Crecen pujas por la economía entre De la Rúa y Chacho

El presidente ve condiciones para el crecimiento, pero para el vice falta un plan.

Las fuertes discrepancias entre el presidente y el vicepresidente sobre la marcha de la economía se profundizaron ayer, ya que mientras Fernando de la Rúa aseguró que «hay mucha confianza» y «están dadas las condiciones» para el crecimiento; Carlos Alvarez insistió en que falta un plan, contundencia, vigor y aludió a «incertidumbres» y «disconformismo» de la gente.

De este modo, no sólo el escándalo por el presunto pago de coimas deja a la vista las notables diferencias entre los dos líderes que comandan la Alianza. A su vez, los cortocircuítos dejan el terreno abierto para que la oposición golpee con contundencia. Así lo hicieron ayer el gobernador Ruckauf y el sindicalista rebelde, Hugo Moyano. El primero advirtió al gobierno que «la recesión mata igual que la hiperinflación, nada más que silenciosamente», mientras que el segundo prometió que si no se cambia la política económica «vamos a volver a Plaza de Mayo y nos quedaremos allí hasta que aparezcan las modificaciones»

En un esforzado intento por justificar las notables discordancias que afectan a la Alianza, Raúl Alfonsín volvió a salir a escena. Reconoció que hay diferencias entre las dos fuerzas, aunque aclaró que si hubiera una homogeneidad total «quedaría un sólo partido» y el gobierno de De la Rúa «perdería cierta legitimidad».

El presidente adjudicó ayer el estancamiento económico a un «pesimismo» producto del «derrotismo», pero Alvarez descreyó de las ideas «psicoanalíticas» para justificar el «insatisfactorio crecimiento».

En la misma línea manifestada por las principales autoridades del FMI, De la Rúa dijo que «tanto se habla con pesimismo que cunde algún derrotismo», en tanto desempolvó el slogan de campaña para advertir que «yo le digo a la gente que vamos por más».

Posteriormente, reforzó la idea y admitió que «algo de eso hay» cuando se le mencionaron las declaraciones del encargado del caso argentino de esa organización financiera mundial, Tomás Raichmann, quien habló de cuestiones «psicológicas» como motivo del estancamiento económico.

La cara opuesta

A su turno, el vicepresidente mostró una visión totalmente distinta por la falta de reactivación al asegurar que «en un contexto de economías que crecen, la economía argentina no está creciendo, y no nos podemos quedar con el diagnóstico psicoanalítico del insatisfactorio crecimiento».

«Si hay disconformismo tenemos que preguntarnos cuáles son los problemas», remarcó.

Al mismo tiempo, aunque suavizó declaraciones anteriores que cuestionaban severamente la marcha de la economía, aclaró que se había referido a «cómo se transmite» el programa de gobierno.

«Es evidente que la economía debería crecer a un ritmo más importante y sostenido. No lo está haciendo. Se tomó una cantidad importante de iniciativas pero no están articuladas en un plan económico que la gente sienta que pone como énfasis el crecimiento de la economía argentina», dijo.

En este marco, Alvarez aclaró que sus críticas no debían entenderse como un pedido de cambio de personas o funcionarios, ya que eso «es competencia absoluta del presidente de la nación».

El vicepresidente explicó que «uno de los problemas es que no hay claridad de los objetivos en la explicación del plan económico. El presidente está muy de acuerdo en que hay que explicitar con mayor claridad, fundamento y mayor fuerza que las medidas que se tomaron están insertas en un plan económico y un modelo de crecimiento de mediano y largo plazo».

De esa forma, Alvarez dejó en claro que sus cuestionamiento no apuntaron contra el ministro José Luis Machinea.

La teoría «psicoanalítica» para justificar el estancamiento recibió también el rechazo de varios economistas.

Daniel Artana, jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, también le salió al cruce al presidente al señalar que si bien «el ánimo de la gente no es el mejor, la Argentina no reacciona porque no aparecen las inversiones»

La única señal de aliento en esta nueva disputa se la dio ayer a De la Rúa el director gerente del FMI, Horst Köhler. Dijo desde Praga que confía en que «el crecimiento está repuntando» en Argentina. (DyN y AR)

Alfonsín respaldó a Machinea

El líder radical, Raúl Alfonsín, restó ayer dramatismo al reclamo del vicepresidente Carlos «Chacho» Alvarez sobre la necesidad de aplicar cambios para reactivar la economía y sostuvo que las interpretaciones del frepasista «de ninguna manera» constituyen una crítica al ministro José Luis Machinea.

«Si hay un amigo en el gobierno de «Chacho» Alvarez es Machinea», expuso Alfonsín.

Tras respaldar la gestión del ministro de Economía «porque a pesar de las dificultades, consiguió varios logros en las reuniones con el FMI, el ex presidente admitió que existen diferencias entre las dos fuerzas que integran la Alianza. De todos modos aclaró que si hubiera una homogeneidad total «quedaría un solo partido» y el gobierno de Fernando de la Rúa «perdería cierta legitimidad».

El jefe del radicalismo sostuvo, en tal sentido, que «la gente votó una alianza, no un partido político», tras lo cual afirmó que no cree que «la homogeneidad sea un atributo ni una condición, mucho menos de la democracia».

A las diferencias entre De la Rúa y Alvarez se suman las del vicepresidente con el bloque de senadores radicales por el escándalo del Senado, algo que, incluso, habría comenzado a enturbiar las relaciones entre el Frepaso y la UCR en niveles inferiores.

En un rol de conciliador, Alfonsín consideró «indispensable» que la coalición continúe «cada vez con mayor vigor y con mayor fuerza. Aunque suene rimbombante, perdería cierta legitimidad el Gobierno» si se lograra una uniformidad total, dijo.

«La gente votó una alianza, no un partido político, y si quedara un solo partido, perdería, evidentemente, legitimidad», insistió. (DyN y Télam)

El déficit en el segundo trimestre fue de 1.426 millones

El saldo de la cuenta corriente registró en el segundo trimestre del año un déficit de 1.426 millones de pesos, lo que implica una reducción de 605 millones en relación al desequilibrio de igual lapso de 1999 gracias al crecimiento de 14% de las exportaciones.

Por su parte, la deuda externa argentina (pública y privada) sumó al 31 de junio del 2000 un stock de 144.452 millones de pesos, lo que representa un aumento de 1.100 millones respecto al acumulado a fines de marzo, pero inferior en 130 millones en relación a diciembre del «99.

De esta manera el saldo negativo de la cuenta corriente (los pagos efectuados por un país al resto del mundo y recibidos del resto del mundo por transferencias de bienes y servicios) en el primer semestre del año alcanzó a 4.628 millones de pesos, lo que significa una disminución de 951 millones frente al rojo 5.579 millones de la primera mitad de 1999.

Ambas cifras surgen del Informe sobre Estimaciones Trimestrales del Balance de Pagos, que es el conjunto de cuentas que resumen las transacciones de un país con el resto del mundo.

La subsecretaria de Programación Macroeconómica a cargo de Osvaldo Kacef precisó que 12 puntos del aumento interanual de las exportaciones se debieron a mayores precios y dos puntos a incrementos en los volumenes exportados.

«En materia de precios subieron petróleo, pellets de girasol y de soja, aluminio y semilla de soha, y se produjeron caídas en los precios del maíz, girasol, aceites de girasol y de soja» indicó el informe.

De acuerdo a las estimaciones de Economía el desequilibrio de la cuenta corriente de este año será un poco inferior a los 12 mil millones, y se ubicará en alrededor del 4% del PBI, porcentaje menor a lo que estaba previsto en la meta con el FMI (aproximadamente 4,2%). Del informe surge que los flujos de la inversión extranjera directa en el segundo trimestre del año alcanzaron a 1.364 millones, o sea 936 menos que en el primer trimestre de este año. (Infosic y DyN)

«Sugerencias» a la prensa

El presidente Fernando de la Rúa se pronunció por la necesidad de instalar un «clima de confianza» en el país, para lo cual solicitó la «colaboración y comprensión» de los medios de prensa en el logro de ese objetivo.

De la Rúa recibió ayer a más de medio centenar de directores de medios escritos de toda la República, quienes acudieron a la Casa de Gobierno para saludarlo con motivo de celebrarse en esta capital la 28 Asamblea Anual de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA).

De la Rúa sostuvo que «la libertad de prensa no debe sufrir arbitrariedades» por parte de los poderes del Estado y ratificó el «férreo» compromiso de su gobierno de dar batalla por la defensa de la libertad de expresión. Pero al mismo tiempo requirió de los representantes periodísticos un tratamiento objetivo y ecuánime de los problemas del país, tras admitir que muchas veces se cargan las tintas sobre un problema sin ponderar lo que se hace para tratar de resolverlo. «Desde el gobierno no llamamos ni presionamos a los medios, ni siquiera para pedir una rectificación; en todo caso una nueva noticia que corrija la anterior, cuando evidentemente ésta es equivocada o no se ajusta a la realidad», dijo el presidente. (Infosic y DyN)


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