La historia del “hogar” de uno de los dinosaurios más grandes

La revista de la Asociación Paleontológica Argentina destacó el origen y los logros del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul.

Durante las últimas tres décadas la provincia de Neuquén experimentó “un explosivo surgimiento de museos de diversa envergadura, tras el hallazgo de ejemplares fósiles, principalmente dinosaurios”, escribió el director de la carrera de paleontología de la Universidad Nacional de Río Negro.

Su artículo se publicó recientemente en la revista de la Asociación Paleontológica Argentina, que destacó la historia del Museo Carmen Funes, de Plaza Huincul. Ese museo es el hogar del popular dinosaurio Argentinosaurus huinculensis, que fue uno de los animales terrestres más grandes del mundo.

Coria describió al Argentinosaurus junto con José Bonaparte en 1993 y ahora contó el origen del Museo y los logros que se han llevado a cabo desde su fundación. Recordó: “En el año 1984, por propia iniciativa, un grupo de vecinos de Plaza Huincul y Cutral Có puso a disposición del municipio huinculense una sencilla exhibición de elementos colectados durante años de manera particular. Con unos pocos elementos, se puso en funcionamiento el Museo”.

En aquel momento, en un salón de 40 metros de largo por 10 metros de ancho, se albergó una exposición ecléctica que incluía fósiles de invertebrados marinos, algunos huesos de dinosaurios, ejemplares taxidermizados representantes de la fauna local, muestras de rocas y minerales de la zona, todos acompañados por elementos líticos de pueblos originarios, artículos de uso hogareño en desuso y donados por los primeros pobladores.

El nombre del museo es un reconocimiento a Doña Carmen Funes de Campos, que fue una de las primeras personas registradas en Plaza Huincul. Funes colaboró con la logística desarrollada para el descubrimiento del petróleo en la Cuenca Neuquina en la segunda década del siglo XX.

Desde el museo se han hecho trabajos pioneros en paleoneurología de dinosaurios, su desarrollo embrionario y las conductas reproductivas. En 1988 Bonaparte visitó el museo y observó un hueso que estaba en exhibición. El personal del museo le mostró a Bonaparte el sitio de procedencia del hueso y se armó una campaña de excavación por la cual se rescataron varios elementos vertebrales del tronco y sacro de un enorme titanosaurio.


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