El problema de los “trabajadores pobres” de España

Contratos precarios y salarios bajos: si bien España disfruta de una sólida recuperación económica, se enfrenta a un problema estructural de “trabajadores pobres” que preocupa al gobierno.

Casi uno de cada seis trabajadores (15%) vive actualmente en la pobreza en el país, según el Ministerio de Trabajo.

Y de acuerdo con las últimas cifras disponibles de Eurostat, España se situaba en el 2016 entre los peores alumnos de la Unión Europea en la materia (13,1% de trabajadores pobres) detrás de Grecia y Rumania.

Desde su salida de la crisis en el 2014, el país registró tres años de crecimiento de al menos el 3% y pronostica para este curso un 2,6%.

Pero esta recuperación no llega a todos. Elisabet, de 44 años, no ha podido llevar a su hija de vacaciones “desde hace dos años”.

En un sector motor de la creación de empleos, esta camarera madrileña con un contrato de tres meses cobra 950 euros mensuales.

Un salario que rápidamente se agota: 400 euros de alquiler por una habitación compartida con su hija de ocho años, 130 euros del comedor escolar, 100 euros para una canguro que acompaña a la niña a hacer los deberes en una asociación gratuita…

Y eso sin contar el material escolar, el transporte o la comida.

“Puedo pagar los gastos pero para ahorrar no me llega, es un poco complicado” hacer planes, dice a la AFP esta mujer separada que prefiere no dar su apellido.

Salarios ajenos a la recuperación

La crisis llevó a una “congelación de los salarios” que “no han sido susceptibles” a la recuperación, explica a la AFP Florentino Felgueroso, investigador en la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).

En parte, apunta, debido a la alta tasa de desempleo del país –14,5% en septiembre, sólo detrás de Grecia en la zona euro– que empuja los sueldos a la baja.

Desde hace dos años, la progresión del salario real, excluyendo la inflación, es incluso negativa, señaló la OCDE en un informe en julio.

Muy lejos del incremento de los salarios registrado antes de la crisis, en particular en la construcción, apunta Felgueroso.

La recuperación estimuló la creación de empleo pero el mercado sigue siendo inestable.

España es el país con más contratos temporales en la UE (26,9% del total en el segundo trimestre según Eurostat) y la cifra va en aumento al mismo tiempo que se reduce su duración, de hasta “una semana, o a veces menos”, apunta Felgueroso.

Las empresas también continúan contratando a tiempo parcial. Los empleados que se encuentran “involuntariamente” en esta situación representaban el 8% de la población activa española en el 2016, contra el 6% en la zona euro, según las últimas cifras del Banco de España.

Plan del gobierno

Desde el fin de la crisis, Elisabet, con quince años de experiencia, sólo disfrutó de un contrato indefinido: un año de respiro antes de ser despedida.

A menudo en la tesitura de tener que trabajar en negro para llegar a fin de mes, ahora se siente afortunada con su contrato de tres meses.

“La precariedad del mercado laboral se ha generalizado” y afecta sobre todo a las mujeres, observa Felgueroso.

En el 2017, por primera vez en seis años, la Red Europea Antipobreza (EAPN) contabilizó en España más mujeres pobres que hombres.

Como los hogares monoparentales, en un 80% a cargo de mujeres, son los más frágiles, “uno de cada tres niños menores de 16 años está en riesgo de pobreza o exclusión social”, indicó la EAPN en su informe de octubre.

Llegado al poder en junio, el socialista Pedro Sánchez lanzó un Plan Director por un Trabajo Digno.

El Ministerio de Empleo escribió en agosto a más de 80.000 empresas sospechosas de abusar de la contratación temporal, lo que llevó a la conversión de 47.000 contratos a indefinidos en septiembre.

También quiere aumentar el número de inspectores para luchar contra estos abusos.

Pero después de una reforma del mercado laboral en 1984 que, según Felgueroso, desarrolló “el empleo temporal sin límites”, “ninguna otra ha conseguido reducirlo”.

“Es muy difícil de corregir porque ya forma parte de las costumbres” en España, lamenta.

Medida estrella de los presupuestos del gobierno minoritario de Sánchez, todavía pendientes de votación, el salario mínimo debe pasar de 858 a 1.050 euros brutos en doce pagas.

Eso acercaría España al Reino Unido (1.401 euros brutos en enero, según Eurostat), Francia y Alemania (1.498 euros).

Desde su salida de la crisis en el 2014, el país registró tres años de crecimiento de al menos el 3% y pronostica para este curso un 2,6%.

Pero esta recuperación no llega a todos.

Clara WRIGHT

Datos

Desde su salida de la crisis en el 2014, el país registró tres años de crecimiento de al menos el 3% y pronostica para este curso un 2,6%.
Pero esta recuperación no llega a todos.

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