Cinco horas de máxima tensión en Pilar
BUENOS AIRES.- Un grupo de ladrones entró ayer a robar a la sucursal del Banco Nación de Pilar, pero en medio de un tiroteo, mientras los cómplices huían uno de ellos no alcanzó a escapar y protagonizó una toma de rehenes que duró más de cinco horas. Finalmente aceptó entregarse y las víctimas fueron liberadas ilesas. Al verse rodeado, el joven de 20 años comenzó a exigir un auto para escapar y habló con canales de televisión asegurando que tenía una bomba. Los negociadores sólo accedieron a los pedidos de comida y a garantizar la presencia de su esposa. Poco antes de las 17 el joven salió con las manos en alto y se entregó. Besó a su mujer mientras era requisado por los uniformados y los rehenes eran puestos en libertad sanos y salvos. Mientras se desarrollaba la negociación la policía realizó un operativo en el que detuvo a cuatro personas que serían los cómplices que habrían robado el banco y logrado escapar. Tanto el ministro de Justicia y Seguridad provincial, Ricardo Casal, como el jefe de la policía, Juan Carlos Paggi, destacaron el la actuación de los negociadores y demás uniformados que actuaron en el caso, que comenzó alrededor de 12:30, cuando un grupo de jóvenes llegó en un Peugeot 206 negro al banco y a punta de pistola redujo a más de 30 empleados y clientes, entre ellos mujeres embarazadas y jubilados. A gritos exigían el dinero cuando comenzó el tiroteo. Tres de ellos lograron escapar con dos bolsas llenas de dinero, aunque una de las sacas se les cayó a los pocos metros. Pero el último cómplice, apodado “El Chilenito” o “El Cheto” no alcanzó a huir y se atrincheró en el banco. Desde allí se comunicó con los canales C5N y América 24 para poner condiciones a su entrega y la liberación de los rehenes. “Tengo una bomba; los rehenes están bien. Si se mete la policía, activo la bomba. Que vengan los jueces”, dijo en vivo al periodista Guillermo Andino, exigiéndole que intermedie en el diálogo con la policía. “Hablá ahí con la policía, porque no largo a nadie. Yo no maltraté a nadie, disparé dos veces nada más”, dijo, y luego le pasó el teléfono a una de sus víctimas que dijo: “Háganle caso al Chilenito, él pide que tranquilicen a la policía”. Camarógrafos, reporteros y familiares comenzaron a apostarse alrededor del banco. Con el correr de las horas y la falta de soluciones, también llegaron el ministro Casal y el vocero de la Asociación Bancaria, Eduardo Berrozpe, quien reclamó: “Primero está la vida, esto no se puede convertirse en otro Ramallo”, recordando la toma del Banco Nación de esa ciudad en 1999, cuando murieron delincuentes y rehenes. La liberación fue en etapas: primero a cambio de gaseosas y luego de comida. Recién con la llegada de la mujer el joven se entregó. Una jubilada que fue rehén aseguró que estando dentro del banco el ladrón se hizo armar “un cigarrillo de droga con un billete de 100 pesos”. (Agencias)
BUENOS AIRES.- Un grupo de ladrones entró ayer a robar a la sucursal del Banco Nación de Pilar, pero en medio de un tiroteo, mientras los cómplices huían uno de ellos no alcanzó a escapar y protagonizó una toma de rehenes que duró más de cinco horas. Finalmente aceptó entregarse y las víctimas fueron liberadas ilesas. Al verse rodeado, el joven de 20 años comenzó a exigir un auto para escapar y habló con canales de televisión asegurando que tenía una bomba. Los negociadores sólo accedieron a los pedidos de comida y a garantizar la presencia de su esposa. Poco antes de las 17 el joven salió con las manos en alto y se entregó. Besó a su mujer mientras era requisado por los uniformados y los rehenes eran puestos en libertad sanos y salvos. Mientras se desarrollaba la negociación la policía realizó un operativo en el que detuvo a cuatro personas que serían los cómplices que habrían robado el banco y logrado escapar. Tanto el ministro de Justicia y Seguridad provincial, Ricardo Casal, como el jefe de la policía, Juan Carlos Paggi, destacaron el la actuación de los negociadores y demás uniformados que actuaron en el caso, que comenzó alrededor de 12:30, cuando un grupo de jóvenes llegó en un Peugeot 206 negro al banco y a punta de pistola redujo a más de 30 empleados y clientes, entre ellos mujeres embarazadas y jubilados. A gritos exigían el dinero cuando comenzó el tiroteo. Tres de ellos lograron escapar con dos bolsas llenas de dinero, aunque una de las sacas se les cayó a los pocos metros. Pero el último cómplice, apodado “El Chilenito” o “El Cheto” no alcanzó a huir y se atrincheró en el banco. Desde allí se comunicó con los canales C5N y América 24 para poner condiciones a su entrega y la liberación de los rehenes. “Tengo una bomba; los rehenes están bien. Si se mete la policía, activo la bomba. Que vengan los jueces”, dijo en vivo al periodista Guillermo Andino, exigiéndole que intermedie en el diálogo con la policía. “Hablá ahí con la policía, porque no largo a nadie. Yo no maltraté a nadie, disparé dos veces nada más”, dijo, y luego le pasó el teléfono a una de sus víctimas que dijo: “Háganle caso al Chilenito, él pide que tranquilicen a la policía”. Camarógrafos, reporteros y familiares comenzaron a apostarse alrededor del banco. Con el correr de las horas y la falta de soluciones, también llegaron el ministro Casal y el vocero de la Asociación Bancaria, Eduardo Berrozpe, quien reclamó: “Primero está la vida, esto no se puede convertirse en otro Ramallo”, recordando la toma del Banco Nación de esa ciudad en 1999, cuando murieron delincuentes y rehenes. La liberación fue en etapas: primero a cambio de gaseosas y luego de comida. Recién con la llegada de la mujer el joven se entregó. Una jubilada que fue rehén aseguró que estando dentro del banco el ladrón se hizo armar “un cigarrillo de droga con un billete de 100 pesos”. (Agencias)
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