La amenaza de ganar a la realidad

Es una interna de baja intensidad, Rolo está agazapado esperando que Omar le tire un centro para devolvérselo y el gobernador ordenó que nadie haga olas para evitar el rebote”.

La definición es de un agudo observador que hizo una diferencia entre la disputa que se desarrolla en el plano real de la otra, de ficción, que se desenvuelve en las redes sociales de tono virtual.

Entonces hace falta que el gobernador (precandidato a la reelección por la lista Azul del MPN) abra la canilla de los envíos de gas a Chile, para que el vicegobernador (precandidato por la lista Violeta) lo censure porque mientras se vende el fluido afuera hay coprovincianos que no tienen el servicio. El primero confirmó que no va a pagar el bono de $ 5.000 porque tiene un acuerdo por inflación con los estatales y el segundo protagonizó un acto con el titular de los legislativos porque le va a pagar el bono. Una comitiva de Nación promueve Vaca Muerta en Estados Unidos y el vicegobernador opina que es la confirmación de la entrega de ese bien tangible de los neuquinos a los cómplices de Mauricio Macri.

Desde aquella poco feliz frase: “Yo sé cosas pero no las voy a decir porque soy amigo” hasta la puesta en duda de la transparencia de los comicios y la compra de voluntades –con los tickets de una conocida cadena de supermercados de $ 500– la disputa, que tendrá su número estelar el domingo próximo, marcha por esos carriles débiles en términos ideológicos y fuertes en términos de paranoia. Se la puede definir con una frase de George Lefebvre: “La clave no reside en lo que sucede sino en la idea que se tiene sobre los proyectos del otro”.

La virtualidad de esta campaña tendrá en los próximos seis días un nivel de virulencia donde la ficción amenazará seriamente con ganar la partida ante la realidad, como escribió Juan Quintar.

Hubo en la historia neuquina una situación que también ocurrió durante seis días, entre el 7 y el 12 de septiembre de 1930, luego del primer golpe de Estado. Las ciudades de Neuquén y Zapala eran las únicas que, por ese entonces, tenían actividad política municipal en el territorio nacional. Martín Etcheluz había ganado las elecciones en Zapala pero Yrigoyen las había anulado. El clima era tenso.

En Neuquén, el jefe del distrito militar Julio Paterson convenció a la población de que el zapalino avanzaría sobre la capital para tomar el poder ayudado por chilenos. Marchó con conscriptos y vecinos de civil a la gobernación y luego a la Municipalidad donde depuso al intendente y rompió un busto del presidente. Los rumores que hoy se difunden por Twitter en esos seis días iban y venían por telégrafo. Metió presa al 10% de la población y como en su delirante esquema creyó que lo iban a envenenar con la comida dejó de ingerir alimentos. Un militar de Las Lajas logró tomar el poder después de todo ese esquema. Etcheluz probablemente no se enteró de nada y los trasandinos tampoco. La ficción de un militar con ascendencia social en un Neuquén de avanzada en la Patagonia fue un coctel explosivo que terminó sin víctimas fatales, según lo destacó Ernesto Bohoslavsky, investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

La ficción que se plantea en la interna del MPN dejará heridas. Los roces entre los jóvenes encargados de poner los carteles que duran un suspiro en una pared y son tapados por las letras OG o por RF, la difusión de compra de voluntades, presiones para ir a votar en determinados horarios que terminen con la paciencia de los independientes y las pseudoencuestas dibujadas con escenarios disparatados serán algunos de los aspectos que se debatirán estos seis días.

“Si le dicen que hay una mínima posibilidad de ganar va a ponerse muy intenso”, contó uno de los participantes de la interna de baja intensidad real con una fuerte presencia virtual en relación con el otro.

Hay que ver si como aquel 12 de septiembre de 1930 la virtualidad vacía de la campaña cae por si misma o se consolida con capacidad de orientar conductas.

La interna del MPN tendrá sus últimos seis días en los que se vivirá una batalla de ficción sin que la realidad le asista el derecho de reclamar presencia.

Hay una paranoia que ya tuvo su clímax en la historia política neuquina durante los primeros días de septiembre de 1930. ¿Se repetirán los sucesos?

Panorama de Neuquén