Con el sueño de hacer historia en River

El colombiano de 19 años la rompió ante el "Rojo".

«Hasta el domingo nadie me nombraba por ningún lado. Ni los diarios ni las radios mencionaban mi apellido», cuenta el colombiano Radamel Falcao García, el día después de su gran tarde, en la que marcó dos goles para que River le ganara a Independiente. En su departamento sobre Avenida del Libertador, cercano al «Monumental», el delantero conoció el explosivo efecto que produce una destacada actuación en el fútbol argentino.

«Desde el domingo a la noche llamó todo el mundo. Y a la mañana también. Estuvo haciendo un montón de notas periodísticas», afirma su hermana Melanie, de 11 años. Es que por primera vez desde su llegada a la Argentina, el teléfono de su casa y su celular sonaron incansablemente.

La historia tiene el atractivo típico que suele agregarle una persona como Reinaldo Merlo. Media hora antes del almuerzo, el entrenador mandó a su fiel ayudante, el «polaco» René Daulte a buscar a Falcao a su habitación. Ahí «Mostaza» tanteó al delantero: «¿Cómo estás para jugar los últimos 20 minutos?».

El colombiano no dudó. Y esa seguridad hizo que Merlo le subiera la apuesta. «Bueno, preparate que vas de titular», lo anotició el técnico.

«Fue una sorpresa -confiesa el atacante-, pero siempre trabajo para ganarme un puesto y estar en cada partido».

La alegría no le hace perder la mesura a Falcao. Sabe que para lograr este presente tuvo que atravesar momentos duros.

Llegó a la Argentina en el 2001, a los 15 años, por recomendación de su técnico Silvano Espíndola y por inter

medio del representante Néstor Sívori. Entrenaba en octava división y vivía en la pensión. Recién este año se mudó a un departamento y, hace seis meses, trajo a su familia, integrada por mamá Carmensa y sus hermanas Melanie y Michel.

«Es muy bueno como persona. Luchó mucho en River. Es la oportunidad que le dio Dios», dice la nena de 11 años, feliz por los goles de su hermano, que en sus ratos libres se dedica estudia r perio

dismo e inglés, además de leer libros e ir al cine.

– ¿Qué clase de jugador sos?

– Me gusta mucho jugar por abajo, aguantar la pelota y tirarme atrás. También me caracterizo por gambetear y cambiar de ritmo.

– ¿Qué fue lo más difícil desde que llegaste a la Argentina?

– Acostumbrarme a todo lo que era diferente: la ciudad, el ambiente, la comida y, principalmente, a estar sin mi familia. También fue duro la rotura de ligamentos del tobillo, lo que me impidió jugar el Mundial Sub 17 en 2003.

– ¿Con qué jugadores que llegaron compartiste inferiores?

– Con el «Malevo» (Osmar) Ferreyra, (Javier) Mascherano, (Daniel) Ludueña, (Germán) Lux y (Fernando) Cavenaghi. Siempre entrené para conseguir un lugar. Sueño con superar a los grandes goleadores de River.

– ¿Cuáles son tus objetivos?

– Me gustaría ir a Europa. Siempre quiero crecer y tener un nuevo reto. Pero ahora quiero disfrutar este momento. River es mi segunda casa. Más adelante se verá lo del exterior.

– ¿Te imaginás jugando contra Boca?

– Trabajo para estar preparado si el cuerpo técnico me precisa. Se podría decir que es el evento internacional más visto en el mundo. Creo que es un partido que no se vive en otras partes. He soñado muchas veces con jugar en ese partido. (ABA)


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