Comenzó el juicio por el asesinato del discapacitado

Fue en junio del "98 y conmocionó a Viedma.

VIEDMA (AV).- Dos de los cuatro imputados en el homicidio de René Livigni declararon ayer en el juicio. Los restantes se abstuvieron.

Benita Epulef de 36 años, Miguel Rusconi de 28 y Julio Arraigada de 27 están procesados por el delito de «homicidio calificado por ensañamiento en concurso ideal con homicidio criminis causa y robo calificado por acometimiento en lugar poblado y en banda en concurso real». Miguel Mansilla es el cuarto imputado en esta causa al que se lo acusa de haber actuado como partícipe secundario del delito de «robo por acometimiento en lugar poblado y en banda».

Este imputado es el único que no está detenido por este hecho. Se le adjudica haber planificado junto con los detenidos un delito contra la propiedad de Livigni y de haber asumido el compromiso de ocultar o recibir lo malhabido.

La calificación de ensañamiento se fundamentó en los sufrimientos físicos que obligaron a padecer a la víctima mientras se encontraba con vida, evidenciado por la cantidad de heridas producidas como por el profundo corte en el cuello con un cuchillo común de cocina con filo de serrucho. Además la situación fue más grave aún si se tiene en cuenta que la víctima no estaba en condiciones de defenderse, prologándose deliberadamente su agonía. Livigni padecía una severa discapacidad física.

El sangriento hecho ocurrió entre las últimas horas del 20 de junio del «98 y las primeras del día siguiente en la casa en la que vivía sola la víctima.

Hasta el momento la única que no ha declarado en ninguna instancia ha sido Benita Epulef.

Durante más de una hora el primero de ellos recordó que aquel día se encontró con «Peti» Epulef con quien había mantenido una relación sentimental de la cual había nacido un hijo. Señaló que no tenían dinero y que surgió la idea de Epulef de robar en la casa de Livigni donde ella había trabajado en el servicio doméstico.

Detalló que el plan era ingresar a la casa luego que ella lo hiciera y mantuviera una relación sexual con Livigni.

Relató que le consultaron a Mansilla si no conocía a alguien para luego poder vender los elementos robados pero que éste se negó rotundamente a participar. Rusconi añadió que en camino a la casa de Livigni se encontraron con Arraigada a quien le pidieron que actuara de campana en la esquina de la vivienda.

El imputado recordó que todo fue tal como lo planearon: entró Epulef a la casa y al cabo de unos minutos lo hizo él «sin hacer ruido para que el señor Livigni no se despertara». Puntualizó que sólo ingresó al comedor retiró un televisor, un radiograbador, un reloj pulsera que se encontraba sobre la mesa y que se lo llevó puesto y un bulto con ropa. Le pidió a Epulef que saliera a llamar un taxi y que luego cargó las cosas en el auto y se fue solo hasta lo de Mansilla. Negó haber visto a Livigni y haberle dado muerte, así como los dichos que se le adjudican en su declaración en la instrucción. Arraigada confirmó que él actuó de campana pero que se acercó a la casa y Rusconi y le dijo que fuera a lo de Mansilla.


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