“Con el oído en el pueblo”

Cuando los gobernantes equivocan caminos fijados previamente por el voto popular es muy difícil que corrijan esta actitud, a menos que los votantes encuentren una forma de expresar el desacuerdo con la toma de decisiones de quienes tienen la responsabilidad de ejercer el mandato, que habitualmente suelen confundir con el “mando” (poder del superior sobre su subordinado). La ciudadanía mandata, a través del voto popular, y los gobiernos llevan a cabo ese mandato explicitado durante el período de campaña. Por estos conceptos republicanos, convenidos en nuestro país hace más de tres décadas de democracia, es que muchos representantes llevan a cabo lo mandatado por sus representados. Pero algunos gobernantes se resisten a esta práctica. Y cuando algún representante de menor jerarquía, como puede ser un intendente o una intendenta de una municipalidad de segunda categoría, no por su calidad institucional sino por su cantidad de habitantes, decide desobedecer a un gobernador (pongámosle de la provincia del Neuquén) y cumple con lo acordado con sus vecinos, el de mayor jerarquía, en este caso Jorge Sapag, se crispa, no sólo con la intendenta de Loncopué, Marita Vellone, sino también con los vecinos y las vecinas de esa ciudad. Esta “subordinada” al “mando político” de la provincia, sin embargo, ha escuchado y ha cumplido con sus representados, los vecinos de Loncopué. El 82% de quienes fueron a votar eligió la boleta favorable a la ahora ordenanza que prohíbe la minería metalífera a cielo abierto dentro del ejido municipal. Algunos funcionarios de la provincia, hasta el mismo gobernador, declararon a Loncopué como localidad inviable… ¿es una amenaza a la desobediencia del modelo extractivista? ¿Desde dónde se dice esta verdad cavallista dominguera, o de Domingo Cavallo, que es lo mismo? Cabe recordar cuando este ministro neoliberal declaraba a Santiago del Estero y Formosa, entre otras provincias, inviables. ¿Acaso tiene Neuquén un retraso de “modelo económico” de 20 años? Lo señalan inviable, como si el resto del interior de la provincia brillara de producción, como si los diferentes gobiernos emepenistas hubiesen puesto todas las fuerzas para cambiar la matriz productiva, que hoy depende en un 87% de los hidrocarburos. Tras la derrota política indiscutible del gobierno provincial, éste se empecina en seguir amenazando, ahora judicialmente. El miedo es el peor consejero en épocas de democracia, y sería poco inteligente y antidemocrático por parte del gobernador recurrir a estrategias de amedrentamiento. El gobierno provincial, con este claro mensaje, manifestado por los habitantes de Loncopué mediante el voto, debe cambiar la política ambientalista en relación con la explotación de los recursos naturales. No se puede resolver el cuidado del medioambiente y la utilización de los recursos naturales con un pensamiento binario. No hay que elegir entre explotación de los recursos naturales y el cuidado del medioambiente: hay que llevar a cabo las dos acciones al mismo tiempo. Para que eso suceda la Secretaría de Medio Ambiente debe tener un presupuesto suficiente que le permita controlar el cumplimiento de las leyes, un cuerpo apto en número y en capacidad técnica de inspectores ambientales y funcionarios comprometidos con los intereses de la provincia. Las condiciones económicas en la actividad minera no deben ser sólo beneficiosas para las empresas: deben convenirles principalmente a la provincia y al país. Es un buen síntoma social lo ocurrido el domingo pasado en Loncopué como resultado de la labor permanente de muchas personas comprometidas con el presente y el futuro de su pueblo. La reacción del Ejecutivo provincial es una enfermedad a curar, como decía don Jaime, “con el oído en el pueblo”. Rodolfo Canini, DNI 14.532.526 Diputado provincial del Bloque Encuentro Frente Grande-MUN Neuquén

Rodolfo Canini, DNI 14.532.526 Diputado provincial del Bloque Encuentro Frente Grande-MUN Neuquén


Cuando los gobernantes equivocan caminos fijados previamente por el voto popular es muy difícil que corrijan esta actitud, a menos que los votantes encuentren una forma de expresar el desacuerdo con la toma de decisiones de quienes tienen la responsabilidad de ejercer el mandato, que habitualmente suelen confundir con el “mando” (poder del superior sobre su subordinado). La ciudadanía mandata, a través del voto popular, y los gobiernos llevan a cabo ese mandato explicitado durante el período de campaña. Por estos conceptos republicanos, convenidos en nuestro país hace más de tres décadas de democracia, es que muchos representantes llevan a cabo lo mandatado por sus representados. Pero algunos gobernantes se resisten a esta práctica. Y cuando algún representante de menor jerarquía, como puede ser un intendente o una intendenta de una municipalidad de segunda categoría, no por su calidad institucional sino por su cantidad de habitantes, decide desobedecer a un gobernador (pongámosle de la provincia del Neuquén) y cumple con lo acordado con sus vecinos, el de mayor jerarquía, en este caso Jorge Sapag, se crispa, no sólo con la intendenta de Loncopué, Marita Vellone, sino también con los vecinos y las vecinas de esa ciudad. Esta “subordinada” al “mando político” de la provincia, sin embargo, ha escuchado y ha cumplido con sus representados, los vecinos de Loncopué. El 82% de quienes fueron a votar eligió la boleta favorable a la ahora ordenanza que prohíbe la minería metalífera a cielo abierto dentro del ejido municipal. Algunos funcionarios de la provincia, hasta el mismo gobernador, declararon a Loncopué como localidad inviable... ¿es una amenaza a la desobediencia del modelo extractivista? ¿Desde dónde se dice esta verdad cavallista dominguera, o de Domingo Cavallo, que es lo mismo? Cabe recordar cuando este ministro neoliberal declaraba a Santiago del Estero y Formosa, entre otras provincias, inviables. ¿Acaso tiene Neuquén un retraso de “modelo económico” de 20 años? Lo señalan inviable, como si el resto del interior de la provincia brillara de producción, como si los diferentes gobiernos emepenistas hubiesen puesto todas las fuerzas para cambiar la matriz productiva, que hoy depende en un 87% de los hidrocarburos. Tras la derrota política indiscutible del gobierno provincial, éste se empecina en seguir amenazando, ahora judicialmente. El miedo es el peor consejero en épocas de democracia, y sería poco inteligente y antidemocrático por parte del gobernador recurrir a estrategias de amedrentamiento. El gobierno provincial, con este claro mensaje, manifestado por los habitantes de Loncopué mediante el voto, debe cambiar la política ambientalista en relación con la explotación de los recursos naturales. No se puede resolver el cuidado del medioambiente y la utilización de los recursos naturales con un pensamiento binario. No hay que elegir entre explotación de los recursos naturales y el cuidado del medioambiente: hay que llevar a cabo las dos acciones al mismo tiempo. Para que eso suceda la Secretaría de Medio Ambiente debe tener un presupuesto suficiente que le permita controlar el cumplimiento de las leyes, un cuerpo apto en número y en capacidad técnica de inspectores ambientales y funcionarios comprometidos con los intereses de la provincia. Las condiciones económicas en la actividad minera no deben ser sólo beneficiosas para las empresas: deben convenirles principalmente a la provincia y al país. Es un buen síntoma social lo ocurrido el domingo pasado en Loncopué como resultado de la labor permanente de muchas personas comprometidas con el presente y el futuro de su pueblo. La reacción del Ejecutivo provincial es una enfermedad a curar, como decía don Jaime, “con el oído en el pueblo”. Rodolfo Canini, DNI 14.532.526 Diputado provincial del Bloque Encuentro Frente Grande-MUN Neuquén

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