Consejos básicos para videoaficionados: variedad y prohibido el zoom

“Hoy en día se pueden tomar buenas imágenes con todas las cámaras”, afirma Markus Valley, experto en medios y videoperiodista alemán.

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Gracias a las cámaras de fotos con función de grabación, las videocámaras y los smartphones, los usuarios tienen acceso no sólo a opciones de bajo precio, sino también de buena calidad.

“Hoy en día se pueden tomar buenas imágenes con todas las cámaras”, afirma Markus Valley, experto en medios y videoperiodista alemán. Pero cuidado: hay que conocer bien el aparato y sus limitaciones técnicas para no meter la pata a la hora de hacer videos caseros.

Quien conoce el equipo con el que trabaja sabe incluso antes de rodar con qué funciones cuenta y lo que no es posible hacer. “Si uno se mueve dentro de esos límites, hay muy buenos resultados”, según Valley.

Su consejo a los usuarios de celulares es no moverse ni hacer nunca zoom, porque después estos movimientos se ven muy mal en una pantalla más grande. La mejor forma de variar las imágenes es cambiar la perspectiva.

Por ejemplo: se graba a un grupo de personas como un todo y después a cada una de manera individual. Quien se atreve a ser original, gana. “No hay que tener miedo de tirarse al suelo”, señala Valley. Es importante pensar qué es lo que se quiere conseguir antes de grabar. Una buena idea es elegir con qué imagen se quiere empezar y con cuál terminar.

“Grabar videos se ha hecho más sencillo”, señala también Konstanze Werner, profesora de periodismo televisivo. Una de las causas es el hecho de que las cámaras de los smartphones son cada vez mejores, que graban en resolución HD y regulan automáticamente la luz o el foco, entre otros.

Werner subraya que lo importante es no dejarse frenar por unas expectativas demasiado exigentes, sino experimentar. Otro elemento muy útil son las llamadas “imágenes de recurso”, que no tienen que ver directamente con la escena en sí, pero sirven para ofrecer variedad. Por ejemplo imágenes de objetos o edificios.

Lo más importante es no perder el entusiasmo, porque hacer películas es laborioso y lleva tiempo, destaca Werner. Por eso, en su opinión lo mejor es ir poco a poco: empezar por pequeñas cintas y ver el resultado o incluso colgarlo en la red.

“La gente tiene dificultad para pensar en imágenes móviles”, explica. Lo importante para un video es tener claro antes de empezar quién lo va a ver y qué se quiere contar. Si no hay dudas, es relativamente fácil hacerlo.

El productor Jörg Lovy ve un problema que se repite en los muchos cursos que ha dado. “La gente ha visto muchas películas, pero no tiene idea de cómo es el procedimiento para llevarlas a cabo”. Con las fotos es sencillo reconocer de inmediato cuál era el motivo elegido o si una imagen está bien enfocada o no.

Con las filmaciones esto cuesta más. Aquí, además de las cuestiones técnicas hay que desarrollar una dramaturgia, es decir contar una historia. Y muchos principiantes pierden este hilo conductor.

Su segundo consejo básico es: “acercarse al objeto”. Lovy observa que muchas veces no se hace más que acercarse y alejarse con la cámara del objeto desde una única posición. A menudo estas imágenes son aburridas para un observador. Y además, otro gran error es usar para ello el zoom, las imágenes salen desenfocadas. En vez de eso, hay que acercarse físicamente mucho a aquello que se está grabando, lo que genera una variedad de ángulos.

dpa


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