Cruje el Frente Amplio

Cuando aún falta un año para las próximas elecciones presidenciales en el Uruguay, las encuestas de intención de voto comienzan a circular y a ser analizadas con algún cuidado. Y las cosas pueden, de pronto, estar cambiando.

Las profecías tempranas de los expertos sugieren que el izquierdista Frente Amplio –que está en el gobierno– tiene hoy apenas un 25% de intención de voto, mientras que el tradicional Partido Nacional, los “blancos” entonces, o sea la oposición, recoge –en cambio– un muy interesante 30% de intenciones de voto.

A lo que cabe sumar que el también tradicional partido Colorado, también de oposición, se lleva un 11% de las intenciones de voto, nivel que no alcanzaba desde el 2016, y otros dos partidos políticos menores (el Partido Independiente y el Partido de la Gente) un 4%, cada uno.

Un 12% de los encuestados, por su parte, no contesta a los encuestadores o no sabe bien aún a quién votará. Como suele suceder, hay siempre algunos distraídos seriales.

La caída del Frente Amplio en las actuales intenciones de voto coincide obviamente con el notorio avance de la centro-derecha en toda la región. Incluyendo en los dos vecinos grandes que tiene Uruguay: Argentina y Brasil. La izquierda latinoamericana está pagando, caro, sus incompetentes gestiones recientes y, además, la ola de aberrante corrupción en la que varios de sus gobiernos cayeron, la que, como era ciertamente de suponer, ha generado un repudio generalizado que presumiblemente la mantendrá por un tiempo alejada del poder.

En Uruguay la gestión del Frente Amplio culmina con un desempleo del 9%, más alta en el interior que en la zona de Montevideo. Nada para aplaudir.

*Exembajador de la República Argentina ante Naciones Unidas

La izquierda latinoamericana está pagando, caro, sus incompetentes gestiones recientes y la ola de corrupción en varios de sus gobiernos.