Comenzó el juicio por un brutal homicidio en Allen

La víctima recibió siete balazos mientras dormía.

ROCA (AR).- «Soy inocente. Me están «engarronando». La noche del crimen del «Nene» Rodríguez estaba en mi casa porque tenía un dolor de oídos muy fuerte». La afirmación corresponde a Roberto «El Mula» Páez, procesado por acribillar de siete balazos a Omar Rodríguez.

Sin embargo, hay algunas pruebas y testimonios que en un primer momento se presentan como desfavorables para «El Mula».

Rosalía Contreras, madre de la víctima, escuchó los disparos y salió de su habitación. Aseguró que vio a dos personas que huían y que una de ellas era Páez. Incluso, en la rueda de reconocimiento, no dudo en señalar al procesado como la persona que escapaba de su casa. Incluso dijo que le gritó «Mula hijo de puta, sos vos», aunque lógicamente quien escapaba no contestó ni se detuvo.

También le dio positivo el dermonitrotest, la pericia para detectar los restos de pólvora que quedan adheridos a la mano de quien dispara un arma de fuego. Lo mismo ocurrió con las prendas que le fueron secuestradas cuando allanaron su casa.

Unas semanas antes del crimen, Páez y Rodríguez protagonizaron un incidente. Si bien las causas no están claras, Páez la emprendió con piedras y palos contra la vivienda de la familia de la víctima. La madre de Rodríguez aseguró que mientras destrozaba la puerta del frente de la casa, Páez le gritaba a su hijo, «asesino, me mataste una mina». En un momento, la mujer dijo que escuchó que «El Mula» decía «o me «ponés» vos o te «pongo» yo».

Mientras dormía

Rodríguez fue asesinado a balazos mientras dormía en su propia casa la madrugada del domingo 4 de julio del «99. La vivienda se encuentra a sólo 20 metros de la subcomisaría del barrio Norte de Allen. Sin embargo, nadie escuchó los disparos. Los asesinos habrían sido los mismos que minutos antes incendiaron un auto que estaba a unos 150 metros de la unidad, aparentemente con el objetivo de distraer la atención de los uniformados.

En un primer momento se barajó la hipótesis que el crimen se trataba de un ajuste de cuentas entre malvivientes o que se trataba de un venganza que estaba relacionada con el submundo de la droga.

El testimonio del procesado fue coincidente con los dichos de su madre, quien ayer atestiguó ante la Cámara Primera del Crimen.

Páez dijo que el sábado 3 de julio, a la una de la madrigada, se fue a dar una vuelta al centro. De allí se fue a un puesto de animales que tiene en la zona de bardas de Allen. «Allí estuve hasta las 12 y volví a mi casa. Dormí hasta las 18 y me agarró un dolor muy fuerte de oídos. Mi mamá me fue a comprar medicamentos, después me dormí hasta el otro día, y me desperté con el allanamiento», aseguró.

Con respecto al incidente en el que apedreó la casa de Rodríguez, aseguró que «la discusión fue por un partido de fútbol… cosas de borrachos».

También dijo que era amigo de Rodríguez, «y me duele mucho su muerte y que me estén acusando».

En la casa de la víctima estaba su hermano, quien no pudo aportar datos. Sergio Rodríguez dijo que «esa noche llegué borracho y no escuché nada. Me despertó mi madre con sus gritos para que me levante».

Sin embargo, Sergio contradijo los dichos de su madre. La mujer aseguró que en una oportunidad, éste y otro de sus hijos habían estado tomando mucho, empezaron a discutir, y uno de ellos cortó con una navaja a su hermano. Sin embargo, el testigo lo negó.

Por su parte, el perito Ismael Handam indicó que Páez tiene conductas antisociales y que no podría determinar si podría cometer un crimen de esta naturaleza. «No tiene la impulsividad», dijo.

Para hoy está previsto la declaración de seis testigos, y si el tiempo alcanza, también se harían los alegatos.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios