Ruidos de grietas y sucesión

No hubo margen para continuar con el plan de excoriación a Martín Soria, ni para promocionar el Castello. Fueron infatigables jornadas para disimular desaciertos propios.

La ida del diputado Ricardo Arroyo y la renuncia de seis funcionarios –incluyendo los de ARSA, echados por su vínculo con el “desertor”– fue la secuela de esa sucesión de yerros. El último fue la grabación y la difusión del audio insultante al vicegobernador Pedro Pesatti, que renovó su disputa con Luis Di Giacomo.

El viedmense ubica al ministro detrás de cada hecho para degradarlo. Ya no despega al gobernador de sus males o ingratitudes. Entiende injusto que lo someta en la contienda por la sucesión. Tolerará –posiblemente– mucho más. No se distanciará de Weretilneck, pues su destino está ligado a él, quien –a su vez– sabe de esa atadura y relativiza sus enojos. Por caso, libera al vice de la ofensiva al ministro y la explica en su círculo íntimo.

Tal vez no todo es como parece. Hay otras piezas en los desplazamientos del gobernador en Gobierno. Realmente quiso preservar al secretario Félix San Martín pero, al final, lo expulsó cuando entendió que el alboroto por los agravios grabados era grande. Entre los partícipes, Diego Lawrie deja el mando de Tierras, pero seguirá allí, pues pertenece a esa planta. Yamel Mohana y Héctor Rampelloto se van también por otras razones. Aquel arrastraba otra acusación de “deslealtad” de Weretilneck, convencido de que trabajó para Soria en Jacobacci en la elección de octubre. Y la baja de Rampelloto es un recado para Oscar Díaz, su padrino. El legislador –con su par Silvia Morales– desoyó el mandato de que los novatos tendrían prioridad en los armados de las mesas locales de Juntos. En Regina, ambos diputados –viejos rivales– se repartieron esos cargos partidarios entre ellos e ignoraron a la candidata Marcela Ávila.

Vale acotar entonces el acto reivindicativo. El gesto a Pesatti sí estuvo en su reposición en el gabinete, que lo reconfortó. Weretilneck entiende “cerrado” el conflicto. Y descifra que el vice tampoco desoyera su deseo contrario al bloque pedido por Arroyo. Pesatti adelantó su rechazo cuando Marta Milesi y Alfredo Martín le hablaron en contra de esa solicitud, en una cena con legisladores. Tiene un reciente antecedente cuando le permitió el suyo a Mario Sabbatella, escindido del FpV. El vice piensa hasta borrar ese caso testigo. “Se fue porque estaba peleado con Soria, pero ahora están juntos”, contó al bloque.

Pesatti, como puede, avanza y busca sujetarse de Weretilneck, quien maneja el Estado y, además, su adhesión está intacta. Una encuesta de abril, contratada por Nación a Julio Aurelio (Aresco), con 1.204 consultados, coloca al gobernador con una aceptación del 61,4% frente al 57,7% negativo del presidente Mauricio Macri. Por eso la resistencia del rionegrino a un acuerdo con Cambiemos. Lo siguen Martín Soria, con 58,7% y su hermana María Emilia, con 57,6%. La senadora Magdalena Odarda, con el 49,7%, y el diputado Sergio Wisky aparece con el 27,6%.

Otro dato: cruzando la ponderación positiva y negativa, Soria –con menos rechazo– supera a Weretilneck, con 29,8 frente a 26,5. Ambos sintetizan la verdadera disputa, pero el gobernador no puede ser candidato. El vice no es su elegido. Abandona la alternativa de Alejandro Palmieri, inclinándose por otro roquense –el ministro Fabián Zgaib– o una candidatura de Bariloche –Carlos Valeri–. “Podría ser. Es la ciudad con más electores y allí Soria no está bien”, fundamenta, siempre con el buscado contrapeso al dominio valletano del roquense.

Esa pauta de regionalidad incomoda a Pesatti. “Es un contrasentido, pues Juntos habla de integridad”, dice. Pero Weretilneck pone en crisis a todos los credos y distingue la estrategia electoral. Así prevé forzar la constitución para instaurar el balotaje. Las simples sugerencias oficiales ya fastidian al STJ, en especial al cipoleño Ricardo Apcarián. Serán otros episodios, dejando atrás los ruidos de estos días, sonidos de grietas de acomodamiento.

La partida de un diputado y seis funcionarios fue el resultado de las últimas reyertas en el oficialismo.

Weretilneck reafirma que Pesatti no es su candidato, deja la opción de Palmieri para pensar en Zgaib o Valeri.

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La partida de un diputado y seis funcionarios fue el resultado de las últimas reyertas en el oficialismo.
Weretilneck reafirma que Pesatti no es su candidato, deja la opción de Palmieri para pensar en Zgaib o Valeri.

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