Crecen los asentamientos precarios en Rincón 

Con el repunte del precio del petróleo, la ciudad volvió a recibir a cientos de inmigrantes de Chile, Bolivia y Perú en busca de trabajo. También abundan las ocupaciones irregulares.

RINCON DE LOS SAUCES (ARS).- En la periferia de Rincón de los Sauces aumenta en forma acelerada la cantidad de precarios asentamientos poblacionales.

El 90 por ciento de las familias que habitan las viviendas más humildes son desocupados en busca de una oportunidad en la fructífera actividad petrolera.

Según datos proporcionados por la municipalidad local, «el incremento en el precio internacional del petróleo, atrae diariamente entre 5 y 7 familias nuevas, las que encuentran terrenos fiscales para ocupar en los barrios mas alejados».

La mitad de los ocupantes de las alejadas parcelas usurparon los lotes ya que no cumplen los mínimos requisitos para obtener los terrenos en forma legal.

Desde la dirección de Tierras de la comuna señalaron a éste diario que «se están enviando cientos de notas de desafectación de terrenos por incumplimiento. La usurpación de lotes que aún no están mensurados en los barrios mas alejados también es un conflicto a resolver», dijeron.

Uno de los sectores con el mayor asentamiento ilegal se ubica en el barrio «Integración Chilena»que está habitado un alto porcentaje de chilenos y bolivianos.

Viviendas de madera, chapas de cartón o latones de desperdicio son útiles para resguardarse del frío o del intenso sol.

Al no estar declarados en la municipalidad como ocupantes legales, algunas familias carecen de agua potable. Esta situación obliga a cruzar largas mangueras enterradas desde otras viviendas con el líquido vital.

La electricidad también representa un problema para quienes llegan sin dinero. Sin embargo, los vecinos que cuentan con el servicio del EPEN, prestan energía eléctrica a quienes, por ley, no pueden colocar medidores.

El gas natural solo alcanza a escasas viviendas del barrio «Integración Chilena» y de la zona costa rinconense. En época invernal el municipio provee entre 6.000 y 8.000 garrafas de 10 kilogramos entre todos los barrios.

Herminia Costa, usurpadora de un lote y propietaria de una precaria casilla de madera, confesó que no pueden pagar un alquiler. «Tenemos cinco hijos y mi marido solo vive de changas, igual que varios vecinos de este lugar», sostuvo.

Desde la municipalidad, se informó que «el crecimiento demográfico que sufrimos cada vez que aumenta el precio del petróleo es incontrolable».

«La comuna asiste a las familias con ayuda social, comida, ropa, medicamentos, pero muchos grupos familiares son extranjeros indocumentados. los que por ley y ética, quedan en un segundo plano ante otras necesidades», dijeron.

Abundan los extranjeros indocumentados

De la gran cantidad de bolivianos, chilenos y peruanos que habitan en esta localidad, un porcentaje considerable está indocumentado y reside en los barrios más apartados de Rincón.

«Río Negro» dialogó con cuatro familias de extranjeros en situación irregular. Dos de ellas ni siquiera estaban al tanto.

A principios de 1999 una comisión de migraciones de Buenos Aires recorrió los barrios periféricos rinconenses con la colaboración de la policía local. El operativo arrojó resultados poco alentadores para los «cazadores de ilegales». Las pesquisas mostraron que sólo un pequeño porcentaje de extranjeros carecía de documentos.

Sin embargo, la noticia de posibles detenciones ante esta irregularidad puso en alerta a quienes no pasaron por migraciones denunciando su permanencia dentro de la Argentina.

Actualmente, la comunidad boliviana encabeza la lista de indocumentados, seguidos de cerca por chilenos y en menor escala, peruanos.

La falta de control por parte de la secretaría provincial de Trabajo permite que los indigentes ilegales sean empleados en las compañías de la zona por un salario mucho menor del que se le abona a un argentino o extranjero legal. (ARS) 


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