Congestión

LA SEMANA EN BARILOCHE

Había mucho en juego y el panorama fue por completo inhabitual. Cuatro altos funcionarios del Ejecutivo siguieron de punta a punta la sesión extraordinaria del Concejo Municipal realizada el jueves en el estrecho recinto cedido por la junta vecinal de Pájaro Azul.

Concurrieron mandatados por la intendente María Eugenia Martini con la expectativa de que su presencia ayude a volcar alguna voluntad indecisa o bien a aclarar con presteza cualquier duda de último momento.

Era la última sesión del año y en el orden del día había varios proyectos que el gobierno promovía desde hace varias semanas en el intento de apuntalar la recaudación y encaminar las díscolas cuentas públicas.

También había otro que Martini presentó a último momento para que el Deliberante la dispense de devolver a sus cuentas de origen los casi 11 millones de pesos con destino específico (como el plan Más Cerca y el proyecto de Mercado Comunitario) que tomó para cubrir el pago de salarios y otras urgencias.

A la hora de contar las manos levantadas el saldo para el gobierno tuvo sus matices. Para dilatar la restitución de los fondos específicos pretendía un año y se llevó sólo tres meses.

Del paquete fiscal hubo proyectos que quedaron para el próximo año, como el ajuste en el monto de las multas y sanciones y las tasas de cartelería, lo cual condicionará el flujo de recursos en los primeros meses.

Tampoco pasó el filtro el intento de aplicar a la tasa de Servicios un ajuste que siga el ritmo de las valuaciones fiscales fijadas por la provincia. Ante el riesgo de que los aumentos se desboquen, los concejales impusieron por ordenanza un límite máximo del 20%. El año pasado habían fijado el 15%.

La congestión de proyectos económicos que poblaron la última sesión del año también incluyó el presupuesto 2015, que terminó aprobado sin cambios ni disidencias.

Quien hile fino encontrará allí un déficit de coherencia, ya que los concejales “tocaron” a la baja varios gravámenes y postergaron la aprobación de otros, pero convalidaron la proyección de ingresos original del Ejecutivo, que en el renglón de “propia jurisdicción” quedó en 663 millones de pesos.

Lo no dicho es que unos y otros dan por sentado que cada vez más el presupuesto es sólo un marco general de improbable cumplimiento. Los concejales de oposición subrayaron la abultada cantidad de programas sociales, deportivos y culturales que quedan año tras año con “ejecución cero”. Lo mismo pasa con el Presupuesto Participativo.

Nadie se molestó en subrayar, por ejemplo, que el estimado de gasto salarial para 2015 refleje un utópico aumento interanual del 15% que el Soyem no aceptará de ningún modo.

Aun con los recortes sufridos por el paquete tributario, los funcionarios del Ejecutivo no lucieron disconformes. Parecieron dar por hecho que las subas propuestas alcanzaban en realidad a tributos secundarios, de los que no mueven el amperímetro. Las correcciones eran una cuestión de evitar atrasos, injusticias y distorsiones, pero la significación económica es relativa.

La apuesta de “todo o nada” para el gobierno es multiplicar la recaudación por tasa de Inspección, Seguridad e Higiene (TISH), que pagan los 4.500 comercios y empresas de la ciudad en función de su volumen facturado. Allí no hubo retoques y toda la energía estará puesta en la presión fiscalizadora.

La meta presupuestaria es llevar los ingresos de TISH de los actuales 65 millones a 130 millones anuales. Uno de los funcionarios de Hacienda reconoció que tantos devaneos por las multas, derechos y tasas menores quedarán en la anécdota si dfunciona el seguimiento y sanción de las declaraciones mentirosas y “si hay una buena temporada turística”.

Los diagnósticos de quienes escarban a fondo los números municipales no exhiben grandes diferencias. Durante los debates en comisión el secretario de Gobierno, Daniel Natapof, había reconocido que si la imagen es de zozobra permanente es porque el municipio arrastra “una situación estructural de desfinanciamiento que es crónica y que ha atravesado a todas las gestiones”. Y atacó a las miradas “neoliberales” que sólo se preocupan en que “los números cierren”.

La edil opositora Irma Haneck a su modo dijo lo mismo, y observó que a la cuestión se le pueden dar muchas vueltas pero es evidente que “con lo que entra no alcanza”. Acto seguido, se inclinó por “no llevarle a la ciudadanía el costo de un municipio inoperante”.

Encrucijada ésta que demanda respuestas integrales y que difícilmente se pueda desenredar en una sesión apurada de fin de año.

dmarzal@rionegro.com.ar

Daniel Marzal


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