Costanzo renunció al Colegio de Farmacéuticos

Mariano de Miguel asumirá

ROCA (AR).- Néstor Costanzo presentó ayer su renuncia a la presidencia del Colegio de Farmacéuticos de Río Negro.

La dimisión se concretó al mismo tiempo que el Ministerio de Salud decidió avanzar en la investigación a la jefa del departamento Farmacia, Drogas y Medicamentos, Patricia Morales, para determinar por qué recibió sucesivos pagos desde la entidad profesional durante los últimos meses.

Costanzo anunció su decisión de abandonar el cargo que ocupó por más de 25 años pasado el mediodía de ayer, delante de los miembros de la comisión directiva del colegio.

Distintas fuentes confirmaron que hubo un fuerte debate sobre la conveniencia de que deje la presidencia, aunque finalmente se decidió aceptar el alejamiento. Se indicó también que ahora se producirá un corrimiento ascendente en los cargos, hasta llegar a la asamblea ordinaria de principios de 2006, donde se renovarán autoridades. El vicepresidente actual es el barilochense Mariano de Miguel.

La crisis interna se desencadenó a partir de las denuncias penales que en las últimas semanas derivaron en allanamientos a las farmacias de Costanzo, un depósito y la sede del colegio.

La primera acusación es por presunta estafa a obras sociales y la segunda por una supuesta administración fraudulenta de fondos de la entidad que nuclea a 190 profesionales en toda la provincia.

Este último expediente es el que compromete a la jefa del departamento Farmacia, Drogas y Medicamentos del Ministerio de Salud. Ocurre que junto a la denuncia se presentó importante documentación referida a los pagos, como por ejemplo la copia d la instrucción de transferencia bancaria a través de la cual el Colegio de Farmacéuticos liberó el 2 de septiembre pasado un pago de 1.400 pesos a nombre de Morales.

La funcionaria es precisamente la responsable del área que debe inspeccionar todas las farmacias de Río Negro y desde la cartera sanitaria se indicó que en principio no hay ningún justificativo válido para admitir ese pago.

Por eso Morales afronta desde los últimos días un sumario y una investigación interna ordenada por la ministra de Salud, Adriana Gutiérrez.

Como la farmacéutica e una empleada de carrera en el Estado, hasta ayer permanecía en funciones, aunque sin salir a fiscalizar, a la espera de una resolución de la Junta de Disciplina. Las actuaciones de oficio iniciadas por Salud ya fueron remitidas a ese órgano, indicaron fuentes oficiales. También se conoció que ya realizó un descargo formal, a través de un escrito en el que afirma que no tiene responsabilidad alguna en la comisión de un eventual delito.

La ministra Gutiérrez explicó a «Río Negro» que oficialmente no hay ninguna hipótesis sobre el motivo por el cual Morales recibió pagos desde el Colegio de Farmacéuticos.

Lo que sí negó es que pueda haber sido para avisar sobre controles de la ANMAT a las farmacias, argumentando que el organismo nacional avisa sobre los controles por nota previa pero recién se revela el destino de las inspecciones -de las que participan representantes de Salud Pública y el colegio- momentos antes de concretarlas.

La ministra descartó que el dinero recibido pueda corresponder a viáticos para esos operativos de fiscalización, ya que esos fondos los aporta el Estado.

Silencio de un lado y del otro

Patricia Morales rehusó ayer dar explicaciones sobre las transferencias de fondos del Colegio de Farmacéuticos de Río Negro hacia su cuenta bancaria.

Este diario intentó también obtener la palabra de Néstor Costanzo acerca de las nuevas acusaciones que afronta en la justicia y la presentación de su renuncia, pero una vez más fue imposible hallarlo en su farmacia o telefónicamente.

La funcionaria permaneció en su oficina del Departamento Farmacia, atendiendo requerimientos de empleados y desempeñándose en sus tareas normalmente cuando la visitó «Río Negro».

Cuando se le pidieron algunas precisiones en su despacho del segundo piso del Ministerio de Salud, se limitó a señalar que «ni sé mi número de cuenta (bancaria), así que discúlpeme pero no le voy a dar nada».

Mencionó que «por ahora no pienso hablar» con la prensa, mientras atendía llamados telefónicos y operaba un fax con absoluta parquedad en el mencionado despacho. Fuentes de la cartera aseguraron que su trabajo de fiscalización siempre fue correcto e incluso los informes elaborados tras las inspecciones llegaban muchas veces con observaciones a las farmacias.

No obstante, los mismos voceros advirtieron que ahora se iniciará una revisión minuciosa de todas las actuaciones. (AV/AR)


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