Crece la tensión por la suerte de los rehenes en Irak

El gobierno de Italia pidió prudencia ante los anuncios de decapitación de dos voluntarias.

ROMA/LIVERPOOL/ EL CAIRO (DPA/AFP) – La preocupación en torno a la suerte de las dos cooperantes italianas secuestradas en Irak creció ayer tras recibir comunicados de dos grupos terroristas islámicos que se atribuyen cada uno el asesinato de las rehenes, mientras se espera una definición sobre la suerte del británico Kenneth Bigley.

En el plano diplomático, Nueva Zelanda anunció ayer la salida de sus tropas de Irak porque es «demasiado peligroso», afirmó en un comunicado la primera ministra, Helen Clark. Los 61 soldados del ejército neocelandés que realizan tareas en Basora, regresarán el próximo sábado y no serán reemplazados.

Un grupo autodenominado Ansar al Zawahari (Seguidores de Zawahari – un colaborador de Osama ben Laden) dijo que presentará próximamente un video con imágenes del asesinato de las dos mujeres. Previamente, otro grupo terrorista poco conocido y que se hace llamar «Organización de la Yihad Islámica» dijo que había matado a las secuestradas.

Ambos comunicados fueron difundidos en una página en Internet, más de una semana después de que los dos grupos terroristas reivindicaran cada uno por su lado el secuestro de las cooperantes.

Asimismo, las razones esgrimidas para su asesinato parecen contradecir las exigencias previas de los grupos terroristas, que incluían la inmediata retirada de las tropas italianas de Irak y la puesta en libertad de presas recluidas en prisiones iraquíes.

El gobierno italiano está estudiando ambos mensajes con extrema precaución y escepticismo, declararon fuentes en Roma. «El gobierno considera que ambas reivindicaciones carecen de credibilidad», afirmó el gobierno en un discurso ante el Parlamento. «Podría tratarse de un caso de terrorismo mediático», dijo una fuente en Roma.

Entretanto, funcionarios de la policía en Bagdad dijeron que esperan tener informaciones más fiables acerca de la suerte de Simona Pari y Simona Torreta «próximamente».

Los medios italianos se hicieron eco de las declara

ciones de líderes religiosos, que creen que las dos mujeres continúan con vida. Una serie de anomalías que caracterizaron desde el principio el secuestro de las dos cooperantes se suma a la confusión reinante.

Por ejemplo, a diferencia de casos similares, ambas cooperantes fueron secuestradas por hombres armados en su oficina en el centro de Bagdad durante una redada bien organizada y de momento no se han difundido imágenes de las rehenes.

La organización humanitaria «Un puente para Bagdad», para la que trabajaban las dos mujeres, también manifestó en su página en Internet sus dudas acerca de la veracidad de los mensajes terroristas. También está por definirse la suerte del británico Kenneth Bigley, quien fue secuestrado junto a dos estadounidenses, los cuales ya fueron ejecutados.

Bigley, de 62 años, está en manos del grupo Al Tawhid al Yihad, dirigido por el jordano Abu Mussab al Zarqawi, supuesto líder de Al Qaeda en Irak.

El grupo emitió por Internet dos videos donde pueden verse las ejecuciones y amenazó con matar al británico a menos que sean liberadas todas las mujeres de las cárceles iraquíes.

Sin embargo, esta vez no ha impuesto un ultimátum para el cumplimiento de la demanda.

La mujer de Bigley hizo ayer un dramático llamamiento a los secuestradores para que «por clemencia» lo pongan en libertad cuanto antes. «Mi marido quería ayudar a la población de Irak y allí encontró a muchos amigos (…) Les pido nuevamente clemencia», dijo la esposa de Bigley, Somba a la BBC.

Castigo atávico por red global

Durante siglos, la decapitación ha sido una de las maneras más crueles de poner fin a una vida. La decapitación manual, con un golpe de espada o de cuchillo, trae recuerdos de las eras más oscuras del pasado, cosas que Occidente piensa que ha dejado atrás.

Ahora, cuando los insurgentes de Irak han resucitado la práctica y la utilizan para exigir el cumplimiento de sus demandas, un antiguo castigo se ha convertido en un gesto de desafío capaz de sembrar el terror. «Lo que hacen es decapitar a estadounidenses de modo que puedan llegar a las pantallas de televisión'', dijo ayer el presidente George W. Bush. «Y así tratan de debilitar nuestra fuerza de voluntad y también la fuerza de voluntad de los iraquíes''.

Al mezclar la brutalidad con la tecnología necesaria para producir videos y con una red gratuita de distribución global, los extremistas islámicos aprovechan los temores atávicos y combinan lo antiguo con lo moderno para crear un método nuevo y poderoso de comunicación. Desde que el periodista Daniel Pearl fue decapitado en Pakistán en el 2002, la decapitación grabada en video se ha convertido en una fuente de conmoción generalizada.

La semana pasada fue particularmente alarmante. Dos estadounidenses y un británico fueron secuestrados en su residencia de Bagdad. Los dos norteamericanos fueron decapitados frente a las cámaras de video y las grabaciones fueron divulgadas a través de la internet. El británico apareció en un video divulgado el miércoles, en que pide ayuda a su gobierno para conservar la vida. Se dijo que por lo menos una de las decapitaciones fue realizada personalmente por el extremista jordano Abu Musab al-Zarqawi, un impulsor de la insurgencia de Irak.

Los vídeos están diseñados de modo que parezcan primitivos, y realcen la idea de que los extremistas se mantienen fieles a las raíces islámicas, en la época en que, según un académico, «la única manera de pelear era con la espada''. «Quieren confirmar que están librando la misma guerra que libraron el profeta (Mahoma) y los primeros musulmanes'', dijo Diaa Rashwan, experto en militancia islámica del Centro Al-Ahram de Estudios Estratégicos y Políticos de El Cairo.

La decapitación continúa siendo una forma de aplicar la pena capital en Arabia Saudí, donde tres guardias de seguridad fueron ejecutados este mes por ese método por tráfico de drogas. Pero en Occidente, la decapitación trae lúgubres asociaciones con civilizaciones primitivas, con la época medieval y la guillotina de la revolución francesa, y posee un aura de brutalidad que trasciende los límites del homicidio.

Ted Anthony/AP

Tristeza y pesimismo en Walton

LIVERPOOL, Gran Bretaña (AFP) – Walton, el tranquilo barrio de Liverpool (noroeste de Gran Bretaña) de donde proviene el rehén británico Kenneth Bigley, amenazado de muerte en Irak está preparado para lo peor, en un ambiente pesado por la angustia y la tristeza. «Estoy simplemente muy triste», declaró una mujer que vive al frente de la madre de Bigley en la calle Bedford Road. «Paso el día cambiando de canal de televisión para tener noticias», explicó esta madre, que no desea dar su nombre.

Bedford Road, una calle en la que se ven alineadas las típicas casas de ladrillos rojos, estaba este jueves atestada de periodistas y cámaras de televisión. Un llamado conmovedor hecho por «Ken» Bigley, de 62 años, al primer ministro Tony Blair, y filmado en video, fue difundido el miércoles en la noche por los secuestradores en un sitio de internet. La vecina de la madre de Bigley indicó que los alumnos de la escuela primaria St Mary de Walton, a la que asiste su hija, oraron por el rehén. Varios cientos de personas participaron de una vigilia religiosa el martes en la noche en una iglesia situada al final de la misma calle. En las calles de la ciudad , se siente el pesimismo . «No tengo muchas esperanzas. Sus días están contados», dijo un habitante del barrio.


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