La estrategia del calendario corto

La apuesta de sorprender con la fecha de las elecciones provinciales le está retribuyendo al MPN. No fue sorpresa por el mes ni por el día. Lo fue porque el anuncio llegó cuando la oposición disfrutaba cómoda de la guerra de trincheras entre el gobernador y su vice. Pese a que estaba entre las posibilidades los tomó a todos desprevenidos.

La carrera un tanto desesperada de la oposición, que no consigue terminar de hacer pie tras el golpe de efecto del llamado para el 10 de marzo, es muestra de ello. Y en ese desconcierto el gobernador Omar Gutiérrez parece haber recuperado una ventaja que le aparecía esquiva desde antes de la interna del partido provincial.

Ramón Rioseco, Horacio Quiroga y Rolando Figueroa, que se inscriben como los principales retadores del oficialismo provincial, confirmaron sus candidaturas, pero nada más. Hasta el viernes ninguno tenía compañero de fórmula y mucho menos listas de candidatos. Si bien el tiempo de cierre es el 4 de enero, cada día perdido contará en la cuenta final. En el caso del vicegobernador el panorama parece más complicado aún porque ni siquiera tiene partido para competir de una contienda en la que su actual círculo íntimo le insiste en que le irá muy bien.

Pese a las poses, el reloj está jugando un papel determinante. Esta semana Gutiérrez hizo otro movimiento y decretó un superasueto para la administración pública. Sumado a los feriados de carnaval, la veda y los fines de semana: quedan solo 49 días hábiles antes de ir a las urnas. Es poco más que un mes y medio, que además se gastará entre vacaciones de verano, feria judicial y una administración pública funcionando como en cámara lenta.

Un allegado a uno de los candidatos de la oposición bromeó esta semana con la posibilidad de llevar la campaña afuera de la provincia. “Vamos a tener que ir, de mínima, a Las Grutas a mostrarnos. Va a ser difícil enero y febrero con los recambios turísticos”, reflexionó.

Uno de los que tomó nota fue Rioseco que esta semana pidió un corte definitivo a sus socios estratégicos del PJ. Durante toda la semana estuvo al caer la definición de la fórmula con Darío Martínez como vice. Incluso desde varios sectores peronistas lo dieron por confirmado y alimentaron la expectativa de que sería la expresidenta Cristina Kirchner la encargada de anunciar el acuerdo. Nada de eso ocurrió y ayer el PJ neuquino aprobó en su congreso ir en un frente electoral.

El parrillismo estuvo muy activo para llegar al resultado final. Como medida de anticipación, Rioseco convocó a una cena el miércoles por la noche para juntar fondos de campaña (con una tarjeta de 3.000 pesos) y despejó cualquier duda: será candidato a gobernador. Resta definir si lo acompañarán tres o menos listas colectoras.

Quiroga por su parte oficializó su candidatura rodeado de una multitud en el club Independiente pero subió al escenario en soledad. Desde su entorno anticiparon que será una mujer quien ocupe el espacio de vice pero, pese a la catarata de nombres que se filtraron, no hay definiciones. Cambiemos viene realizando un sesudo trabajo de diagnóstico en la provincia con sus equipos técnicos, sin embargo, la fecha de las elecciones parece haberlos sorprendido en el armado de las listas de candidatos.

El futuro de Figueroa parece más incierto aún. Se supo que viajó a Buenos Aires en búsqueda de un sello electoral pero que no pudo conseguir los resultados esperados. Incluso tuvo un acercamiento al exgobernador Jorge Sobisch, que competirá por la Democracia Cristina, pero tampoco prosperó. Por ahora viene juntando fichas de afiliación y en paralelo observa cómo pierde apoyo: los seis candidatos de su lista, la Violeta, que ganaron internas municipales fueron “recuperados” por Gutiérrez en menos de una semana.

El oficialismo provincial parece haber recuperado la iniciativa pero todavía tiene que hacer números porque la carrera final se mantiene abierta y, fundamentalmente, ante un cambio de alineamientos en la oposición.

No fue sorpresa por el mes ni por el día. El anuncio llegó cuando la oposición disfrutaba cómoda de la guerra de trincheras entre el gobernador y su vice.

El oficialismo provincial parece haber recuperado la iniciativa pero todavía tiene que hacer números porque la carrera final se mantiene abierta.

Panorama de Neuquén