El aborto llegó hace rato a la provincia

Hasta el domingo pasado, el voto de Silvina García Larraburu transformaba en completamente verde la posición de los senadores rionegrinos en el tratamiento de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Pero ese día decidió hablar desde Bariloche con una radio de Buenos Aires para anunciar que no apoyaría el proyecto aprobado en la Cámara de Diputados.

En la sesión del miércoles, García Larraburu dijo que entre 2014 y 2017 se había registrado la muerte de una sola mujer en la provincia como consecuencia de un aborto clandestino. Y lo contrapuso con los once femicidios registrados en el mismo lapso.

La realidad es que en las guardias de los hospitales públicos se atienden decenas de mujeres por mes que llegan en grave estado por abortos clandestinos mal realizados. Y los médicos les salvan la vida (evidentemente en la inmensa mayoría de los casos, si es cierto el dato que soltó la senadora).

Pero hay otra realidad insoslayable, que Magdalena Odarda, la otra senadora de la provincia, hizo visible el miércoles durante la sesión: a Río Negro el aborto llegó hace rato. La ley de la “interrupción legal del embarazo” es de 2012 y su reglamentación, de 2016. Cientos de mujeres abortan en los hospitales de la provincia todos los años. Entre el 80% y el 98% de estas prácticas son químicas, no quirúrgicas. El medicamento es el misoprostol, un nombre que ya se conoce entre adolescentes y jóvenes de la mayoría de las ciudades de la provincia, y que es gratis en los hospitales y bastante caro en el mercado negro de internet.

Mientras se debate la ley nacional, la realidad es que en la provincia hay decenas de “socorristas”, voluntarias que ayudan a las mujeres que deciden ponerle fin a un embarazo. Trabajan de manera coordinada con el sistema público y logran que en el territorio provincial las personas gestantes puedan decidir libremente sobre su cuerpo, salvo en el hospital de Cipolletti, donde ocurre el dislate de que todo el servicio de Ginecología se resiste a aplicar la ley como objetores de conciencia. De ese hospital fue director Sergio Wisky, el diputado nacional de Cambiemos que desde el principio apoyó la iniciativa de la interrupción voluntaria del embarazo.

La ley rionegrina 4796 establece que una persona gestante puede pedir la interrupción del embarazo en caso de violación o cuando haya peligro “para la vida o para la salud integral de la mujer”, sin que sea necesaria “la acreditación de una enfermedad ni que el peligro sea de una intensidad determinada”, según el decreto reglamentario 182/16.

La firma de una declaración jurada basta para que en los hospitales se realice el aborto. Y no hay distinción en la evolución del embarazo: se puede practicar en cualquier semana de gestación.

Tal vez es por todo esto que no se han muerto más mujeres, de acuerdo con el dato que dio García Larraburu en un discurso plagado de alusiones a la religión cristiana: desde los evangelistas hasta los católicos.

La barilochense fue la única de su bloque, el del PJ-FpV, que votó en contra.

El tercer senador de la provincia, Miguel Pichetto, lleva 25 años en el Congreso y preside un bloque, el peronista, en el que más de la mitad votó en contra. En su discurso advirtió que este “es el siglo de la mujer y el que no comprende se queda fuera de la historia”.

Le recriminó al presidente Mauricio Macri no haberse puesto la ley al hombro y adelantó que va a terminar siendo la Corte Suprema de Justicia la que imponga lo que el Senado no se animó a legislar.

Y al día siguiente lanzó su candidatura a presidente por el Peronismo Federal. El gobernador Alberto Weretilneck, que quiere hacer pie como outsider en este sector, ya le dijo que no le disputará la candidatura a senador (su mandato vence el año que viene).

El viernes el intendente Martín Soria reunió en Bariloche a un buen núcleo político antimacrista de la Patagonia. No fue García Larraburu, que evita a los Soria desde hace tiempo, pero tampoco estuvo Pichetto.

La ley de “interrupción legal del embarazo” es de 2012 y desde hace dos años está reglamentada. Basta una declaración jurada para que la práctica se lleve a cabo.

La senadora García Larraburu fue la única rionegrina que el miércoles votó en contra del proyecto que tenía media sanción de Diputados. Citó a cultos cristianos.

Panorama de río negro

Datos

La ley de “interrupción legal del embarazo” es de 2012 y desde hace dos años está reglamentada. Basta una declaración jurada para que la práctica se lleve a cabo.
La senadora García Larraburu fue la única rionegrina que el miércoles votó en contra del proyecto que tenía media sanción de Diputados. Citó a cultos cristianos.

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