Condena de 13 años de cárcel a padrastro violador

La Justicia de Cipolletti dio por probado que la víctima fue sometida sexualmente durante ocho años, desde que tenía apenas cinco.

CIPOLLETTI (AC).- Un hombre fue condenado a 13 años de prisión por haber violado a una niña desde los cinco a los 13 años. Fue considerado culpable del delito de abuso sexual de una menor con acceso carnal, continuado y agravado por ser el encargado de la guarda. El hombre condenado fue trasladado ayer al Establecimiento de Ejecución Penal 2 de Roca ya que la Cámara Segunda del Crimen de Cipolletti, con el voto rector del juez Guillermo Baquero Lezcano, consideró que “se corre serio riesgo” de que el hombre quiera fugarse. De acuerdo con la sentencia, el sujeto abusó de su hijastra desde que la niña tenía cinco años y durante los ocho años posteriores, hasta que ella se fue a vivir con una tía. Ante la exigencia de la madre de que volviera a vivir con ellos, la menor de edad le contó a su prima sobre los abusos y ésta a la tía de la víctima, quien radicó la denuncia que dio origen al proceso penal. Para condenarlo, además de los dichos de la víctima en Cámara Gesell, la Cámara tuvo en cuenta el informe de los peritos del Cuerpo Médico Forense que dictaminaron que la joven presentaba “signos correspondientes a desgarro de himen de larga data”. El examen psicológico estableció además que “no existen en la joven indicadores de mendacidad o tendencias manipulatorias”. A este informe el juez le otorgó “alto valor probatorio ya que aportó detalles sobre la personalidad de la víctima” como “gestualidad propia de personas introvertidas, dificultad para soltarse y expresar lo vivido” así como “sentimientos de desesperanza, pesimismo y desesperación”. Además la sentencia expresa que la niña “presenta indicadores de culpa, timidez, autocrítica y actitud introspectiva”, entre otras características que fueron resaltadas por el juez como las consecuencias de haber sido sometida durante años a los abusos sexuales. Según el relato de la chiquita que se reproduce en el fallo, el abusador la buscaba en el colegio y después le compraba caramelos con el fin de llevarla a la pieza de la casa dónde vivían, el lugar donde comenzaron los abusos. “Primero habló de tocamientos, luego con suma vergüenza indicó que le ‘hacía cosas que hacen los mayores’. Dijo que los abusos se repitieron hasta que tuvo 13 años, y que desde esa edad dejó de ser abusada ya que él tenía miedo de que le dijera a su mamá”. Relató además que todo sucedía cuando su madre estaba trabajando y que de más grande se escapaba, por lo que él la corría y la amenazaba.


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