Compañeros, siempre fuimos compañeros
Vuelve Solá al oficialismo de la mano de Scioli y Kunkel.
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“Lo mío es el reconocimiento de una realidad que la oposición no ha sabido ver… más que volver al kirchnerismo, he salido del peronismo federal”. Con esa especie de trabalenguas, propio de un movimiento tumultuoso y verticalista que se caracteriza por venerar a las mayorías populares, Felipe Solá se mostró ayer con un nuevo protector, el gobernador Scioli, e intercambió palabras de reconciliación con un K de paladar negro, Carlos Kunkel, quien durante el conflicto por el campo, en 2008, lo insultó en la Cámara de Diputados y le puso el mote de “traidor”. La excusa fue la inauguración del edificio anexo del Senado de la provincia de Buenos Aires “vicegobernador Alberto Balestrini” (en homenaje al dirigente matancero, postrado tras un ACV) al que fue especialmente invitado junto con otros ex titulares de ese cuerpo. La instantánea de Scioli y Solá no pasó desapercibida. Legaron juntos, mientras voceros de uno y otro admitieron que está en marcha una alianza que podría cristalizar luego del 10 de diciembre, con la incorporación de un allegado a Felipe en el gabinete del ex campeón de motonáutica, si es que se concreta su reelección el 23 de octubre. Los numerosos asistentes al acto, entre ellos los ministros Alberto Pérez, Ricardo Casal, Baldomero Álvarez de Olivera y Oscar Cuartango, y las autoridades del Senado Federico Scarabino (PJ) y Roberto Costa (UCR), no se perdieron el saludo entre Felipe y Kunkel. “Somos amigos de nuevo”, se le escuchó decir al diputado que cobró notoriedad cuando fue abofeteado por la diputada Graciela Camaño. “En política puede haber desencuentros y coincidencias. De los 40 años que estoy relacionado con Felipe, solo en tres no estuvimos cerca”, concedió el ultra K. Solá contó a los periodistas, que Kunkel le pidió disculpas en un ascensor por lo sucedido durante el debate de la resolución 125 hace más de un año. “Después charlamos en privado y hoy (por ayer) lo hicimos con público. El triste episodio quedó atrás”, aseguró. En rigor, durante las exequias de Néstor Kirchner, hace casi un año, Solá decidió ir al multitudinario velatorio, aún a riesgo de ser insultado por los manifestantes y luego a través de Agustín Rossi, le transmitió su pésame a la presidenta Cristina Fernández. Solá dejó la titularidad del bloque del peronismo federal en Diputados en septiembre y subrayó su distanciamiento de Francisco De Narváez, Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá. “Perdió sentido una forma de hacer oposición tan intransigente”, se justificó y le reconoció al gobierno esfuerzos para hacer “una movida inclusiva” y “aflojar con el centralismo”. Felipe Solá se define como “independiente”, pero no es un secreto que al colocarse bajo el paraguas de Cristina, aceptó el liderazgo de Cristina y promete trabajar para volver a “tallar” en 2015, agotadas las posibilidades reeleccionistas.
arnaldo paganetti Agencia Buenos Aires
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