El punto de apoyo político a prueba

Cuenta Ceferino Reato en su libro “Salvo que me muera antes” que Néstor Kirchner cuando llega a la presidencia con menos porcentaje de votos que los que había sacado Carlos Menem recibió a las Madres de Plaza de Mayo y se volcó en defensa de las banderas de los derechos humanos. La decisión la tomó en ese momento ante la imposibilidad de tener otro punto de apoyo que excluyera los clásicos mecanismos de la política. La historia le dio la razón sobre esta elección que, quedó demostrado en Santa Cruz, no era por convicción sino por decisión.

Cuando el entonces ministro de Economía de Jorge Sapag, Omar Gutiérrez, enfrentó el desafío de ser el gobernador, seguramente se planteó cómo construir liderazgos y también con quién asumir alianzas que le permitieran mantener el poder en manos del Movimiento Popular Neuquino. La receta que le había dado su antecesor, las listas colectoras, agonizaba en 2015. El chachetazo de las elecciones del año pasado activó la luz amarilla: la clásica forma de mantener ese liderazgo puede correr el mismo destino que la receta de Sapag.

El intendente Horacio Quiroga definió que la relación que tenían el MPN y el sindicato ATE era de hermanos de leche porque mamaban los dos de la misma teta, la del Estado. La humorada ponía el foco en la tensión y distensión que define la convivencia del partido, en torno Estado, y el gremio que se identifica con el kirchnerismo.

En la tarde del miércoles y la madrugada del jueves se aprobó en la Legislatura el Convenio Colectivo de Trabajo para lo que contó con ajustados 18 votos del MPN, aliados, dos votos del Frente para la Victoria y un radical. No es la primera vez que el gobierno llega a ese límite de votos de los 35 escaños que tiene la cámara.

El convenio se postergó 12 años en los que surgían cambios, modificaciones, o se lo guardaba en un cajón. El año pasado ATE protagonizó una semana de intensa violencia, fue reprimida durante cuatro jornadas del hospital, de un lavadero privado, de la Casa de Gobierno y del Centro Administrativo Ministerial. Por una intervención de la Iglesia, se llegó a la paz de fin de año con la promesa de acelerar la ley que se aprobó esta semana.

La diputada Gloria Sifuentes (MPN) lamentó que en ese tiempo quedó afuera el sindicato de los profesionales, Siprosapune y el de enfermeros, pero no se olvidó de mencionar el nombre de los profesionales que estuvieron o que asesoraron a ATE y que ahora están en la vereda opuesta.

Los profesionales sintieron que les fijaron pautas de trabajo y que ellos no tuvieron ni arte ni parte.

Mencionó los pases a planta permanente de los mensualizados y de la planta temporaria, la jornada laboral de 40 horas semanales, y los aumentos de sueldos que llegan hasta el 25 por ciento.

Desde la oposición sobresalió el diputado Damián Canuto (PRO) cuando dijo que ATE “omite decir que lo motiva en este tema una razón sectorial y económica, tal es el artículo 135 que el CCT contiene, que establece el derecho de la Asociación gremial de cobrar a todos y cada uno de los trabajadores del sistema de salud el 2,2% de su salario en concepto de “derecho de uso de Convenio”. Se trata de una retención compulsiva sobre los trabajadores que supone para los gremios un ingreso que superará anualmente la cifra de $ 42.000.000 (cuarenta y dos millones de pesos). Bien pudo cada asociación sindical haber renunciado o reducido esa retención si tanto le preocupan los salarios de los trabajadores”.

Desde el discurso del sábado en el Ruca Che, la versión más politizada de Gutiérrez en la búsqueda de sustento electoral está a prueba.

El punto de apoyo para la reelección se bautizó en ese acto en el que estuvo la Uocra y no hubo manifestación en contra de ATE ni ATEN (y no porque fuera sábado).

Reato historia que la elección del apoyo que hizo el expresidente le resultó conveniente porque la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner logró sobreponerse al voto no positivo y a la pérdida en las legislativas.

El acuerdo de condiciones en el sector Salud fue después del metafórico lanzamiento político de Omar Gutiérrez que lo posicionó en el MPN.

La receta de Jorge Sapag de las colectoras, con actuación sobre la oposición, dejó de tener efectos inmediatos porque no garantiza apoyo crucial.

Datos

El acuerdo de condiciones en el sector Salud fue después del metafórico lanzamiento político de Omar Gutiérrez que lo posicionó en el MPN.
La receta de Jorge Sapag de las colectoras, con actuación sobre la oposición, dejó de tener efectos inmediatos porque no garantiza apoyo crucial.

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