Crece la tensión entre EE. UU. y los grupos chiítas 26-4-03

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Los chiítas representan la mayoría religiosa del país, y algunos grupos radicalizados reclaman la salida de EE. UU. del país. WASHINGTON (AFP-Télam) -Estados Unidos mantiene un duro contrapunto político con grupos chiítas, que aumentan si influencia día a día. Mientras el secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld advirtió ayer que Washington no permitirá que se instale en Irak un régimen proiraní, un líder del principal grupo político-religioso iraquí anunció que rechazarán cualquier gobierno impuesto por la ocupación norteamericana. «Una minoría vociferante que clame transformar a Irak a la imagen de Irán, no será admitida» en el gobierno de Irak, dijo ayer Rumsfeld en una conferencia de prensa en el Pentágono, enviando así una advertencia a Irán. Varios líderes estadounidenses han expresado su preocupación de que Irán pueda estar ejerciendo su influencia entre la mayoritaria comunidad chiíta, en una apuesta para reemplazar al régimen de Saddam Hussein con una república islámica chiíta que siga el modelo iraní. «Estados Unidos no permitirá que la transición democrática vivida por el pueblo iraquí sea desviada por aquellos que quisieran instalar una nueva forma de dictadura» en Irak, agregó Rumsfeld. Infantes de marina y fuerzas especiales estadounidenses fueron desplegadas esta semana hacia el noreste de Irak, para patrullar la frontera con Irán y evitar infiltraciones de combatientes respaldados por Irán. «No hay ninguna duda de que el gobierno iraní alentó a las personas a ir a Irak y que existe gente en ese país que intenta incidir sobre la dirección que toma ese país», afirmó. Rumsfeld explicó que tenía «la impresión de que los chiítas que viven en Irak son iraquíes, mientras que los chiítas que se encuentran fuera de ese país y vienen de Irán son persas». «Pienso que el pueblo iraquí desearía ser gobernado por iraquíes (árabes) y no por los persas», agregó. Teherán ha rechazado con vehemencia las acusaciones de «interferencia» en Irak y advirtió a las tropas estadounidenses que no crucen la frontera hacia Irán. El gobierno iraní también manifestó su alarma sobre la versión de que el cese del fuego de Estados Unidos con el grupo armado de oposición iraní con sede en Irán, Mujaidines del Pueblo, incluye el permiso a que los combatientes de esa organización mantengan sus armas y sigan su lucha contra el régimen de Teherán. En tanto, el número dos del grupo opositor chiíta iraquí dijo a sus seguidores en Bagdad que no aceptarán un gobierno impuesto por Estados Unidos. «No integraremos ningún gobierno que nos sea impuesto», dijo Abdul Aziz Al Hakim a cientos de seguidores de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica en Irak, en el mausoleo musulmán chiíta en Bagdad. Hakim reiteró la posición de su movimiento en favor de un «gobierno nacional iraquí», en un discurso ante sus seguidores en un mausoleo chiíta en Karrada-est, en el centro de Bagdad. «No participaremos de ningún gobierno que nos quieran imponer», dijo Hakim. Hakim regresó a Irak de su exilio en Irán, portando el mismo mensaje antiestadounidense, en un peregrinación masiva a la ciudad sagrada chiíta de Kerbala esta semana. Este renacimiento chiíta como fuerza política importante en el Irak post-Saddam Hussein quedó demostrado en la participación en Kerbala, que reunió a más de un millón de fieles. Rumsfeld aseguró que la peregrinación fue «una señal de que la libertad de expresión y la libertad religiosa están regresando a Irak».

Quiere manejar el petróleo

Washington (Télam-SNI).- Estados Unidos inició gestiones para que la ONU apruebe la próxima semana una resolución que levante las sanciones contra Irak y autorice a Washington a administrar los ingresos derivados de la exportación de petróleo, informó ayer el diario The Washington Post. El texto debería además legitimar el liderazgo que Washington ya ejerce de facto en la reconstrucción de Irak y limitar el papel de la ONU a nombrar un enviado especial que «colabore» con la administración estadounidense en ese país, agregó el matutino. Con esta iniciativa, Estados Unidos pretende bloquear una probable propuesta de Francia para que las sanciones contra Irak queden sin efecto sólo temporalmente, hasta que se verifique el desarme iraquí, según el periódico. Aún más lejos de Washington se sitúa la postura de Rusia, que se opone a cualquier levantamiento de las sanciones, ya sea temporal o definitivo, hasta que los inspectores de armas de la ONU vuelvan a Irak y confirmen que no posee arsenales prohibidos. Según The Washington Post, el proyecto de resolución que impulsa la ONU se limite a nombrar un enviado especial que colabore con la administración civil estadounidense en tareas humanitarias.

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