Colombia opacó una genialidad de Messi

La "Pulga" abrió la cuenta después de una gran apilada. El local lo dio vuelta y dejó sin invicto a Argentina.

Argentina hizo un partido inteligente, jugó y por momentos fue superior con un hombre menos (desde los 24 del primer tiempo), pero Colombia aprovechó la única distracción defensiva y se llevó un partido caliente. El 2-1 definitivo dejó sin invicto a los criollos.

«El Campín» fue un hervidero. Miles de colombianos gritaban e insultaban a los muchachos argentinos y, para colmo, sobre los 24, Carlos Tevez se fue a las duchas inexplicablemente, al parecer por una agresión sin pelota.

Todo hacía pensar que sería una noche de sufrimiento. Pero entonces aparecieron las individualidades del 'Coco', esas que tanto sabe mimar. Corrían 36' cuando Riquelme, siempre despierto, siempre un segundo antes que los demás, jugó un tiro libre rápido. Claro, JR frotó la lámpara y el que apareció en acción fue el pequeño genio, hoy el mejor jugador del planeta. Messi tomó la pelota sobre la izquierda, se hamacó de un lado hacia el otro, dejó en ridículo a tres defensores y enmudeció a todos con una definición magnífica, digna de un crack de corte maradoniano.

En esos últimos nueve minutos antes del descanso Riquelme y la 'Pulga' estuvieron intratables. Argentina tuvo dos situaciones clarísimas para aumentar antes del descanso: una escala de Ibarra que no fue gol de milagro y una buena jugada del '10' que por un milímetro no terminó en la red.

Luis Pinto movió el banco y sus dirigidos fueron más ambiciosos. Apenas iban 50 segundo del epílogo cuando Abbondanzieri provocó una mala definición de Tressor Moreno y a los 4 el 'Pato' resolvió bien frente a un disparo lejano de Torres. Un minuto más tarde otra diablura de Messi no terminó en el 2-0 por un capricho del destino y sobre los 17 el que no perdonó, con un tiro libre desde muy lejos, fue Rubén Bustos. Era el 1-1.

Argentina manejaba bien la pelota y los tiempos, aunque se aproximaba poco al arco de Agustín Julio. Sobre los 20 Riquelme sacó un zapatazo que exigió al '1' cafetero. Y de ahí en más el balón pasó a ser poder del local, sobre todo de Freddy Grisales. De todas formas los muchachos de Basile no pasaban sofocones, porque más allá de las imprecisiones, Mascherano y Gago los corrían a todos. Y sobre todo, porque Martín Demichelis y Milito parecían una muralla.

Pero el baldazo de agua fría cayó sobre los 37. Ibarra quedó enganchado y Dayro Moreno se fue hasta las barbas de Abbondanzieri, la cedió para Rentería, éste le devolvió la gentileza y Colombia encontró un festejo que ni el hincha más optimista esperaba.

De ahí en más sólo Messi buscó en soledad. Y así, Argentina se fue mascando bronca.


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