Con Verani a la cabeza, el aparato fue arrollador

Sólo en Roca y Cipolletti movilizaron 1.000 autos. El gobernador recorrió en cuatro horas 75 kilómetros.

ROCA (AR).- Un impresionante despliegue de autos, punteros y visitas de funcionarios marcó ayer el triunfo de la Alianza en el Alto Valle. Sólo en Roca y Cipolletti contrataron a 1.000 autos, a razón de 80 pesos cada uno. Los móviles trabajaron perfectamente coordinados por 200 puestos en Roca, que avalados más tarde por las urnas, dejaron en claro la presencia de un aparato arrollador construido sobre la base de un gran movimiento de dinero.

Dentro de este escenario, el gobernador Pablo Verani y el secretario de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Sartor, jugaron un rol determinante.

Verani se levantó unos minutos después de las 6. Lo esperaba una jornada agotadora y -aunque lo negó hasta último momento- sabía que su presencia era fundamental. El rito debía cumplirse y así fue. Sólo en cuatro horas, el auto que trasladó a Verani recorrió 75 kilómetros dentro de Roca y los resultados quedaron a la vista anoche.

«Fino» Sartor llegó pocos minutos después con su Renault 21 listo. Verani está convencido de que «la gente ya no vota temprano como antes» y saliendo a las 8.30 estaba bien. Sin embargo, «cábalas son cábalas» retrucó el secretario de Desarrollo Social de la Nación, que puso como tope a las 8. «Siempre salimos a esa hora y esta vez no podemos cambiar», había dicho en la semana cuando el mandatario aceptó recibir a «Río Negro» en su casa antes de la recorrida. A pesar de todo, las anécdotas durante el desayuno pudieron más y -con Luis Falcó sumado- los motores arrancaron recién 8.15.

«¿Sabés lo que pasaba si alguien empezaba a las 8 en el «83? Lo mataban. Antes se trabajaba dos días seguidos sin dormir antes del domingo y si te iba bien, el festejo duraba otras 24 horas. Me acuerdo que cuando volvió la democracia y ganamos acá, cortaron la calle desde la esquina de la cancha de Argentinos del Norte hasta Maipú y hubo baile seguido. Ahora no, ¿qué vas a festejar? Ahora tenés que ponerte a pensar cómo haces para solucionar los problemas mañana mismo (por hoy) porque si no te matan», comentó Verani.

Se lo notaba tranquilo, sin presiones. «Lo que pasa es que la cultura de los argentinos hace que no demos tanta importancia a las elecciones legislativas. Además acá estamos bien. Luis ya es senador, Amanda es la que se tiene que poner nerviosa», dijo con una sonrisa.

«Hablando de nervios, ¿te acordás la elección del «95, Fino? Contábamos voto a voto, los parajes, todo, qué manera de sufrir».

Los domingos de elecciones hacen que la familia Verani recién vuelva a ver al gobernador alrededor de las 14. No hay asado ni almuerzo especial. Es más, el mandatario sigue con su costumbre de todos los días y al té de la mañana sólo suma una sopa o ensalada. Después, a prepararse para los resultados.

Sartor advierte que pasaron varios minutos de las 8 y mira nervioso el reloj. Esa es la orden y todos a la calle. La recorrida empieza por el norte, bastión radical por excelencia. En menos de una hora, Verani apretó más de cien manos en los 20 puestos de Barrio Nuevo.

Con Sartor al volante, ambos demuestran que manejan un sistema aceitado con los años y sin equivocar el giro en las esquinas pasaron por todos los mini comité de la ciudad. El trámite era corto. Llegada, saludos, algún que otro mate, sonrisas y otra vez salida. Con eso alcanzó para motivar a sus seguidores. Todos saben que la imagen del gobernador pesa mucho y significó un aliciente para los candidatos de la Alianza.

En medio de la recorrida, un llamado advirtió sobre una protesta de estatales al momento de su voto. Entonces pateó el tablero y a las 9.50 entró al cuarto oscuro de la Escuela 323. Luego el Renault 21 arrancó una y otra vez.

A la noche el auto estaba lleno de tierra y deslucido, pero a su lado Verani festejaba una victoria para la que trabajó todo el día, tal vez más de lo que debía.

Falcó pidió no confundir desánimo con bronca

ROCA y BARILOCHE (AR/AB).- Sin poder ocultar su sorpresa ante la realidad de haber sido superado en Roca por el porcentaje de los votos anulados, el triunfante candidato a senador por la Alianza Luis Falcó reconoció que «esos números canalizan el desánimo y la desesperanza de la gente que -espero- no haya confundido la bronca contra los malos políticos con la bronca contra el sistema».

Con alegría pero muy mesurado en los festejos, el diputado nacional electo Julio Accavallo deslizó en Bariloche fuertes críticas contra la política económica de la Alianza y reconoció que «tenemos que hacer un esfuerzo para reencontarnos con las necesidades reales de la gente». Asoció los votos nulos con el malestar de la gente con los gobernantes.

Escoltado por el gobernador Pablo Verani, que rechazó hacer «lecturas rápidas», Falcó aseguró haber «recibido el mensaje, lo hacemos respetuosamente y nos vamos a poner a trabajar para la provincia en cosas que beneficien a nuestras economías regionales, cosas que contengan nuestro tejido social».

El senador electo habló luego de festejar «una diferencia de entre 6 y 8 puntos» sobre el PJ, ante casi 100 personas que anoche se reunieron en uno de los locales partidarios que el radicalismo posee en el centro de Roca.

«Lo que ha influido muchísimo son los votos positivos, al haber tantos nulos, tantos blancos y tanta gente que no votó, los votos positivos se achican y entonces los márgenes y las diferencias se acortan», aseguró Falcó, que al igual que Verani, optó «por no hacer un análisis en caliente de lo que pasó».

Conocidas las primeras tendencias, Accavallo reconoció que «no hay nada para festejar» y evaluó su victoria como «modesta» frente a los votos «protesta» de los sufragantes. «Los dirigentes políticos tenemos que trabajar mucho para reencontranos con las necesidades que vive la sociedad», dijo el barilochense y agregó que «la dirigencia política tiene que atender este mensaje de la gente para revertir el componente de bronca y de desesperanza que tiene el electorado para con la clase política».

Accavallo, al ser consultado sobre si esta elección le da un buen plafón a Julio Arriaga para las elecciones del 2003, sostuvo que «sería incorrecto adelantarlo», pero reconoció que es un buen augurio para el Frente Grande y para su líder Arriaga.


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