El extraño regreso del optimismo

Panorama nacional

El paro de la CGT ya se habrá jugado para cuando el presidente suba al estrado de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el martes a la tarde. Se espera que en ese recinto que tanto seducía al matrimonio Kirchner Macri haga un breve relato sobre las causas que originaron la crisis y el camino que emprendió el gobierno para superarla. Acaso mencione el acuerdo con los gobernadores para aprobar un presupuesto con equilibrio fiscal y el cierre de las negociaciones con el FMI para garantizar la solvencia del programa financiero de su gobierno. Para entonces, tal vez se habrán difundido las fotos del presidente con Christine Lagarde y Donald Trump y sus entrevistas con los principales diarios de economía y finanzas del mundo. Descontada la adhesión del transporte, para esa misma hora es probable que los gremios, en conferencias de prensa que lo mostrarán divididos, ya habrán informado de que la huelga fue un éxito. Una agenda previsible para una Argentina incierta.

Otros tres días de tranquilidad llevaron al dólar cerca de los 38 pesos, una caída de casi 6%. Por una calma parecida, el presidente había pedido semanas atrás que no se diera por resuelta la crisis. Aunque se difundieron los peores registros de la etapa Macri sobre retracción económica y desempleo y esta semana se conocerá una suba del índice de pobreza e indigencia, parece que hubo otro giro al optimismo. En el gobierno volvió el entusiasmo por el cambio de expectativas que mostró el mercado ante la inminencia de un nuevo acuerdo con el Fondo: se vio en la recuperación de los bonos y acciones argentinos, el desarme de las Lebac, el ingreso de capitales especulativos y la caída de 200 puntos del riesgo país. Pero pudo haber pesado también la reciente visita del psicólogo canadiense Steven Pirker, quien fue recibido la semana pasada por Macri y almorzó con los responsables de la comunicación estratégica del gobierno, como recogieron las crónicas. Aunque haya sido parte de los males, el optimismo es el material con el que se ha construido el Pro.

El ministro Dujovne hizo la desmentida más rotunda que se haya escuchado sobre un plan para reestructurar la deuda, como se insinúa en el artículo 53 del proyecto de Presupuesto. “Queremos garantizar que nunca vuelva a haber un default en la Argentina como en el 2001”, dijo Dujovne el jueves en la comisión de Diputados. También desmintió una dolarización, un nuevo régimen de convertibilidad y un préstamo bilateral del Tesoro de EE. UU. El ministro había llegado inexplicablemente una hora tarde a esa cita en el Congreso y generó una fuerte reacción de la oposición. Algunos aseguran que también disgustó al ala política del gobierno. “No sabemos nada. Ley vamos a tener”, responden en las oficinas de Rogelio Frigerio. El ministro del Interior visitó el viernes a Miguel Pichetto: hubo foto y un comunicado del despacho del senador que menciona la importancia de que las cámaras trabajen en conjunto para agilizar el debate del Presupuesto. Quiere decir que los gobernadores también quieren que haya ley.

Pichetto se largó en un acto en Quilmes desde un escenario de 360º, estilo ring de box. Defendió el trabajo argentino y reivindicó a Kirchner y a Duhalde, una rareza. Unas horas más tarde inauguraba una cuenta en Twitter. “Se viven tiempos extraños”, se escuchó en los pasillos del Senado. El senador por Río Negro quiere ir posicionado a la reunión con Sergio Massa, Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey, que debió ser postergada a raíz de la trágica muerte del exgobernador de Córdoba José Manuel de la Sota.

Ese encuentro federal se va a hacer en octubre. Ahora se habla de actores que desean sumarse a esa mesa para darle un carácter “multilateral”, como el tucumano Juan Manzur, convertido en un duro. Urtubey se niega, pero a Massa parece que le da igual. “Sergio se sienta con el diablo si es necesario”, dicen en su bloque.

Adivinanza: para esos peronistas, ¿quién es hoy el diablo en el peronismo?

Otro giro al optimismo: en el gobierno volvió el entusiasmo por el cambio de expectativas que mostró el mercado ante la inminencia de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario.

“Sergio Massa se sienta con el diablo si es necesario”, dicen en el bloque del Frente Renovador. Adivinanza: para esos peronistas, ¿quién es hoy el diablo en el peronismo?

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Otro giro al optimismo: en el gobierno volvió el entusiasmo por el cambio de expectativas que mostró el mercado ante la inminencia de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario.
“Sergio Massa se sienta con el diablo si es necesario”, dicen en el bloque del Frente Renovador. Adivinanza: para esos peronistas, ¿quién es hoy el diablo en el peronismo?

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