Más seguridad y un sistema penitenciario moderno en Neuquén
La puesta en funcionamiento de un nuevo pabellón marca un cambio profundo en la forma en que la provincia planifica y gestiona su sistema penitenciario.
Con la inauguración del nuevo pabellón de máxima seguridad en la Unidad de Detención N.º 11 (U11), Neuquén comienza a saldar una deuda histórica en materia penitenciaria: amplía su infraestructura, incorpora tecnología, mejora las condiciones de trabajo del personal y fortalece la capacidad del Estado para enfrentar delitos complejos, como el narcomenudeo.
La puesta en funcionamiento de este nuevo pabellón no es una obra más. Marca un cambio profundo en la forma en que la provincia planifica y gestiona su sistema penitenciario. Envía un mensaje claro: la seguridad no depende sólo de más presencia policial en las calles, sino también de contar con establecimientos modernos, seguros y con capacidad adecuada para alojar a quienes están a disposición de la Justicia, especialmente en un contexto donde Neuquén decidió desfederalizar la lucha contra el narcomenudeo.

De la desinversión a la reconstrucción
El gobernador Rolando Figueroa lo sintetizó al inaugurar la obra: la provincia venía de un fuerte deterioro en materia carcelaria y de un déficit estructural de infraestructura. Durante años, la falta de plazas adecuadas generó hacinamiento, condiciones de trabajo complejas para el personal penitenciario y una creciente tensión entre el avance del delito y la capacidad real del sistema para alojar personas privadas de libertad.
La nueva obra en la U11 cambia ese escenario. El pabellón de máxima seguridad suma más de 2.500/2.700 metros cuadrados cubiertos y 26 plazas diseñadas bajo estándares internacionales. No se trata únicamente de ampliar espacio: representa un nuevo modelo de gestión y control, concebido para internos de alta peligrosidad y para aliviar la presión sobre el resto del sistema.
Este pabellón es el punto de partida de un plan más amplio anunciado por el gobernador, que incluye nuevas etapas en la U11 y obras en las Unidades 22 (Cutral Co) y 32 (Zapala). Con estas ampliaciones, la provincia pasará de 499 plazas carcelarias al inicio de la gestión a casi 1.300 al finalizarla, triplicando su capacidad.
Las ampliaciones en marcha
La U11, que con sus diez pabellones contaba con capacidad real para 210 internos, incorporará 450 plazas nuevas a lo largo de sus distintas etapas de ampliación. Esto permitirá una distribución más ordenada, separar perfiles, reducir tensiones internas y mejorar el entorno laboral del personal.
Este crecimiento acompaña la decisión estratégica de Neuquén de desfederalizar el narcomenudeo, lo que implica más operativos, más investigaciones y más detenciones. Para sostener ese proceso es indispensable contar con establecimientos adecuados, seguros y diseñados específicamente para alojar a quienes quedan a disposición del sistema judicial.
Con más plazas y edificios preparados, las comisarías dejan de funcionar como espacios transitorios de alojamiento, la Policía recupera capacidad operativa para estar en la calle y el sistema en su conjunto mejora su eficiencia.
Un pabellón con estándares internacionales
La ministra de Infraestructura, Tanya Bertoldi, lo expresó con claridad: Neuquén no contaba, hasta ahora, con una infraestructura de estas características. El nuevo pabellón incorpora innovaciones que elevan los estándares de seguridad y resguardo:
- Doble muro de hormigón con cámara de aire, que refuerza la seguridad perimetral.
- Sistema electrónico de apertura de puertas, que reduce riesgos operativos y permite un control preciso de ingresos y egresos.
- Monitoreo cerrado y visión permanente, para supervisar de forma simultánea todos los espacios donde se encuentran los internos.
- Peceras de control de nueva generación, que garantizan visibilidad continua y mejores condiciones de trabajo para el personal.
El ministro de Seguridad, Matías Nicolini, lo definió como “un hito en política penitenciaria y en materia de seguridad en la Argentina”. No sólo por la obra en sí, sino porque marca el final de un ciclo de desinversión y el inicio de otro donde la infraestructura penitenciaria pasa a ser prioridad.
La seguridad como política integral
La inauguración del nuevo pabellón forma parte de un plan histórico de 45 obras de seguridad que la provincia ejecutará entre 2026 y 2027, en gran medida financiado por la Ley 3426 de Emergencia Penitenciaria.
Ese plan contempla:
- Nuevos módulos y pabellones en las Unidades 11, 22 y 32.
- Comisarías, nodos de emergencia, destacamentos y edificios administrativos.
- Infraestructura para áreas estratégicas, como el Departamento Antinarcóticos y el Complejo La Meseta en Neuquén capital.
En paralelo, el gobierno provincial duplicó el egreso de nuevos efectivos policiales y consolidó una fuerte inversión en tecnología para prevención, investigación y control.
De este modo, el nuevo pabellón se integra a un modelo de seguridad que articula:
más infraestructura, más tecnología, más formación policial y más capacidad penitenciaria.
Un Estado presente y un sistema que funciona
Para quien cierra su negocio por la noche o espera que sus hijos regresen del colegio, la inauguración de un pabellón penitenciario puede parecer algo lejano. Sin embargo, su impacto es directo.
Un sistema penitenciario moderno y con capacidad suficiente fortalece la respuesta del Estado: permite alojar a quienes están a disposición de la Justicia en espacios adecuados, evita la saturación de comisarías, mejora el trabajo policial y ordena todo el circuito institucional de la seguridad.
Para el personal penitenciario, significa dejar atrás años de estructuras insuficientes y condiciones laborales adversas. Para la Policía, implica trabajar sabiendo que el sistema acompaña el esfuerzo que se realiza en el territorio.
Y para toda la sociedad neuquina, representa una señal decisiva: la seguridad se construye con planificación, inversión y obras concretas.

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