Cipolletti: la terminal funciona a pleno

La estación de ómnibus es utilizada por los cipoleños y por muchísimos vecinos del este neuquino.

Agustín Martínez

CIPOLLETTI (AC).- El flujo de gente en la terminal de Cipolletti fue intenso durante los últimos diez días. Según estimaciones, habrían pasado unas 25.000 personas por la estación. Durante los días previos a Navidad y Año Nuevo las instalaciones estuvieron desbordadas de gente que llegaba o pretendía viajar. La terminal de Cipolletti atiende la demanda de la ciudad y buena parte del este neuquino. Muchos habitantes de la otra provincia prefieren utilizar la estación cipoleña porque está más cerca de sus hogares o porque llegar hasta a ella implica menos trastorno. Según estimaciones de los concesionarios, el 24 de diciembre unas 4.000 personas utilizaron la estación y el mismo número de gente se registró durante el 31 de diciembre. A esos 8.000 transeúntes se le deben sumar unas 2.000 personas que llegan o se van todos los días. Viajaron 25.000 personas El cálculo permite concluir que en los últimos diez días han circulado por las instalaciones de la estación unos 25.000 individuos. Los números fueron suministrados por un guardia de seguridad ya que la encargada de la terminal, Karina Álvarez, no pudo atender a “Río Negro”. La estación de ómnibus fue inaugurada hace siete años y desde entonces el municipio le otorgó la concesión a la empresa Vía Bariloche. Según se supo, es operada por otra empresa subsidiaria denominada “El Canario”. En días donde la circulación es intensa, el edificio comienza a hacerse chico y también empiezan a evidenciarse algunas falencias. Por otra parte, el aire acondicionado es deficiente durante la época estival y la gente no sabe si permanecer adentro o esperar a los colectivos en la plataforma. Otros problemas de infraestructura salen a la luz cuando la demanda es grande. “En condiciones normales la estación es muy funcional, nosotros preferimos usar esta terminal y no la de Neuquén, pero es evidente que requiere de algunas inversiones para que pueda soportar la demanda en momentos de saturación”, comentó a este diario un ciudadano neuquino mientras esperaba un ómnibus. Si bien la mayoría de las personas se mostraron conformes con las instalaciones, hubo otros que también se quejaron, sobre todo por los elevados precios de la confitería. “Está todo muy caro, no te podés tomar ni una botella de agua”, dijo un hombre que aguardaba la llegada de sus familiares.