Conocer las ballenas, un recorrido que es posible iniciar en Las Grutas
En el balneario rionegrino, las empresas de turismo incluyen el avistaje de ballenas como principal atractivo de sus paquetes turísticos. Los turistas pueden aprovechar los bajos precios de alojamiento en Las Grutas -que está en temporada baja- y disfrutar de los atractivos de la temporada alta de Madryn.
PUERTO MADRYN (Pedro Caram, enviado especial) – Las agencias de turismo de Las Grutas incorporaron a sus «paquetes», excursiones de un día hasta ciudad chubutense para reforzar la oferta de la baja temporada y aprovechar los menores costos de alojamiento que genera la capacidad ociosa de la villa marítima rionegrina.
Los turistas que elijan Las Grutas como destino para sus mini vacaciones de octubre y noviembre, podrán también formar parte de excursiones a Puerto Madryn destinadas a conocer las ballenas y tomar contacto con esos animales enormes de actitudes todavía misteriosas. Por cinco días los visitantes pagan 190 pesos por persona, incluido alojamiento, pensión completa, cenas show, excursiones de interpretación ecológica en la costa rionegrina, el Viaje al Centro de la Tierra en Sierra Grande, la excursión a Madryn con avistaje de ballenas, paseos embarcados por la bahía San Antonio y asados al aire libre.
La salida hacia Puerto Madryn en el marco del «paquete» que ofrece la agencia turística se planifica para la mañana bien temprano del segundo día de los cinco incluidos. Por la ruta nacional 3 se viaja alrededor de 120 kilómetros hasta Sierra Grande, donde el paso obligado es el ingreso a la mina de hierro en el complejo de Turismo Minero, que ofrece su Viaje al Centro de la Tierra.
Desde allí, tras conocer los secretos del socavón, hoy paralizado para la extracción pero vigente con fines turísticos, el grupo continúa hasta Puerto Madryn.
La ciudad, espléndida en su limpieza, ordenamiento urbano e infraestructura, aunque según se supo con algunos problemas en cuanto a los desagües cloacales, se prepara cada día mejor para recibir a sus visitantes. Madryn debería ser una referencia de importancia para otros centros turísticos de la zona, como Las Grutas y Playas Doradas. El cuidado de los recursos cada vez demanda y obtiene más esfuerzos. Desde el Ecocentro, por caso, inaugurado en junio último, se propone primero conocer los atractivos naturales a través de información gráfica de primera calidad, para recién después observar en forma directa. (ver aparte)
Madryn está ubicada sobre la ruta 3, al oeste del golfo Nuevo, al sur de la Península Valdés. Tiene extensas y hermosas playas aunque sus aguas son sensiblemente menos cálidas que las de Las Grutas. Desde allí, se ingresa a la península por un istmo que en algunos sitios es de sólo 8 kilómetros de ancho y que separa aquel golfo del San José, ubicado al norte. Uno y otro son visitados por cientos de ballenas. Sin embargo, el San José fue declarado reserva y su acceso es limitado. Allí está la Isla de Los Pájaros en la que se pueden observar desde un mirador infinidad de aves marinas de diferentes especies.
Haciendo un rodeo al golfo Nuevo se accede a Puerto Pirámides, una pequeña villa compuesta por un puñado de casas comerciales donde se concentran las empresas de avistajes de ballenas. Desde allí se botan embarcaciones que recorren unas millas para ver de cerca a los espectaculares cetáceos. El embarque dura poco más de una hora, tras el cual se prepara la vuelta a Las Grutas. El arribo se produce unas cuatro horas después con todos los integrantes listos para la merecida e impostergable cena.
Un viaje hacia la sorpresa y la espectacularidad
Lo ideal sería salir con el mar «planchado» a ver de cerca a las ballenas haciendo piruetas frente a los acantilados que bordean la península Valdés. Pero no siempre es posible. «Río Negro» estuvo un día de viento fuerte y no tuvo impedimentos para disfrutar de una experiencia inolvidable. Tito Bottazzi, un capitán con experiencia en conducir lanchas en el golfo Nuevo enfrentó la marejada y puso a los visitantes a apenas unos metros de varias ballenas que buscaban guarecerse del viento en las pequeñas bahías que conforma el mar entre los acantilados.
Hubo todo el condimento necesario. Por ejemplo, un ballenato saltando sobre la madre a unos 15 metros de la lancha, dos ballenas comiendo con toda la boca abierta, mostrando sus enormes barbas de queratina con las que filtran y obtienen el plancton microscópico que por kilos y kilos se posa en esos miles de «dientes» que parecen la cerda de un inmenso cepillo. La experiencia de los avistajes es sin dudas espectacular. No obstante en Madryn están considerando hasta qué punto no perjudican la tranquilidad de los cetáceos que en estas épocas buscan la calma para aparearse, fecundar y parir. Luego las madres, también cerca de la costa amamantan a sus crías hasta que ambas obtienen las energías suficientes para viajar nuevamente mar adentro hacia la Antártida en busca de más alimento. Migran de Valdés en diciembre y volverán entre marzo y mayo. En setiembre se concentra la mayor cantidad. Hay alrededor de 1500 ejemplares identificados mediante las callosidades en su piel. Cada año, ingresan al golfo Nuevo unas 500 ballenas y se agregan unas 30 crías. La población crece año tras año un 7.6% según estimaciones recientes. (E. E.)
La villa rionegrina se prepara
La villa rionegrina no pretende conformarse con invitar a ver ballenas desde Puerto Madryn, usando este balneario como centro de operaciones. La reciente llegada de varias ballenas hace ilusionar a los empresarios locales.
Este fin de semana a pocos metros de la restinga de la Bajada Cero una orca hizo deleitar a quienes paseaban por la playa y la costanera. Las autoridades de turismo provinciales y locales deberán estimar las posibilidades que existen de que se organicen con éxito y sin molestarlas excursiones embarcadas por el golfo San Matías durante los meses de julio, agosto, septiembre y octubre.
Otro elemento que deberá ofrecerse es la capacitación de investigadores, empresarios turísticos y anfitriones en general, acerca de las características de estos animales e instrumentar los mecanismos para transferir esos conocimientos a los turistas. (E.E)
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