Comienza una semana clave para los católicos

Comienza hoy una semana clave en torno del Cónclave que decidirá la sucesión del popular Karol Wojtyla. Ya se habla de "principios generales" que depurarán la lista de candidatos.

ROMA (DPA).- El Vaticano afronta a partir de hoy una semana clave de cara a la sucesión papal. Después de las exequias por el fallecido Juan Pablo II y la lenta marcha de los millones de peregrinos que acudieron a la Ciudad Eterna en los últimos días, comienza un período de recogimiento en el que los cardenales electores tratarán de conocerse mejor y sentarán las bases para la celebración del cónclave dentro de apenas siete días.

La decisión unánime de los purpurados de no conceder entrevistas de prensa ha retirado del Vaticano numerosos reflectores, después de una semana cargada de sensaciones mediáticas en la que el mundo pudo presenciar una de las mayores peregrinaciones cristianas de la historia y un espectáculo litúrgico hasta ahora sin igual.

A la espera de que se abra al público la tumba de Juan Pablo II en la cripta de la Basílica de San Pedro, para la que se esperan de nuevo multitudinarias colas de fieles, la vida parece regresar poco a poco a la normalidad en la capital italiana.

Sin embargo, en el Vaticano la preparación del inminente cónclave para elección del próximo papa avanza a ritmo rápido entre bastidores.

Una vez sepultado Juan Pablo II, los cardenales evalúan ahora en sus reuniones diarias el estado de salud de la Iglesia católica y los retos a afrontar en el próximo pontificado.

Según voces anónimas citadas por la prensa italiana, la asamblea general del Colegio Cardenalicio escuchó ya el sábado las intervenciones de purpurados latinoamericanos acerca de la situación de la Iglesia.

Después de la pausa realizada hoy en las sesiones, continuarán mañana los discursos de los cardenales del «Continente de la Esperanza», en el que se concentra la mitad de los cerca de 1.100 millones de católicos que hay en el mundo.

En el cónclave que se celebrará a partir del 18 de abril en la emblemática Capilla Sixtina, participarán 115 cardenales menores de 80 años, después de que dos de los purpurados electores anunciaran su baja por enfermedad.

La ausencia del filipino Jaime Sin y el mexicano Adolfo Antonio Suárez Rivera hace que los europeos, con 58 cardenales, vuelvan a constituir de nuevo la mayoría absoluta en el grupo de electores papales.

La elección papal, en la que no hay candidatos previos, parte sin claros favoritos.

No obstante, en las últimas entrevistas concedidas antes de decidir su silencio mediático, los cardenales delimitaron algunos perfiles deseados en el próximo jefe de la Iglesia católica.

Pese a los altos niveles de popularidad de Juan Pablo II, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Karl Lehmann, se pronunció por ejemplo en contra de que el nuevo papa sea una copia del fallecido Karol Wojtyla.

Por su parte, en declaraciones a la RAI, el brasileño Paulo Evaristo Arns rechazó a los candidatos latinoamericanos, «porque no están preparados para comprender la evolución actual de un mundo que gira en torno a América del Norte, Europa y Asia, las tres áreas de las que depende el cambio del mundo».

Mientras, en una entrevista que publicó hoy el diario «La Repubblica», el cardenal Jean Louis Tauran, quien fuera durante años «ministr del Exterior» del Vaticano, consideró que la agenda del nuevo pontífice estará dominada por los esfuerzos para solucionar el conflicto de Cercano Oriente e impulsar el diálogo entre las religiones.

«Aplicar mejor el Derecho Internacional, proseguir el diálogo interreligioso e intercultural, resolver cuestiones abiertas como la crisis de Cercano Oriente y, sobre todo, recordar una enseñanza central de Juan Pablo II: la verdad hace libres. En otras palabras, no basta la libertad política, es necesaria la libertad interior», dijo el francés, describiendo el programa político al que tendrá que hacer frente el próximo jefe de la Iglesia católica.

En opinión de los vaticanistas de «Il Tempo», el próximo pontificado deberá centrarse en solucionar los problemas de la Santa Sede con Rusia y China.

«Dócil con Rusia, intransigente con China. Así deberá comportarse el sucesor de Wojtyla si de algún modo quiere llevarse a casa resultados positivos con los dos Estados que todavía parecen lejanos», señaló el rotativo.

Muchos piensan que ciertos principios generales reducirán considerablemente el número de candidatos viables a ser nombrados como el nuevo Papa. Entre los principales, el mismo debe ser un cardenal. Aunque en teoría cualquier varón católico bautizado puede ser elegido Papa, es casi seguro que será uno del colegio cardenalicio. Eso disminuye el número de candidatos a 183. No demasiado viejo. Los cardenales no quieren tener que celebrar otro cónclave muy pronto. Se asume que no se tomará en cuenta a los que tengan más de 80 años, lo cual disminuye el número de candidatos a 117. No muy enfermo. Se considera esencial que goce de cabal salud. No demasiado joven. Después de que Juan Pablo II tuvo el tercer pontificado más largo de la historia, los cardenales podrían desear algo más breve. Esto podría dejar fuera a los 16 miembros del colegio menores de 65 años. Que hable bien el italiano. Sea o no oriundo de Italia, el Papa es obispo de Roma y debe ser un líder creíble de esa grey. Además, el italiano es el lenguaje de la burocracia vaticana. Que no sea polaco. Aunque hubiera un polaco sobresaliente entre los candidatos, el cónclave no le dará el papado a ese país dos veces seguidas. Que no sea de Estados Unidos. Ello por tratarse de la única superpotencia del mundo.


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