Cincuenta músicos asisten a curso para bronces

El músico inglés John Wallace está en San Carlos de Bariloche para dictar el curso para instrumentos de bronce a media centena de entusiastas alumnos en las instalaciones que el Cámping Musical Bariloche posee junto al lago Moreno. El inigualable marco natural y la predisposición manifestada por el trompetista colaborarán para que este curso resulte una experiencia singular. Cada día demostrarán lo que han aprendido con una serenata.

SAN CARLOS DE BARILOCHE- Cuarenta y seis músicos provenientes de diversos puntos del país y algunos de esta ciudad disfrutan de los encuentros con el maestro John Wallace en el marco del Curso para Bonces (trompeta, corno, tuba, trombón y eufonio) organizado por el Cámping Musical local y The Wallace Collection.

Portando «treinta y pico de kilos de partituras de música muy tradicional» escrita especialmente para esta familia de instrumentos, el director de bronces de la Real Academia de Música de Inglaterra arribó a esta ciudad animado por la expectativa de compartir ocho días de trabajo en el campus junto al lago Moreno en Llao Llao.

Locuaz y simpático mantuvo un diálogo con la prensa en la sala vip del aeropuerto local, acompañado por miembros de la comisión directiva del Cámping. Según refirió durante el encuentro, los compositores británicos dedicaron muchas partituras a los bronces y consideró que «lo interesante de la música para estos instrumentos es la universalidad. Los tocan los mariachis de México, para la música ceremonial de Venecia, las bandas de bomberos de Finlandia o los guardaparques en Australia».

Con respecto al curso que dicta aquí, anticipó que «el contacto humano es sumamente importante y el calor del conjunto» será aprovechado al máximo durante las clases. Al principio, dijo, tendrán una actividad de calentamiento.

El primer día estará dedicado al intercambio de experiencias continuando luego con los aspectos técnicos del curso.

«Van a jugar mucho, la ejercitación pasa mucho por lo lúdico, tocar mucho juntos, conocerse. Primero en una forma no tan técnica después, más específica. Van a trabajar toda la parte intelectual, conceptual y técnica tanto individualmente como en grupo. Al final de cada día, será mostrado el resultado del trabajo a través de una serenata o un concierto», explicó.

En cuanto a la manera de encarar el contacto, dijo que será «priorizando el intercambio de tradiciones, no tanto la relación profesor alumno». Asimismo manifestó su intención de que durante los encuentros prevalezca «el humor y el deseo de compartir».

De los músicos opinó que «los buenos profesionales argentinos son tan buenos como en Londres». Comparando las situaciones argentina e inglesa dijo haber observado una diferencia de actitudes en los jóvenes. «Allí hubo una retracción con respecto a la música mientras que aquí la situación es totalmente contraria, la gente joven está acercándose cada vez más a los bronces».

Destacó también el hecho de que «en Argentina los músicos son mejor considerados que en Londres. En este momento la Orquesta Sinfónica acaba de perder el trombonista, que se fue a tocar a la Sinfónica de Viena donde el músico es mejor visto socialmente. En Gran Bretaña los que realmente están bien son los que están en la parte financiera», afirmó.

No es la primera vez que visita el país. Estuvo hace cinco años en el Teatro Colón de Buenos Aires. Uno de los anhelos que espera concretar luego de esta visita es lograr tocar tango.

Dependiendo de las culturas y las situaciones, el lenguaje de los bronces ha ido variando. «Su idioma es guerra pero en el siglo XV fue arte». En esta variación tuvieron que ver las instituciones eclesiásticas. «En la Catedral de Sucre (Bolivia) tenían un conjunto muy grande. En Inglaterra y en Venecia también tocaban ese tipo de música».

Aquí interpretará junto a los músicos que participan del curso una pieza para cuarenta instrumentos «y en ese momento los bronces van a tocar suavemente, con una voz humanizada. Ha habido otros momentos cuando fueron usados en la guerra. Los bronces tienen características mucho más complejas que como instrumento de guerra», aseguró.

«Cuando se escucha un bronce tocando muy suavemente es como un gran gigante que abraza al auditorio mimándolo. El lenguaje de estos instrumentos ha ido desarrollándose de muchas maneras. Una clara muestra de ello es el jazz y más específicamente Louis Amstrong», apreció.

Ante esta dicotomía dijo tener la esperanza de que en el futuro sean utilizados como manifestación del arte.

«Cuando los bronces son tocados con fuerza es como para decirle a la gente que se calle. Lo que quiero -concluyó- es que sean suavemente ejecutados y todo el mundo pueda escucharlos y disfrutar del sonido».

Trompetista de renombre

John Wallace es considerado uno de los más importantes trompetistas del mundo. Su reputación internacional fue alcanzada luego de demostrar sobresaliente calidad como solista e integrante de orquestas en aclamadas presentaciones de repertorio clásico y contemporáneo.

Protagoniza conciertos en el mundo entero como solista, como líder de su grupo de bronces The Wallace Collection y como primera trompeta de la Philarmonia Orchestra y de la Sinfonietta, agrupación que encara principalmente repertorio contemporáneo.

Ha estrenado numerosas obras para trompeta de importantes autores contemporáneos como Rutland, Boughton y Malcolm Arnold y muchos conciertos han sido escritos especialmente para él por Maxwell Davies y James MacMillan, entre otros. Es director de bronces de la Royal Academy of Music desde 1992.

La música es para Wallace «uno de los grandes puntos de unión del mundo civilizado y con los bronces específicamente existe una gran hermandad entre los músicos a esfera mundial que frecuentemente manifiestan sus deseos de conocerse mutuamente».

Uno de los motivos por los cuales Londres es el centro de todo esto es el hecho de que allí «se produce mucha música para bronces y existe una prolífica interrelación entre los distintos tipos de música. Esto se debe en gran medida a la Revolución Industrial en el siglo XIX movimiento con el que surgieron unas treinta mil bandas de bronces y arriba del millón de ejecutantes. Cada mina de carbón en Gales tenía su banda como una manera de levantar el espíritu de los mineros que trabajaban allí».


SAN CARLOS DE BARILOCHE- Cuarenta y seis músicos provenientes de diversos puntos del país y algunos de esta ciudad disfrutan de los encuentros con el maestro John Wallace en el marco del Curso para Bonces (trompeta, corno, tuba, trombón y eufonio) organizado por el Cámping Musical local y The Wallace Collection.

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