Comienzan los cierres en distritos claves

RÍO DE JANEIRO (AFP/Télam) – A una semana de la elección, los dos candidatos a la presidencia de Brasil, la oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra, concentraron sus esfuerzos ayer en la turística y populosa ciudad de Río de Janeiro, donde ambos hicieron campaña. En camiseta roja, el color del Partido de los Trabajadores, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva acompañó a su delfina en un paseo en auto abierto por tres barrios populares del oeste de Río, donde familias enteras salieron a la calle para acompañarlos y otros los saludaron desde ventanas y balcones. A la misma hora, José Serra llevó a centenares de seguidores a Copacabana, la más turística playa de Río, que inundó con banderines con su foto y los colores azul y amarillo del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Acompañado de los principales políticos de su partido, Serra elevó el tono de las críticas al gobierno y a su adversaria y dijo que el país necesita un Ejecutivo que “se traduzca en honestidad”, y en un “basta de escándalos” de corrupción. “Hubo más denuncias de dossier envolviendo a gente del PT y a Dilma ”, destacó la propaganda en cadena de radios. La revista Veja publicó ayer que cuando Rousseff era ministra de Lula solicitó al Ministerio de Justicia que se recoja información sobre Serra.

Una partidaria “tucana” pone colorido y frenesí intentando levantar la moral de los opositores en Río de Janeiro.


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