Dólares para todos o bimonetarismo argentino

Horas después de finalizado el recuento de votos en las últimas elecciones presidenciales del año 2015 y en los últimos boqueos del cepo cambiario, un señor que se acerca a las nueve décadas me dijo: “los dólares van a sobrar en la Argentina”. Tenía razón. En diciembre de aquel año comienza la liberalización acelerada del mercado financiero y cambiario, comenzando con la unificación del mercado único y libre de cambios (MULC) y la eliminación de sus regulaciones. El 30/12/16 el Banco Central (BCRA) liberalizó totalmente el mercado cambiario pudiendo ser adquiridas divisas extranjeras.

El 19/5/17 se eliminaron los requisitos para la transferencias (ingresos y egresos) de divisas desde y hacia el exterior del país. Se eliminan todas las regulaciones que limitaban el acceso al mercado libre y único de cambios, excepto la obligación de cumplir con regímenes informativos de prevención de lavado de dinero y financiación del terrorismo.

Se dispuso que las transferencias en moneda extranjera desde el exterior podrán acreditarse directamente en las cuentas locales de los beneficiarios. Se estableció la posibilidad de que las entidades financieras y cambiarias dispongan libremente del nivel y uso que realizan de su posición general de cambios.

El Decreto 615 del año 2005 establecía la indisponibilidad del 30% de los montos de capitales financieros especulativos que ingresaran al país y la obligación que se mantuvieran por el término de un año. Ese plazo se redujo a 120 días en diciembre del 2015, eliminándose todo plazo de permanencia a través de la resolución 1.E del Ministerio de Hacienda, de fecha 4/1/17.

Como dato significativo, se fueron eliminando los requisitos de la obligación de ingreso de divisas (moneda extranjera) por liquidación de exportaciones dispuesto en el año 1964 por el presidencia de Arturo Illia –derogado en la época menemista- a través del Decreto 893/17, pudiéndose exportar ahora sin obligación de ingresar los dólares o cualquier otra moneda extranjera al país. Se trata de un premio descomunal al sector exportador de granos y minerales, que junto a la eliminación de las retenciones reciben beneficios millonarios.

El reciente megadecreto 27/2018 modifica la histórica denominación del Mercado Único y Libre de cambios (MULV) por Mercado Libre de Cambios (MLC) siendo ahora un mercado plenamente libre y no único, en tanto para operar en él se disponen mínimos requisitos a través de una mera inscripción electrónica ante el Banco Central.

La comunicación A 6436 del 19/1/2018 permite ahora a sociedades, personas humanas( a través de sociedades unipersonales SAU), sucesiones, fideicomisos, consorcios de cooperación, uniones de empresas a operar en el mercado libre de cambios comprando y vendiendo moneda extranjera.

Solo quedarán sujetas a requisitos de identificación clientes y registro de operaciones realizadas. Podremos comprar y vender dólares en supermercados, corralones, casas de electrodomésticos, farmacias o gomerías. Se ha creado así un mercado cambiario de operaciones no organizadas, es decir fuera de los mercados regulados en tanto se negocie libremente entre dos partes.

Esta decisión política se enmarca en un proceso de fuga acelerada de capitales motorizado por las medidas adoptadas que se reseñaron. Solo el ingreso de dólares por endeudamiento externo y para la especulación financiera puede dotar de semejante cantidad de dólares necesarios al país para abastecer el sistema impuesto. No puede esperarse su ingreso por superávit de balanza de pagos (más exportaciones que importaciones) dado que el déficit duplica el del último gobierno y mucho tiene que ver la eliminaciones las retenciones al agro y la minería y el pago de intereses por deuda externa adquirida estos últimos dos años.

El riesgo del lavado de dinero hormiga (pequeñas cantidades) está presente en esta decisión: no es posible controlar en un comercio o empresa las transacciones de reducido volumen.

Otro de los riegos inducidos por la medida es la dolarización de la economía, en tanto esta moneda es la que define el valor, ahorro y nominación de gran cantidad de operaciones comerciales y financieras en el país.

Ahora será el turno de las pequeñas y medianas operaciones de bienes y servicios: un juguete, un martillo o un juego de cubiertas de automóvil.

Habituar a la gente a la utilización del dólar es una avance consciente hacia el bimonetarismo, o lo que es lo mismo, la dolarización de la economía. Si lo que se pretende es reducir la inflación, el error resultará evidente y la exposición a los riesgos de una crisis de balanza de pagos y de deuda externa una medida suicida dada la situación actual de la macroeconomía Argentina.

* Abogado, docente de grado y postgrado de la Facultad de Economía UNCo.

Habituar a la gente a la utilización del dólar es una avance consciente hacia la dolarización de la economía. Si lo que se pretende es reducir la inflación, el error resultará evidente.

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