Crece la tentación de emigrar: largas colas en embajadas y consulados

Para muchos, el futuro soñado sólo es posible de alcanzar en un país desarrollado. Arman las valijas y viajan a probar suerte. De esos algunos vuelven y otros logran su objetivo.

BUENOS AIRES- Italia necesita de inmigrantes. España se muestra más receptivo a quienes solicitan radicaciones. Estados Unidos comenzó a expedir mayor cantidad de visas de no inmigrantes y aparece como un destino posible para quienes lo ven como un lugar de paso obligado.

La tendencia inmigratoria que en algún momento caracterizó a la Argentina parece haber dado un sorprendente giro a puertas del nuevo milenio. Ahora, según estimaciones de los consulados y embajadas de estos países en Buenos Aires, la emigración se perfila como uno de los fenómenos poblacionales de la Argentina del 2000.

Los pedidos de información por trámites relacionados con solicitudes de doble ciudadanía y pasaportes aumentó aproximadamente un 30% en comparación con años anteriores y restricciones que antes atenuaban el fenómeno comenzaron a resolverse.

«La demanda de pasaportes aumentó verdaderamente. Este primer semestre del año recibimos entre seis y siete mil pedidos de documentación, lo que es un indicio importante de esta tendencia», aseguró a «Río Negro» el embajador italiano en Buenos Aires, Giovanni Januzzi.

Según fuentes del consulado italiano, diariamente, los 52 empleados del sitio atienden a más de 100 personas que comienzan sus trámites para obtener la ciudadanía que les permitiría trabajar en condiciones legales en cualquier país de la Comunidad Europea.

La cifra llama la atención, sobre todo cuando se tiene en cuenta que, según las Naciones Unidas, los italianos deberían aceptar cerca de 150 mil trabajadores extranjeros al año para compensar la perdida de población determinada por el derrumbe de la fertilidad.

Los datos oficiales indican que las regiones del norte de la península necesitan de trabajadores, obligados por la sorprendente expansión económica que augura al menos cuatro años con un crecimiento de más del 3% anual.

Los jóvenes extranjeros se ven beneficiados con la situación, ya que son posibles destinatarios de una política de apertura de las fronteras.

«Estamos empezando a gestionar convenios con politécnicos de Torino y Génova y becas para los italo-argentinos que quieren ir a estudiar a Italia», comentó en este sentido Januzzi.

España es otro de los destinos más solicitados por los argentinos. En el consulado de este país en Buenos Aires reciben cerca de mil personas por día con consultas sobre los trámites para conseguir la ciudadanía española.

Experiencia barilochense

Vanesa Marolt, una instructora de esquí barilochense que desde hace un año vive en León, España, cuenta desde su nuevo hogar los motivos que la llevaron a radicarse en el país.

«Básicamente fue porque viviendo en España puedo ir todos los años a visitar a mi familia en Argentina, y al revés sería imposible para visitar a la familia de mi marido, que es de León. Además, dentro de todo me resultó fácil sentirme cómoda aquí, porque la gente y las costumbres españolas son muy parecidas a las argentinas», relató.

De todas maneras, la adaptación no parece ser tan fácil para todo el mundo. «Reconozco que yo tuve suerte porque la familia de mi esposo es muy grande y muy afectiva. Sé que para otros es un poco más difícil», aseguró.

Otra de las representaciones diplomáticas que atiende a los potenciales emigrantes es la embajada estadounidense.

Entre octubre de 1999 y marzo de 2000 se otorgaron ya 5.760 visas de no inmigrante, un documento que permite temporalmente estudiar o trabajar en el país.

Largas colas

Por estos días, la recepciones de los consulados parecen las entradas a los espectáculos de teatro.

Grupos de personas aguardan, impacientes, para ser atendidas, casi como si los boletos de una última función estuvieran por agotarse.

Están allí para gestionar un documento que les abra otras posibilidades en el país del cuál emigraron sus padres y abuelos en busca de mejores oportunidades. Y, al parecer, la fortuna está de su lado.

Claro que hay factores que por desconocimiento o por alguna otra razón no se tienen en cuenta a la hora de buscar un futuro mejor y que definirán la permanencia o el regreso al poco tiempo.

También forma parte de la realidad el hecho de que cuando se encuentran las puertas abiertas, éstas no lo están para todos, sino que apuntan a mano de obra muy especializada o en su defecto a empleo de muy baja categoría que busca una franja distinta de inmigrantes, comparando, por ejemplo, la que caracteriza a los argentinos.

Viajar al exterior implica no sólo el deseo ni las ansias por conseguir un mejor ingreso. Significa también interrumpir un vínculo afectivo que no todos están en condiciones de soportar.

¿Me voy o me quedo?

Italia, España, Estados Unidos son los destinos más elegidos. Y una beca o un curso de perfeccionamiento pueden resultar el punto de partida para la tentación. Ver una realidad distinta y animarse a vivir en medio de ella serán parte de la decisión.

En la región de Neuquén y Río Negro el fenómeno se repite. En una gran cantidad de casos- aunque no se conocen registros oficiales-, la partida se da porque el interesado ganó un curso o una beca y como generalmente estas cubren los gastos, la opción es rápida.

Una vez allá y culminado ese perfeccionamiento, no es tan fácil quedarse. No se trata simplemente de decidir «me quedo o no», sino que cada país exige cumplir con una larga lista de requisitos que no siempre se pueden alcanzar. Otro aspecto es el que tiene que ver con la ocupación en el país que los alberga. No todos están en condiciones de recibir inmigrantes y ponen trabas para evitar su llegada.

La cosa no termina aquí. Mucha de la especialización que llevan los Argentinos, entre ellos los de la región, no es suficiente o no sirve para ese medio y si en cambio se trata de mano de obra no especializada, es posible que para los trabajos de baja categoría se busque a gente de otros orígenes, dispuestos o preparados para sacrificios mucho mayores.

«Trabajando como mozo o lavacopas gané más que siendo un profesional en la Argentina», dijo uno de los que emigró. Claro que a la hora del balance puso todo en la mesa y llegó a la conclusión de que el sacrificio había sido enorme y que uno de los escollos fue el desarraigo.

Visto de lejos parece fácil, visto de cerca es más complejo y permite advertir que no sólo alcanza con decidir el cambio, sino que hay mucho para contemplar. (AR)

España pone orden

El proceso de extraordinario de regularización de extranjeros que puso en marcha España terminó con un total de 224.959 personas de distintos orígenes que solicitaron permiso de estancia en ese país, uno de los elegidos por los que emigran desde la Argentina.

La mayoría de las solicitudes se solicitaron en Madrid, Barcelona, Almería y Murcia.

Se llevaban aprobadas hace algunos días 85 mil solicitudes del total presentado, aunque se estimaba que la cifra final rondaría las 160 mil personas que serían aceptadas.

España busca ordenar el ingreso de extranjeros y dejó en claro que aquellos que no ingresen dentro de este plan de regularización, no podrán seguir estando en el país.

«Se van por el estancamiento económico»

BUENOS AIRES- El embajador italiano en la Argentina, Giovanni Januzzi, explicó que en el primer semestre de este año se produjo una explosiva demanda de argentinos para radicarse en su país, motivada «un poco por el estancamiento de la economía nacional y el espectacular crecimiento que se está dando en estos momentos en Europa».

«Dos elementos importantes coinciden en este fenómeno. La falta de empleo en la Argentina y la expansión de la economía de Europa que nos hace necesitar de nuevos inmigrantes», aseguró a «Río Negro».

– ¿Existe una política de Italia para captar trabajadores argentinos?

– No directamente. Italia en su tradición no tiende a captar inmigrantes, incluso aunque sean italianos.

Claro que estamos tratando de facilitarles el retorno a los que quieren volver a las raíces familiares. Nos interesa mucho que puedan regresar e insertarse en el sistema de trabajo, tanto medio y calificado como universitario y posuniversitario.

– ¿Es elevada la cantidad de ítalo-argentinos que actualmente residen allá?

– Hay muchísimos argentinos que hoy en día están trabajando en Italia. Son casi 30 mil, y viven, en su mayoría, de su iniciativa.

No tenemos estadísticas precisas porque se trata de un fenómeno nuevo y en expansión. Sin embargo, tenemos planeado hacer un relevo.

-¿Qué factores ayudan al proceso de emigración?

– Las informaciones en la prensa nacional y sobre todo la entrada de los periódicos Corriere Della Serra y La Reppublica en la comunidad italo-argentina fueron muy influyentes.

– ¿El argentino tiene preferencia frente a otras nacionalidades?

– Los inmigrantes extracomunitarios (de regiones pobres de europa, que no forman parte de la Unión Europea) tienen muchas dificultades para adaptarse e integrarse, mientras que para los argentinos parece ser menos dificultoso.

Además, a pesar de que todavía no existe una política de ayuda, hay un interés muy difundido por el arribo de argentinos.

– ¿Qué generaciones son las que deciden viajar hacia su país?

– Son más bien los nietos, la tercera generación. Son gente que está entre los 30 y 40 años, que están en su mayoría localizados en Buenos Aires, La Plata y Mar del Plata, donde hay una comunidad de italianos muy grande y con muchas raíces. No recibimos muchos datos de Bahía Blanca, Río Negro y Neuquén, porque más bien se trata de una posible respuesta a un problema que pega muy fuerte en localidades del conurbano como Lomas de Zamora y Morón.


BUENOS AIRES- Italia necesita de inmigrantes. España se muestra más receptivo a quienes solicitan radicaciones. Estados Unidos comenzó a expedir mayor cantidad de visas de no inmigrantes y aparece como un destino posible para quienes lo ven como un lugar de paso obligado.

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