Crece la familia de antepasados del hombre

Hallan una segunda línea evolutiva que nada tiene que ver con "Lucy". El Kenyanthropus platyops fue descubierto en Kenia. El homínido habría coexistido con la secuencia humana central.

NAIROBI – Un equipo científico internacional descubrió en Kenia los restos fosilizados de un homínido de «cara plana» desconocido hasta ahora, y que hace 3,5 millones de años habría coexistido con la línea evolutiva humana central.

Antropólogos de Kenia y Estados Unidos han encontrado los restos que pueden obligar a cambiar todas las teorías sobre los orígenes del hombre.

Los restos, hallados en la región del río Lomekwi, en el norte de Kenia, pertenecen a unos 30 individuos de una nueva especie, y, según sus descubridores, van a disputar a la conocida «Lucy» la condición de verdadero antepasado de la humanidad.

La especie a la que pertenecen los restos hallados ahora ha sido bautizada como Kenyanthropus platyops. «Lucy», cuyos restos fueron encontrados en 1974 en Etiopía, pertenecía a la especie Australopithecus afarensis, unos lejanos antepasados del hombre que vivieron hace más de tres millones de años. La mayoría de las teorías antropológicas han sostenido en las últimas décadas que «Lucy» pudo ser la representante de una especie de la que todos nosotros procedemos.

Pero ahora, los investigadores Meave Leakey y su hija Louise Leakey, especialistas en paleontología del Museo Nacional de Kenia, que descubrieron los restos, afirman que el Kenyanthropus hallado deberá al menos compartir con «Lucy» esa posición. En realidad, hace 3,5 millones de años, nuestros antepasados, los homínidos, eran muy diferentes a como somos hoy. El hombre anatómicamente moderno, el Homo sapiens sapiens, aparece como tal hace unos 127.000 años. Hacia atrás en el tiempo, el hombre de Nearderthal, el Homo arcaico, el Homo erectus y los australopithecus marcan las fases sucesivas de una evolución que se remonta millones de años atrás en el tiempo.

«Lucy», un australopithecus, y los restos hallados del Kenyanthropus son notablemente diferentes y el hallazgo de este último abre la posibilidad de que los antepasados humanos no tengan solo una línea en sus orígenes, como se pensaba hasta ahora.

Entre los restos hallados, destaca un fragmento de cráneo que mantiene partes de la dentición y que revela que, probablemente, su poseedor tenía una dieta basada en frutos, moras, pequeños roedores y pájaros.

Un antropólogo de la Universidad de Yale, Andrew Hill, ha señalado que este cráneo correspondió a alguien con un rostro inusual, de pequeños dientes, a diferencia de los grandes incisivos y molares que se han encontrado hasta ahora en ese período de tiempo, hace 3,5 millones de años. Los restos hallados ahora «van a revolucionar el modo en que contemplamos a los antepasados de los seres humanos», han declarado sus descubridores.

Tras un estudio de dos años de los restos, que fueron hallados entre 1998 y 1999, las investigadoras afirman que el cráneo encontrado, con un rostro mucho más plano de lo que se atribuye a aquella época, es algo muy diferente a lo que cabía esperar. (EFE, DPA)


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