Crece el rol de financista del gobierno del BCRA

Más de la mitad de los activos son títulos, letras y adelantos transitorios

PANORAMA NACIONAL

En cada ocasión posible el gobierno se encarga de recalcarles a los argentinos un aclamado éxito: la política de desendeudamiento que tuvo sus hitos con los canjes del 2005 y el 2010. Pero cabe hacer la salvedad de que al mismo tiempo que caía la relación deuda/PBI crecía la deuda intra sector público, lo que no deja de ser un cambio de proveedores. Entre los nuevos tenedores de la deuda argentina el Banco Central (BCRA) ocupa un lugar destacado, acentuado a partir de la modificación de su carta orgánica. Recurrir a la entidad monetaria como fuente alternativa de financiamiento y de divisas para afrontar los vencimientos de deuda genera un impacto sobre la composición del activo del BCRA. Según la consultora Empiria, dirigida por el economista Hernán Lacunza, este año la deuda del sector público representa el 55% de los activos del organismo que preside Marcó del Pont. De este porcentaje, el 30% corresponde a Letras intransferibles, el 22% a adelantos transitorios y el restante 3% a títulos públicos. Un aspecto positivo del hecho de que la deuda pase de estar en manos de privados y externos a públicos y locales es que el próximo año permitiría una refinanciación más sencilla de los vencimientos, lo cual en un contexto de desaceleración económica e incertidumbre puede considerarse una buena noticia. Hay que tener en cuenta que los adelantos transitorios del Banco Central son préstamos que éste realiza al tesoro por el término de un año. Hasta la primera quincena de julio el Estado Resumido de Activos y Pasivos del Banco Central indicaba que llegaban a los 81.480 millones de pesos, tras aumentar un 21% desde fines del 2011. Junto a las transferencias al tesoro de las utilidades del BCRA, los adelantos también son una vía por la cual se puede aumentar la emisión monetaria. Ante las crecientes necesidades de fondos por parte del gobierno nacional y las distintas provincias para cubrir el bache financiero, se hizo más frecuente la utilización de los siguientes mecanismos: emisión monetaria, colocación de deuda a organismos públicos como por ejemplo el BCRA y empleo de reservas internacionales. El uso indiscriminado genera, por un lado, presión sobre el nivel general de precios y, por otro, la disminución del stock de reservas con su consecuente impacto sobre el respaldo del circulante. En este sentido, cabe recordar que las reservas se expandieron hasta alcanzar los 52.000 millones de dólares en el 2010 para luego comenzar a declinar paulatinamente en el 2011 hasta llegar a los 46.747 millones en julio pasado. Más allá del debate político y económico sobre el destino que se les da, es importante tener claro cuál es el respaldo de reservas internacionales con que cuenta la moneda argentina.


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