Educación que iguala: historias del impacto de las becas Gregorio Álvarez
La inversión pública en educación cambia vidas. Las experiencias de tres jóvenes neuquinas lo demuestran. El programa más importante de la gestión Figueroa acompaña a los estudiantes, desde el jardín a la educación superior.
Desde Buta Ranquil al mundo energético: Belén, una pionera en su familia
Belén Iglesias nació y creció en Buta Ranquil, una localidad del norte neuquino ubicada a 500 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Criada en una familia humilde y trabajadora, siempre supo que para alcanzar sus sueños debía hacer un enorme esfuerzo. Su abuelo fue criancero, su padre trabaja como albañil y su madre es ama de casa. En su hogar, nadie había logrado todavía recibirse de una carrera universitaria.
“Poder estudiar implica un orgullo enorme tanto para mi familia como para mí”, expresó emocionada. Hoy cursa Ingeniería en Petróleo en la Universidad Nacional del Comahue, una carrera exigente que eligió con convicción: “Desde chica me atrajo el mundo energético y me gustaría formar parte del desarrollo de la provincia desde el conocimiento”.
La beca Gregorio Álvarez fue una herramienta fundamental para sostener ese camino. “La carrera no es fácil, hay que estudiar mucho. Esta beca me permite enfocarme, sin la presión económica constante”, remarcó. Pero lo que más valora es el acompañamiento humano que ofrece el programa: “Saber que hay alguien que te escucha, que te dice que no tenés que bajar los brazos… eso no se cambia por nada”.
Gabriela y su vocación de sanar con empatía
Gabriela Lopini vive en Neuquén capital, pero cursa Medicina en la sede de la UNCo en Cipolletti. Su historia es también la de un desafío compartido por muchas familias: ser la primera generación universitaria. “Mis padres no pudieron terminar sus estudios, pero me inculcaron desde siempre que el estudio era el camino para lograr algo mejor”, relató.
Desde pequeña sintió un llamado profundo hacia la salud y el acompañamiento humano. Eligió estudiar medicina porque quiere formar parte de una generación de profesionales empáticos, sensibles al sufrimiento del otro: “Creo que hace mucha falta. A cada paciente hay que tratarlo con respeto y humanidad”.
Gabriela también atravesó momentos difíciles en su carrera. “Hace unos meses tuve una crisis muy fuerte con un final que no pude rendir. Quise abandonar”, confesó. Fue entonces cuando su tutor, parte del equipo del programa Gregorio Álvarez, apareció como un sostén emocional y académico: “Me brindó una escucha activa, un acompañamiento y palabras de aliento que me ayudaron a seguir”. Hoy, agradecida, Gabriela reafirma su compromiso: “Estoy convencida de que quiero devolver a la sociedad todo lo que me están dando. Gracias al gobernador y a todos los que hacen posible este programa”.
Miriam, el coraje de ser mamá y estudiante en Junín de los Andes
Miriam Loncopán nació y vive en Junín de los Andes. Es mamá de un niño de ocho años y hoy estudia el Profesorado en Educación Especial, una carrera que la apasiona y que le dio una segunda oportunidad después de haber abandonado anteriormente el profesorado de Nivel Inicial por razones económicas.
“Ser madre y estudiante no es fácil. Muchas veces el tiempo y el cansancio te ganan. Pero esta carrera me da sentido”, expresó con emoción. Cuando se enteró de que abrirían la carrera en su localidad, no lo dudó. “En Junín y en muchas partes de la provincia faltan docentes especializados en discapacidad. Quiero estar ahí para acompañar a esos niños, niñas y adolescentes que necesitan otra mirada en la escuela”.
Gracias a la beca Gregorio Álvarez, Miriam pudo continuar sus estudios sin tener que dejar de lado su rol como madre. Pero lo más importante para ella fue el acompañamiento con tutorías: “Tenía mucho miedo de rendir los finales. Me paralizaban. Pero mi tutora me ayudó a superar mis miedos, me dio herramientas, y logré rendir y aprobar. Ese fue mi mayor logro del año”.
La beca, afirma Miriam, no solo es un recurso económico, sino una red de contención que permite que sueños interrumpidos se reactiven. “Agradezco a todo el equipo que está detrás, porque sin ellos hoy no estaría estudiando. Esta beca cambió mi vida”.
Una política educativa que se extiende a toda la provincia
Las historias de Belén, Gabriela y Miriam se conocieron durante el Primer Encuentro de Becarios Gregorio Álvarez de Nivel Superior, un evento histórico que reunió a cerca de 700 estudiantes universitarios y terciarios de toda la provincia. Allí, el gobernador Rolando Figueroa destacó que este es “el programa más importante que tenemos”, porque representa una verdadera política de redistribución de oportunidades.
El programa de becas Gregorio Álvarez está financiado por un esquema mixto de colaboración entre el Estado y el sector privado. Participan empresas como YPF, Pan American Energy, Gas y Petróleo del Neuquén y el Banco Provincia del Neuquén, además de firmas locales y 7 empresas privadas más. Los montos de las becas varían según el nivel educativo, llegando a $380.000 mensuales en el nivel universitario, con beneficios adicionales como notebooks y tutorías académicas.
Durante el encuentro, el gobernador apeló al sentido colectivo del esfuerzo. “Cuando ustedes aprueban una materia, es como si nosotros metiéramos un gol”, expresó. Así, remarcó que cada avance en una trayectoria educativa individual es también un logro de la comunidad neuquina. “Neuquén invierte en su gente. Y eso transforma destinos”, sentenció Figueroa.
La transformación educativa en la provincia va mucho más allá de la entrega de becas. En Chos Malal, por ejemplo, ya hay cientos de inscriptos en nuevas carreras universitarias dictadas por la UNCo, como Ingeniería en Agrimensura y Licenciatura en Tecnología Minera, con títulos intermedios en Petróleo, Minas, Topografía y Control de Calidad. Esta sede permite a jóvenes del norte neuquino acceder a estudios superiores sin tener que migrar.
En paralelo, el gobierno provincial impulsa un ambicioso plan de infraestructura educativa, con la licitación de 40.000 metros cuadrados en el primer semestre del 2025 distribuidos en ocho nuevos edificios escolares en Plottier, Añelo, Centenario, Neuquén capital, Rincón de los Sauces, San Patricio del Chañar, San Martín de los Andes y Villa La Angostura. Además, avanza una importante reforma integral en la EPET 15 de Zapala, fortaleciendo la educación técnica.
Todas estas acciones están comprendidas en el programa Redistribuir Oportunidades, que apunta a garantizar el derecho social a la educación de neuquinos y neuquinas entre 4 y 35 años. A través de apoyos económicos, tutorías personalizadas y una mirada inclusiva y territorial, se busca lograr la inclusión, permanencia y egreso del sistema educativo. Las becas son mucho más que dinero: son una red real de contención para que el futuro de miles de jóvenes deje de ser una incertidumbre y se convierta en una certeza.
