Cinco años de cárcel por asalto en cerro Otto

La víctima fue un matrimonio que miraba el paisaje. El imputado dijo que la Policía le "plantó" pruebas.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Los jueces de la Cámara Segunda del Crimen entendieron que estaba probada la participación de Gabriel Figueroa Montesinos en el asalto a mano armada a un matrimonio de residentes en el camino de acceso a la cima del cerro Otto, y le impusieron cinco años de prisión, la pena que había propuesto el fiscal.

El voto del juez Miguel Ángel Lara, al que adhirieron los jueces César Lanfranchi y Héctor Leguizamón Pondal, descartó las nulidades planteadas por la defensa y valoró de manera positiva las declaraciones de los agentes que participaron en la persecución y detención del delincuente, así como el secuestro de los elementos sustraídos a las víctimas.

El fiscal Marcos Burgos le atribuye a Figueroa Montesinos, de 24 años, haber asaltado con armas, en compañía de otros dos individuos que nunca fueron identificados, a Gerardo Lantschner y a su esposa, Edith Glucksberg, cuando se dirigían en auto hacia la cima del cerro Otto a buscar a su hijo, y se detuvieron a observar el paisaje en la denominada «Curva de Bariloche».

El episodio ocurrió a las 17.30 del 18 de junio de 2007, cuando tres delincuentes encapuchados amenazaron con dos armas de fuego y un cuchillo a la pareja, los obligaron a internarse en una senda peatonal y les robaron sus alianzas, dos handy Motorola, dos camperas, un celular, las llaves de su auto y 350 o 400 pesos, entre otros objetos personales, y escaparon por un sendero que conduce al barrio El Frutillar.

Tras el llamado a la policía, realizado por el hijo de los Lantschner, a Figueroa Montesinos lo detuvo una patrulla policial momentos en la base de la ladera Sur del cerro Otto, con parte de los objetos robados, pero los otros sospechosos alcanzaron a escapar favorecidos por la incipiente oscuridad y la abundante presencia de nieve en el lugar.

El imputado declaró que ese día cumplía años su madre y lo detuvieron mientras caminaba hacia el barrio 400 Viviendas para invitar a su tía, y aseguró que los policías lo esposaron y dejaron a su lado objetos que no le pertenecían.

El fiscal sostuvo la acusación, después de que declararan dos de los policías que participaron en el procedimiento, y consideró válidos estos testimonios y los del testigo de la actuación al pedir cinco años de prisión.

Algunas de las pruebas, indicios y testimonios fueron objetados por el defensor Gustavo Butrón, pero el fiscal valoró de manera especial la inmediatez entre el hecho y la detención del sospechoso, quien registra antecedentes por delitos similares, para sostener la acusación.

El defensor calificó como nula e ilegal el acta del procedimiento «porque consigna cosas que no ocurrieron», y señaló que los policías que detuvieron a su pupilo «tendrían que venir como imputados, y no como testigos».

También alegó que al imputado no le secuestraron ningún arma.


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