BUENOS AIRES.- Al cumplirse cien años del nacimiento de Tita Merello, la actriz María Aurelia Bisutti y las cantantes María Volonté y Nelly Omar recordaron a la actriz y cantante con palabras en las que se mezclaban el cariño y la admiración.

Bissutti aclaró a Télam que «mi historia con Tita tiene que ver solamente con el hecho de haber compartido un set de filmación, porque no hemos sostenido otra relación, fuera de las cámaras. Siempre tuve a Tita como una mujer con mucho carácter y dueña de un humor que a veces era hasta ácido».

«Recuerdo que una vez, filmando junto a Hugo del Carril, en una noche bastante fría, Tita lo convidó con un té caliente y él, queriendo actuar como un caballero, le dijo 'Sos como una madre para mí'. Eso no le gustó nada a ella, que era muy coqueta», memoró Bisutti.

Según la actriz, «ella tenía una forma de ser muy definida: respetaba todo lo que la rodeaba y no contaba cosas de su vida. Era muy reservada y especial».

«Honestamente -agregó Bisutti-, me habría gustado conocerla un poco más, pero no era fácil para abrirse; siempre ponía distancias entre su vida y las de los demás».

Por su parte, la vocalista María Volonté consideró ante esta agencia que «todas las cantantes de tango hemos tomado algo de Tita Merello».

«Tenía una forma de cantar muy especial, una imagen sorprendente y también era digna de elogio la teatralización que hacía de sus interpretaciones».

«Tanto ella como Azucena Maizani y Nelly Omar, quien con sus jóvenes 94 años sigue cantando, son referentes indiscutidos para las cantantes de música ciudadana», añadió María Volonté.

Finalmente, la citada Nelly Omar refirió que «el tango vivió épocas muy importantes y Tita es un ejemplo de ello. Yo tengo 10 años menos y espero poder llegar viva y cantando a esos 100 años con que la recordamos ahora». (Télam).

Homenaje en Buenos Aires

BUENOS AIRES.- Actividades de distinto tipo aunque todas vinculadas a la vida y la obra de Tita Merello se llevarán a cabo al cumplirse cien años del nacimiento de la actriz y cantante.

Por ejemplo, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) ha programado un ciclo de cine de homenaje que se llevará a cabo desde el jueves 14 hasta el jueves 21 de este mes y en cuya organización también participa la comisión de Cultura de la Legislatura porteña.

El tributo se concretará en el complejo de salas precisamente llamado Tita Merello, que depende del Incaa y queda en Suipacha 442, Capital, e incluye la proyección de los siguientes filmes interpretados por Merello: «Los isleros», «Mercado de Abasto», «Filomena Marturano», «Morir en su ley», «Noches de Buenos Aires», «Amorina», «Para vestir santos» y «Arrabalera».

También continuará con distintos actos la Semana de Tita Merello que comenzó el viernes en el Salón Dorado de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como parte de esa semana, mañana, a las 19, se efectuará una muestra de vestidos y bocetos de la colección Horace Lannes en el hall central del teatro San Martín (avenida Corrientes 1530).

A las 20 de ese mismo día, el profesor académico Gabriel Soria brindará una conferencia titulada «Tita Merello, una vida de película».

El miércoles 13, a las 16, se realizará en el complejo de cines Tita Merello (Suipacha 442) una exposición de objetos personales de Merello pertenecientes a la Asociación Amigos de la Avenida Corrientes, Peatonal Lavalle y Obelisco.

Ese mismo día, pero a las 19, se desarrollará una exposición de afiches de filmes de Tita Merello en la sede del Museo del Cine (Defensa 1220, Capital). (Télam).