Cinematográfico escape de once presos de la alcaidía de Roca

Cavaron un túnel durante unos cinco días.

ROCA (AR).- La alcaidía de Roca vivió una situación que parece extraída de las mejores películas de acción. Como en las grandes fugas, un grupo de internos utilizó uno de los métodos más viejos para escapar: un largo túnel que los depositó del otro lado del muro.

Once detenidos, entre los que hay algunos con condenas de hasta 24 años, escaparon durante la madrugada de ayer, aunque recién a media mañana la fuga fue advertida casi por casualidad.

Durante no menos de cinco días, un grupo de internos comenzó a poner en práctica un elaborado plan para fugarse de la atestada cárcel roquense.

Primero lograron arrancar la letrina de uno de los baños del pabellón Nº5, el más cercano al muro este de la unidad.

Empezaron a cavar, atravesaron las capas de cemento, ripio y piedra, hasta llegar a una profundidad donde el terreno es arenoso. A partir de ese momento, la dirección de excavación fue directamente hacia el muro, aunque para ello debieron armarse de paciencia y realizaron un trabajo lento pero sin fallas.

Como «pala» utilizaron una traba de hierro de una ventana, que cortaron con una sierra, haciéndole una punta.

Además se valían de un tarro de lata que llevaban con agua, mojaban la arena para sacarla más rápido y luego la retiraban del túnel con la misma lata.

Así se repetía el proceso sin levantar sospechas, y con la seguridad de que muchos internos que estaban al tanto de la maniobra evasiva harían lo imposible para que los guardiacárceles no los sorprendieran durante la excavación.

Luego de cavar en dirección este unos siete u ocho metros, llegaron al muro. Tal vez en este lugar fue lo más difícil, porque tuvieron que sortear los refuerzos de la muralla que están bajo tierra. Tiempo más o tiempo menos que el previsto, lograron hacer el pozo en el exterior de la alcaidía.

Y dio la impresión de que el trayecto era tan preciso, que salieron justo en una esquina de la muralla, y debajo del lugar donde caminan los guardias sobre el muro. Esto les permitió escapar sigilosamente pegados a la pared sin poder ser advertidos desde arriba. Pero además de los cálculos exactos del túnel, los fugados tomaron otras precauciones. Una vez que salieron, se despojaron de algunas ropas que habían embarrado en el interior del túnel, para evitar que llamara la atención de cualquier control policial rutinario.

Pero para lograr el escape, contaron con varios elementos que jugaron a su favor. Uno de ellos es la falta de personal policial, que desde hace tiempo es una constante en la cárcel.

Al haber pocos policías en el área interna, desde hace un tiempo los detenidos no son encerrados en sus pabellones. Se cierra la puerta de reja que conecta con la guardia, y quedan dos sectores bien demarcados.

De la reja a la guardia, mandan los policías. Pero en el interior, es «tierra de nadie». Y a no ser que ingresen con refuerzos, ningún uniformado se atrevería a ingresar solo. Ese territorio pertenece a los internos y prevalece la ley de ellos.

Al no ingresar al sector interno tampoco se controlan los pabellones, por lo que no pudo ser advertida la acumulación de tierra que se sacaba del túnel.

Esta situación tampoco permite hacer el recuento de detenidos que, de haberse hecho, la fuga se podría haber detectado mucho antes.

Recién a media mañana, uno de los guardias que estaban sobre el muro vio ropas tiradas y luego detectó la boca del túnel en el exterior. La alarma se produjo de inmediato, aunque los fugados hacía horas que se encontraban en la calle.

Después se sucedieron las corridas, aunque recién a las 17 llegó la orden de la Jefatura de Policía para controlar las rutas de la zona. En definitiva, demasiadas ventajas que, al menos hasta anoche, los fugados aprovecharon al máximo.

Superpoblación, malestar y amenazas

ROCA (AR).- Desde hace varios meses, el clima en la alcaidía de Roca no es el mejor. Incluso el propio jefe de la unidad, comisario Andrés Capsi, aseguró que desde el sangriento motín del año «96 no se había vivido un clima tan tenso como en la actualidad.

La superpoblación carcelaria, las deficiencias edilicias y la falta de personal, que no es ninguna novedad para los funcionarios provinciales, no ayudan en nada para que el clima interno mejore.

Hace unos meses, «Río Negro» publicó un informe donde se daban detalladas muestras de las precarias condiciones de habitabilidad y trabajo, tanto para los internos como para los policías de la unidad.

En aquella oportunidad, 350 internos vivían en una cárcel construida para 180. Hasta ayer, antes de la fuga, el número de detenidos trepaba a 374.

Ante la falta de celadores, desde hace un tiempo no se encierra a los detenidos en los pabellones durante la noche.

Es decir que se pueden mover de un pabellón a otro sin inconvenientes y, en caso de algún conflicto, los policías ingresan únicamente en gran número y con refuerzos.

Las amenazas de los internos son permanentes y la bronca contenida es de ambos lados de la reja.

Incluso, el subcomisario Salinas -el segundo superior en la escala jerárquica de la unidad- no puede ingresar al sector interno, debido a las constantes amenazas que recibió de un grupo de detenidos.

Otro de los problemas que causa malestar en el penal es el tema de la comida. Muchos aseguran que son pocos los que la pueden ingerir tres días seguidos sin tener que ser trasladado al hospital.

Lo cierto es que la tensión aumentó y mucho, mientras se sucedían los operativos para tratar de dar con los once internos que lograron burlar los controles policiales.

Hay condenados a penas severas

ROCA (AR).- Entre los fugados de ayer de la alcaidía de Roca, hay algunos que tienen condenas a 13 y 14 años de prisión, y al menos otros con una sentencia a 24 años. El resto son algunos procesados.

Al estar los pabellones abiertos durante todo el día, los fugados no pertenecen en su totalidad al pabellón Nº5.

Los prófugos

La lista de prófugos que hasta anoche no habían sido recapturados son los siguientes:

Diego Cristóbal Fernández Beovide, Aladín Vázquez Jara, Antonio Aravena, Carlos Maximiliano Figueroa, Oscar Rubén Cabral, Pablo Calfún, Carlos Elías Quilapi, Ariel Ortega Sandoval, Juan Ancatén, Pablo Padilla y Daniel Montecino.

Los investigadores creen que casi todos podrían estar escondidos en algún lugar de Roca hasta que los controles no sean tan intensos.

Tampoco se descartaba que alguna persona estuviera al tanto del intento de fuga de ayer y que algún vehículo los estuviera esperando en los alrededores de la alcaidía.

Hace más de 15 años se produjo una fuga masiva

ROCA (AR).- Una fuga como la ocurrida ayer no tiene precedentes en la alcaidía de Roca en los quince últimos años.

Un escape masivo se produjo el 9 de octubre del «85, cuando 28 internos lograron fugarse del penal.

Fue durante la noche y los internos recurrieron a la violencia para ganar la calle.

Durante la fuga, un grupo de evadidos protagonizó un asalto y luego un tiroteo en la intersección de Artigas y Santa Cruz con los uniformados. En aquella oportunidad se pusieron patrulleros con reflectores sobre la ruta 22, para evitar que los internos llegaran al sector de chacras.

Sin embargo, algunos habían logrado cruzar la ruta antes de que se instalaran los móviles. Uno de los evadidos se había arrojado al río, lográndolo cruzar, aunque fue detenido a los pocos días.

Otro de los puntos donde se concentró el rastrillaje fue donde actualmente se encuentra el barrio 827 Viviendas. Por aquellos años, el lugar era un gran descampado con altos yuyales, que era recorrido intensamente por móviles y efectivos policiales.

El domingo 17 de diciembre del «95 se produjo otro escape importante. Diez delincuentes lograron escapar, aunque a las pocas horas se atrapó a cuatro, mientras se trompeaban con un taxista de Roca. Los fugados aprovecharon, en esa oportunidad, la afluencia de visitas al penal y se armaron de sierras y algunas barretas. Se dividieron en dos grupos de seis y cuatro personas.

El grupo mayor violentó tres candados y una reja, por lo que rápidamente ganaron la calle.

Los otros cuatro evadidos lograron forzar dos puertas. Al salir del penal, intentaron tomar un taxi, por lo que tomaron a golpes de puño al chofer del vehículo.

Sin embargo, el incidente fue advertido por los guardiacárceles, por lo que los delincuentes fueron detenidos en las proximidades de la Cárcel de Encausados.

El mal clima interno se potenció el sábado

ROCA (AR).- El sábado la alcaidía vivió un principio de motín. Varios policías que se encontraban en la zona de pabellones se salvaron por milagro ante una imprevista y furiosa embestida de los internos.

Fue cuando los reclusos se enteraron de la muerte de Víctor Daniel Morales, el interno que intentó escapar y recibió un disparo de un arma nueve milímetros a metros de la puerta de la alcaidía.

Situación desesperante

Si bien la situación del herido era desesperante desde el vamos, se trató de ocultar a toda costa este diagnóstico al resto de los internos. Es que se sabía que la reacción de los detenidos iba a ser grande, e incluso no se descartaba el inicio de un motín.

Morales había ingresado mal herido al hospital «Francisco López Lima» de Roca.

Incluso apenas recibió las primeras atenciones, se supo que perdería la movilidad en las piernas. Mientras tanto, sigue la investigación para establecer la responsabilidad del policía que lo custodiaba.

Cuando el interno falleció, tuvieron que llevarlo a la morgue judicial -que se encuentra ubicada frente a un sector del hospital- por la parte trasera del nosocomio. Así se decidió, ya que en la puerta principal se encontraban los familiares y amigos y se temía por incidentes.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios