Cientos de soldados-rehenes ya palpan la libertad en Colombia

Serán liberados como "gesto" de la guerrilla, que sigue atacando

La Macarena, Colombia (EFE).- En un cuaderno infantil, Luis Felipe Rojas Cruz, de poco más de 20 años, patrullero de la Policía colombiana, comenzó a escribir algunos de los recuerdos «cruciales» de su vida, que van desde el 3 de agosto de 1998, cuando fue capturado por la guerrilla, hasta ayer.

El próximo jueves, junto con otros 241 jóvenes soldados y policías, será puesto en libertad por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y ayer EFE tuvo acceso a ellos, que esperan con ansiedad el momento en que puedan abrazar a sus familias.

«En este cuaderno recopilo el recuerdo de momentos cruciales de mi vida, que estamos a punto de superar. Libertad hoy eres una realidad y no un mito», resalta Rojas en su cuaderno, junto a testimonios de amigos y compañeros, cautivos desde el asalto a Miraflores, en el departamento del Guaviare (sur).

Las FARC pondrán en libertad de forma unilateral a estos 242 uniformados, ya concentrados en el campamento de La Boragua, en las afueras de La Macarena, un pequeño pueblo del departamento del Meta, (sur del país), mientras que otros 60 serán liberados en los próximos días en el departamento de Antioquia (noroeste).

El pasado día 2, el Gobierno colombiano y las FARC, la principal guerrilla del país, con la que llevan negociando desde hace tres años, llegaron a un acuerdo de «intercambio humanitario» y entre el 5 y el 18 de este mes fueron puestos en libertad 55 soldados y policías y excarcelados 14 guerrilleros.

Bajo la supervisión de «El Mono Jojoy», alias de Jorge Briceño, el jefe militar de las FACR, los 242 uniformados viajaron durante ocho días desde donde estaban retenidos hasta La Boragua, donde serán entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja en una ceremonia a la que la guerrilla ha invitado a numerosas delegaciones internacionales.

Estos ochos días de marcha, incluso atados con cordeles al cuello, han sido para ellos «el anuncio de la libertad», algo que, coinciden todos, sólo les ha dejado un punto amargo: «se han quedado con nuestros comandantes cuando los habían ilusionado con la posibilidad de salir», señala Juan Carlos Sepúlveda, otro patrullero capturado en Mitú (Vaupés, suroeste) en 1998.

Las FARC han anunciado que algo más de 40 suboficiales y oficiales quedarán en su poder hasta lograr un «canje de prisioneros de guerra» con el gobierno. En medio de estas señales alentadoras, sin embargo, se produjeron nuevas amenazas guerrilleras de llevar la lucha a zonas urbanas, y amenazas rebeldes contra a la copa América de Fútbol. (ver pág 48/49)


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