Claves para entender cómo evolucionará el comercio frutícola en segundo semestre del año

Las expectativas se muestran positivas. En manzana se espera un mercado interno demandado. Las exportaciones a Brasil se mantendrán firmes. Existe mucha incertidumbre sobre el escenario económico de aquí a fin de año.

No se esperan una presión de fruta importada en las góndolas locales.

La fruticultura regional mostró indicadores positivos en la primera parte del año. Pero ¿qué se puede esperar de este segundo semestre?

Son varias las proyecciones a delinear con la estadística presentada. Aquí se muestran algunas tendencias de lo que puede llegar a pasar en el sector teniendo en cuenta la evolución que ha tenido en los primeros seis meses de 2020 y el comportamiento de las últimas temporadas en los mercados hacia donde se dirige nuestra oferta de fruta.

En principio es importante remarcar que, tanto el movimiento de manzanas como de peras, mostró números crecientes en lo que va de esta temporada.

En el caso de la primera de las especies mencionadas, se recolectaron poco más de 534.000 toneladas, volumen que refleja un incremento interanual del 12%. Un salto importante, pero lejos está de los guarismos de hace una década que se acercaban a las 600.000 toneladas.

De las 534.000 toneladas consolidadas en el primer semestre de 2020, un 12% se orientó a la exportación, el 26% al mercado interno, la industria absorbió 32% mientras que en stock quedó el 30% restante. Tal como se observa en el gráfico adjunto las principales diferencias relativas en la distribución de manzana, entre los primeros semestres de la presente y pasada temporada, se las ubica en la de industria, con una suba de 7 puntos porcentuales, y los stocks almacenados, con una baja de 9 puntos porcentuales.

En el caso de las peras los volúmenes cosechados también reflejaron signos positivos en lo que va del año. En forma interanual crecieron a una tasa del 10% y del 1% al compararlo con los primeros seis meses de la temporada 2010. En este caso no hubo grandes cambios en la participación de los destinos hacia donde se dirigió la fruta como sí se observó en manzana.

Pero ¿cómo sigue la temporada? Son muchas las variables a considerar en este dinámico escenario. El dato clave es sin dudas la disponibilidad de fruta que queda en stock al cierre de junio para ser colocada en esta segunda parte del año. Los datos marcan una clara tendencia que solo puede ser corregida por alguna excepcionalidad.

Al mostrar distintas características en muchos de sus aspectos comerciales, se evaluará la estadística de la manzana y la pera por separado.

Proyecciones en manzana

El comercio de la manzana en el segundo semestre del año está bien definido. El mercado interno domina el escenario. En las dos últimas temporadas concentró más del 60% del total de la distribución. La mayor parte de esta oferta se orienta a los mercados de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y el conurbano de Buenos Aires. En un segundo plano, en materia de volumen, está Córdoba y Santa Fe. La exportación y la industria siguen en importancia.

Distintas proyecciones reflejan que el mercado interno se mostrará firme durante esta segunda parte del año, Las señales que argumentan esta estimación están basadas fundamentalmente en la caída que registran los stocks almacenados, la demanda sostenida de manzana roja en destino, y dos variables que ‘limpiarían’ el mercado, centradas en mayores niveles de exportación y una demanda marginal por parte de la industria. No hay indicios de que exista presión por importaciones que puedan llegar de Chile -lo que generaría precios a la baja- si bien la mayoría de los mercados actúan hoy como vasos comunicantes.

Obviamente la dinámica que refleje la macroeconomía nacional será determinante en esta segunda parte del año. No tanto por lo relacionado con la evolución que muestre la pandemia, que tuvo pocos efectos negativos importantes sobre la actividad, pero sí por otras variables como es el caso de la paridad cambiaria. Hay mucha incertidumbre en el sector sobre la tendencia que pueda llegar a mostrar el dólar en esta segunda parte del año teniendo en cuenta la enorme emisión monetaria realizada por el BCRA en estos últimos meses y el anclaje que hoy tiene la moneda oficial. La brecha cambiaria existente es un claro termómetro de este complejo escenario.

Otro de los puntos que hay que mirar con atención en el mercado interno es la competencia que pueda llegar a existir con la canasta de fruta que hay en la góndola. Un producto que hay que seguirlo con atención es la banana que puede marcar un techo en el valor final de las frutas teniendo en cuenta la importante participación que tiene en el mercado y los niveles de sobrefacturación que presentan sus importaciones. 

Las exportaciones es el otro gran destino en importancia para la manzana en fresco en el último semestre del año, concentrando el 15% del total de la distribución en este período. Más del 50% de las ventas van al mercado de Brasil. En segundo término -siempre hablando de volumen- se ubica Paraguay concentrando más del 20% de las colocaciones externas en el período julio-diciembre. Bolivia, con cerca del 15%, sigue en este listado. Es decir, el 85% de las ventas de manzanas al exterior están en manos de estos tres mercados.     

Las expectativas también son positivas para las colocaciones externas del Valle ya que Brasil, nuestro principal destino, se está mostrando fluido y con precios rentables. En estos primeros seis meses del año se colocaron poco más de 26.000 toneladas de manzana en este mercado, un volumen que más que triplicó los del mismo período del año pasado. En el segundo semestre de 2019 fueron 23.000 toneladas exportadas, lo que permite prever que puede existir un margen mayor de ventas para este año si se tiene en cuenta que Chile podría llegar a bajar su tradicional oferta (10.000 toneladas semestrales) en este período bajo análisis. Por otra parte, no hay grandes posibilidades que ingrese manzana en cantidad de otros países a las góndolas brasileñas.

Con relación a la industria, esta se moverá en función del piso de precios que ponga la manzana que sale de las cámaras y que se destina a fresco. Si, como todo indica, los valores de la manzana roja (70% del stock que esta almacenado en frío) marcarán una tendencia creciente hasta fin de año, las compras que pueda hacer el sector van a ser marginales y estarán apuntaladas fundamentalmente en los descartes que deja los lotes de fruta que van hacia el consumo en fresco. Durante el segundo semestre del año pasado, la industria absorbió de las cámaras de frío algo más de 36.800 toneladas representando el 15% del total comercializado de la especie en ese período. No se descarta que en los últimos seis meses de este año se pueda repetir este volumen de compra.

Hay que destacar que la demanda de jugos por parte de Estados Unidos se mantiene firme, que es lo que hoy le está dando algo de oxígeno a un sector fue muy castigado en los últimos años.

Tendencias para la pera

El comportamiento de esta especie no fue tan parejo como el que se observó sobre la manzana durante los primeros seis meses de este año. La exportación concentró el 42% del total del volumen recolectado de pera. Hablamos de poco más de 247.000 toneladas. Los resultados observados se mostraron muy dispares tanto al diferenciar destinos como variedades. Durante el segundo semestre la oferta al exterior disminuye con fuerza y se reorienta hacia Brasil que concentra más del 50% del total de las colocaciones externas. Las expectativas sobre este destino para la pera argentina son buenas, pero hay ver como puede llegar a jugar el ingreso de otros competidores en este mercado. Fuentes del sector aseguran que hacia Rusia se continuará cargando tal como se hizo el año pasado. En este sentido hay que señalar que en el segundo semestre de 2019 el gigante euroasiático importó poco más de 10.000 toneladas de peras del Valle. Una cifra no menor.

El mercado interno durante el primer semestre mostró un repunte importante, con un crecimiento interanual del orden del 25% y ventas que inyectaron liquidez en momentos en el que el financiamiento estaba muy restringido. La demanda se mantuvo firme tal como se observa en la estadística adjunta y los canales de venta se concentraron en el núcleo del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Córdoba y Santa Fe. El mercado interno concentró en el período enero-junio el 12% del total del volumen movilizado. Para esta última parte del año, se estima que el mercado se mantendrá demandado con ventas proyectadas por encima de las 40.000 toneladas si se cumplen las expectativas de los operadores.

La cosecha de peras mostró un importante crecimiento en esta temporada.

La industria jugara en esta última parte del año en el mercado igual que lo hace con la manzana. Orientará sus compras a la fruta del descarte que sale de los empaques mientras los costos den para pagar ese kilo de fruta. Durante el primer semestre de 2020 este importante segmento de la actividad absorbió cerca de 160.000 toneladas de peras volumen que representa el 27% del total de la distribución de esa especie en el período bajo análisis (ver gráfico adjunto). Fue importante el salto que dio en el nivel de compras cuando se lo relaciona con la temporada pasada. La demanda de jugos desde los Estados Unidos sin dudas empujó la toma de esta decisión.

Para el segundo semestre del año no está claro cómo es que intervendrá la industria en el mercado de la pera. Durante julio-diciembre del 2019 llegó a adquirir 17.000 toneladas, pero en este mismo período del 2018 intervino con la compra de poco más de 33.000 toneladas de peras. Como se ve, la volatilidad es muy alta como para poder señalar una tendencia.   


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