Sentir y pensar los museos

Cuándo fue la última vez que fuiste a un museo? ¿Cuál es el primer recuerdo y sentimiento que te viene a la memoria? Si, porque la experiencia en el museo se trata de sentir y pensar…

Todos los 18 de Mayo se celebra el Día Internacional de los Museos. El Consejo Internacional de Museos (ICOM), propone como lema para este año “Museos hiperconectados: nuevos enfoques, nuevos públicos”, estimulando a que los museos e instituciones culturales busquen amplificar sus relaciones con la comunidad y su entorno, de acuerdo a los imperativos del siglo XXI.

Partamos de la idea que un museo no es un mero edificio, es un territorio y es de todos. Aunque históricamente fue y ¿es? un reducto de las élites culturales, hoy se convierte en un espacio de exploración, apropiación ciudadanas y de pugnas por direccionar sus narrativas.

Para no caer en la trillada constatación de que un museo es arcaico, obsoleto y apartado de la realidad social que se encuentra inserto, buscamos extender las barreras del mismo, transformando al museo en una institución política y poética que nos sitúe en el lugar del pensamiento y la emoción.

Sus narrativas deberían evocar sentidos de pertenencia, de lucha, de otros tipos de vida, de ciencia, de historia. Si el museo lograra transportarnos a nuestra temprana infancia donde la curiosidad y las preguntas atraviesan el aprender y en ese andar construir lazos que nos enfrentan con la diversidad y la otredad, una parte importante de la misión de un museo estaría saldada.

Los museos aún mantienen la potencialidad de aquello planteado por Marina Waisman sobre la necesidad de “… atacar la desesperanza, el vacío cultural, (…) nos permitiría mantener encendida, aunque débil y casi clandestina, una pequeña llama viva de amor a la cultura…”.

Mario De Souza Chagas, gestor cultural brasileño, entiende que el camino a seguir es la museología social en tanto conjunto de prácticas que articulan las ideas de memoria, patrimonio y cultura viva, a lo largo del tiempo, combinando pasado, presente y futuro.

Está a favor de determinados valores, entre los que se cuentan la dignidad social, la cohesión social y el respeto por las diferencias. Es una museología que estimula el combate a las desigualdades de clase, género y etnia, al colonialismo cultural y a la deconstrucción de los preconceptos instituidos, respetando todas las diferencias. Pero no es solo combate y denuncia, sino que también anuncia nuevas posibilidades de transformación y cambio social.

¿Por qué no va la gente al museo?

Es una afirmación, una pregunta y una preocupación. Las instituciones culturales sobrellevan la ausencia de visitantes, porque en general no generan una oferta atractiva para el ciudadano de a pie. Pensemos la experiencia arquetípica de una visita al museo: cruzando el portal a este templo de la alta cultura, nuestro visitante recibe el catálogo de prohibiciones resumibles en el “museo del no” (no comer, no gritar, no correr, ¿no pensar?). Pese a las interdicciones recibidas e intrigado y pertinaz, decide continuar su periplo. En las salas expositivas se encuentra con cuadros con explicaciones minimalistas, esculturas perimetradas por líneas blancas en el piso o vitrinas abarrotadas de objetos amurallados por vidrios y grandes paneles con ríos de tinta de diminutas letras. Todo este recorrido bajo las panópticas miradas de los “guardias-guías” que custodian su recorrida e intimidan la pregunta. Exhausto y sin ninguna experiencia significativa nuestro visitante concluye con una frase de compromiso: ¡estuvo lindo! ¿no?

Los estudios de públicos son instrumentos clave para sacar a los museos de su zona de confort, para repensar la institución y para visibilizar los lazos de vinculación con la comunidad.

En tal sentido, lo más valioso que tiene el museo no son sus colecciones sino sus visitantes, que determinan su dinámica, anhelando que ingresen, aunque lo más relevante es que retornen.

La apuesta es comenzar a pensar la constitución de museos polifónicos, donde no se imponga quien grita más fuerte. Llegó la hora de que ingresen a los museos, a las colecciones, a las prácticas curatoriales, los visitantes, la otredad, los marginados vivos y los relatos no oficiales.

Cuando nos interrogamos sobre las misiones de las instituciones sociales pensamos que la escuela educa, el hospital cura, la iglesia predica y ¿los museos? Que los lectores/visitantes respondan…

*Dirección Provincial de Patrimonio Cultural. Subsecretaría de Cultura de Neuquén .

Ya no es sólo un edificio. Hoy se convierte en un espacio de exploración, apropiación ciudadanas y de pugnas por direccionar sus narrativas.

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Ya no es sólo un edificio. Hoy se convierte en un espacio de exploración, apropiación ciudadanas y de pugnas por direccionar sus narrativas.

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