Primavera activa en San Martín de los Andes: naturaleza, aventura y buen clima

Con el regreso del sol y temperaturas más agradables, el destino neuquino ofrece una amplia variedad de propuestas para disfrutar al aire libre. Senderismo, ciclismo, kayak, gastronomía regional y la imperdible Ruta de los Siete Lagos marcan el pulso de una temporada ideal para explorar la Patagonia.

La primavera poco a poco empieza a asomar en San Martín de los Andes y todo se transforma. El frío del invierno cede lentamente, el sol vuelve a ganar protagonismo y la paleta de colores que ofrece este rincón de la cordillera neuquina se renueva con una intensidad que parece sacada de un cuadro. Es el momento ideal para redescubrir este destino que, temporada tras temporada, enamora a propios y visitantes.

Las primeras flores comienzan a aparecer en los jardines, senderos y bosques. Los lupinos y los arrayanes van recuperando su brillo, mientras el aroma fresco a tierra húmeda y vegetación despierta los sentidos. Los días se alargan y el clima se vuelve más amable, perfecto para pasar horas al aire libre explorando los rincones más fascinantes de la región.


Aventura entre lagos, montañas y cascadas



La primavera es sinónimo de movimiento. Y San Martín de los Andes tiene propuestas para todos los gustos. Desde salidas familiares tranquilas hasta jornadas de pura adrenalina, el menú de actividades es tan amplio como tentador.


Para los amantes del trekking, los senderos del Parque Nacional Lanín se vuelven más accesibles, con vistas panorámicas que dejan sin aliento. Ascensos como el del Cerro Colorado o el Mirador Arrayán regalan vistas únicas del lago Lácar, rodeado de verdes intensos y cielos despejados.

Quienes prefieren la bicicleta, pueden disfrutar de las rutas de mountain bike que serpentean entre bosques nativos y miradores naturales, con opciones para principiantes y expertos. Las aguas también llaman: el kayak por el Lácar es una experiencia serena, íntima, donde el silencio solo se rompe con el roce del remo.


Pero la adrenalina también fluye en los ríos de la zona, con el rafting ya en pleno curso, ideal para quienes buscan emoción entre rápidos y paisajes majestuosos. Y para los fanáticos de la pesca deportiva, el calendario marca con entusiasmo el inicio de la temporada a principios de noviembre, cuando los espejos de agua se convierten en escenario perfecto para vivir esta pasión patagónica.

¿Y para quienes buscan una pausa entre tanta actividad? El golf en Chapelco se disfruta como nunca, con un campo rodeado de montañas nevadas que aún resisten al sol primaveral.


Ruta de los Siete Lagos: un viaje entre espejos naturales



Si hay una excursión que se vuelve imperdible en esta época del año es la Ruta de los Siete Lagos, que une San Martín de los Andes con Villa La Angostura. Un recorrido de poco más de 100 km que regala postales a cada curva: lagos de aguas turquesas, bosques verdes en pleno renacer y montañas que en primavera combinan blanco, verde y azul con una armonía única. Ideal para hacer con agencia en excursión, o incluso en bicicleta para los más aventureros.




Sabores que acompañan la estación



Después de un día al aire libre, nada mejor que sentarse a disfrutar de la gastronomía. La ciudad ofrece una variedad de restaurantes y cervecerías artesanales que combinan productos regionales con propuestas gourmet. Desde truchas y ahumados artesanales, hasta pastas caseras con hongos de pino y frutos del bosque en todas sus formas: dulces, salsas o postres.


Además, la oferta de cafeterías y casas de té invita a hacer una pausa frente al lago o en alguna terraza con vista a los cerros, acompañando con una torta casera y un café de especialidad.


Un destino para volver una y otra vez



San Martín de los Andes en primavera no es solo un lugar: es una experiencia sensorial. Es ver cómo la naturaleza despierta, cómo las calles se llenan de vida y cómo el aire se siente más liviano. Ya sea con amigos, en pareja o en familia, este destino patagónico siempre tiene algo nuevo ver.


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La primavera poco a poco empieza a asomar en San Martín de los Andes y todo se transforma. El frío del invierno cede lentamente, el sol vuelve a ganar protagonismo y la paleta de colores que ofrece este rincón de la cordillera neuquina se renueva con una intensidad que parece sacada de un cuadro. Es el momento ideal para redescubrir este destino que, temporada tras temporada, enamora a propios y visitantes.

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