Condenaron a policías que agredieron a estudiantes

Los cuatro uniformados recibieron 1 y 2 años de prisión en suspenso y el doble de inhabilitación para ser policías, al encontrarlos responsables de la paliza a los universitarios.

CUTRAL CO (ACC) – Los cuatro policías imputados en la paliza a los estudiantes universitarios ocurrida en abril de 2001 fueron condenados ayer por el Juzgado Correccional a 1 y 2 años de prisión en suspenso, el doble de inhabilitación especial para ser policías y las costas del proceso. Los efectivos fueron encontrados coautores del delito de severidades y vejaciones y lesiones leves.

La sentencia fue leída ayer por la jueza Graciela Martínez de Corvalán ante los cuatro imputados: los sargentos Fortunato Leiva (37 años) y Mario Pasmiño (34), más el agente Vitalicio Riquelme (28) y el oficial ayudante Enrique Salazar (27). Los acompañó el abogado defensor Ignacio Di Maggio.

Tres de los cuatro damnificados también escucharon los términos de la sentencia que condenó a los imputados. Se trata de los estudiantes Wálter Castillo, José María Guzmán y Daniel Róbinson Gutiérrez. No asistió Daniel Carrasco, un familiar de uno de los estudiantes.

En el fallo, la magistrada coincidió con la solicitud de condena que habían formulado el fiscal Santiago Terán y los abogados querellantes, Mariano Mansilla y Juan Manuel Kees, para el caso de Leiva y Pasmiño. A ambos policías se les dictó la pena mínima de 1 año de prisión condicional y 2 de inhabilitación especial para ejercer como policías. En cambio, la condena fue más fuerte para el caso de Salazar -el único que ayer vistió el uniforme- al otorgársele 2 años de prisión en suspenso y 4 de inhabilitación para desempeñarse como agente policial. El tribunal fijó como agravante a la hora de dictar la sentencia que Salazar era el «único oficial» que se encontraba en la caja del móvil policial «donde debió brindar el ejemplo e impedir el accionar de sus subordinados». Además de los medios empleados y el daño causado a las víctimas.

En cuanto a Riquelme, quien también recibió la misma condena que Salazar, el agravante fue la «peligrosidad evidenciada en su accionar, los medios empleados y la entidad del daño causado».

A lo largo de la sentencia -que demandó una hora de lectura- se mencionó la comprobación de los golpes recibidos por los estudiantes, sustentados por sus propios dichos y por los de efectivos policiales que testimoniaron.

Para la magistrada quedó comprobado que los damnificados habían bebido pero no presentaban una «embriaguez escandalosa» para ser demorados. Como también que se comprobó que se habían arrojado piedras hacia el boliche al que intentaban ingresar durante la madrugada del 22 de abril de 2001, antes de ser demorados en la esquina de Keidel y Chos Malal.

La jueza consideró que los testimonios de las víctimas fueron «sumamente veraces», en contraposición al brindado por los 4 imputados. Sostuvo que los dichos de Riquelme resultaron «ridículos» a la hora de justificar las razones por las que otros efectivos policiales lo incriminaban.

Se recordó ayer cuando Gutiérrez, uno de los estudiantes exigía con el DNI en la mano a los policías que no les

pegaran más a sus compañeros y uno de los efectivos le respondió «metételo en el culo», en alusión al documento. La magistrada calificó de «sorprendente» el tamaño del operativo que se montó esa madrugada para una mera contravención. Se comprobó que en lugar hubo 17 policías y cinco móviles.

CUTRAL CO (ACC) – «Mientras esto sirva es importante, para que no vuelva a suceder porque esta vez la contamos y tal vez otros chicos no», dijo ayer al término de la lectura de la sentencia que condenó a los cuatro policías uno de los estudiantes.

José María Guzmán y Wálter Castillo hablaron ayer tras conocer la sentencia condenatoria para los 4 efectivos imputados en la causa. Guzmán sostuvo que era una «incógnita» conocer los rostros de los policías porque a pesar de no ser oriundo de la zona en abril de 2001 hacía siete años que vivía aquí.

«Siempre me pregunté quiénes serían porque seguramente me los cruzaba en la calle», mencionó. Luego comentó que no siente rencor pero «mientras sirva (la condena) eso es lo importante para mí. Esto es que no vuelva a suceder, porque esta vez lo contamos y tal vez otros chicos no», sostuvo.

Castillo, por su parte, manifestó tener «impotencia» al advertir que los imputados «se codeaban sosteniendo una impunidad que parece no tener fin». Y expresó que «en parte se hizo justicia» con el fallo porque «a nosotros nos pegan abajo, antes de subir al móvil y adentro».

Durante la madrugada del 22 de abril, los estudiantes habían decidido ir al boliche de la calle Keidel de Huincul. Al no tener el suficiente dinero para ingresar se retiraron. Pero uno de ellos estaba más ofuscado y el resto de sus compañeros lo intentaron calmar. Luego arrojaron piedras. Esto motivó que la custodia del boliche pidiera ayuda. Cuando ya estaban en la esquina y a punto de subir a la trafic en la que habían llegado, fueron abordados por la policía.


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